Bullir en Badajoz

Rebecca abre en Valdepasillas una elegante escuela de cocina

A nadie se le ocurre invitar a comer a casa a los amigos y servirles comida preparada comprada en la calle. Lo chic, lo 'cool', lo distinguido es contratar a un cocinero que prepare en la cocina de la casa los platos de la cena o, mejor aún, convertirse uno en el chef de la velada. Pero claro, no vale cualquier cosa. No vas a invitar a tus amistades a casa y prepararles un solomillo de retinto a la plancha, que el solomillo de retinto es un bocado superior, pero hacerlo vuelta y vuelta como que no.

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Arde Youtube de vídeos de cocina, se simplifica la dificultad de los regalos para los padres y los hijos: un libro de recetas es acierto seguro y los varones ya no sueñan con una bici fantástica, sueñan con la Thermomix.

Para colaborar en este frenesí culinario, surgen en las ciudades escuelas urbanas de cocina donde enseñan trucos, detalles y preparados que convierten los más humildes ingredientes en una obra de arte, en cocina de autor. La última en abrir en Badajoz se llama Emoción en Ebullición y está en el número 2 de Sinforiano Madroñero, en la primera planta del Centro Comercial Reina Mercedes.

Allí, en un precioso local lleno de luz y buen gusto, Rebecca García Monzón (Londres, 1980) ha abierto una escuela de cocina y de emociones que es una delicia por lo que se guisa, fríe, cuece y hornea, pero también por el entorno: un salón inmenso con grandes ventanales, una cocina magníficamente equipada y muy funcional y un ambiente en el que uno se siente a gusto cocinando, aprendiendo, comiendo.

Rebecca García Monzón es hija de un bilbaíno con orígenes gaditanos y de una irlandesa de Dublín. Nació en Londres, donde sus padres se habían trasladado a vivir. «Mi madre, Patricia, ha influido mucho en mi gusto por la cocina. Es una gran cocinera. Reconozco que la cocina irlandesa no tiene mucha fama, pero mi madre es muy buena», se enorgullece Rebecca de sus orígenes.

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Tras licenciarse en Psicología en la Universidad Complutense, Rebecca trabajó en investigación de mercado y en publicidad hasta que, a mediados de la pasada década, decidió cambiar de vida y se fijó en el lugar al que vienen quienes desean habitar en el Paraíso: la Sierra de Gata, en concreto, se entusiasmó al descubrir una pequeña aldea perteneciente al municipio de San Martín de Trevejo, donde se instaló abriendo con su familia el centro de turismo rural La Ramallosa.

«Preparaba las comidas en una cocina que se podía ver desde el comedor, los clientes entraban a interesarse por los platos que hacía, yo les enseñaba los pasos de cada receta y un buen día me dije que por qué no hacer lo mismo en una escuela de cocina», detalla cómo poco a poco fue fraguando el proyecto que Rebecca lleva adelante en Extremadura, la escuela de cocina Emoción en Ebullición, con aulas en Cáceres y en Badajoz.

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Rebecca, que ha cursado el máster de Gastronomía de la Universidad de Sevilla, tiene en su escuela a Aurora Cañas, una profesora de cocina con gran experiencia tras trabajar en restaurantes cacereños tan prestigiosos como Oquendo o Atrio.

En el aula-cocina de Badajoz, Rebecca y Aurora imparten cursos monográficos dedicados a países, a productos o a tipos de cocina. Entre el alumnado, abundan los hombres, que tienen una media de 40-45 años y se interesan por las técnicas de vanguardia como las esferificaciones o las espumas. En la sede de Badajoz, hay cursos de iniciación, intermedio o avanzado, que convierten en unas semanas al cocinillas aficionado en un chef de primera que te emociona y te hace bullir.

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