En Mérida, en verano, ir al teatro no es solo acudir a ver una función. Es mucho más. Se trata de una fiesta, de un rito, de un cóctel de sensaciones que sacuden al espectador desde que accede al recinto y empieza a caminar flanqueado por jardines y antorchas. Según se acerca al hemiciclo romano, se distinguen entre sombras las paredes imponentes de piedra, que se yerguen majestuosas. Acomodarse, dejarse fascinar por el escenario, la estimulante excitación de asistir a un espectáculo que es de verdad, no virtual, que nunca es igual. Esa es la esencia del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. Pero para que la fiesta sea completa, ya sea antes, ya sea después de la función, una cena en buena compañía forma parte del ritual. Para orientarles en la ceremonia anual de Mérida, En Salsa les ofrece una guía de nueve restaurantes cercanos al Teatro Romano donde empezar o culminar con buen sabor de boca la emoción de la comedia o la pasión de la tragedia.
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La mayoría de hosteleros de la ciudad facilitan la cena a los comensales, bien con una carta más reducida, o ampliando el horario de sus cocinas. Pero según el tiempo con que uno cuente, podrá apartarse más o menos del coliseo. El restaurante moderadamente alejado que hoy recomendamos es Barbarossa, situado en la plaza de España emeritense. Se trata de un establecimiento que despierta el sutil 'oooooh' de los que entran por vez primera en él. Moderno, elegante, tropical... y un sinfín de adjetivos más que podrían dedicarse también a su carta, donde lo mismo encontramos un queso burrata infiltrado de pesto y romesco, que unas flores de atún rojo sobre mazapán de pimentón.
Barbarossa abrió en noviembre de 2019 y durante la reforma, que duró dos años, aparecieron varios elementos arquitectónicos del siglo XII. Se han mantenido, por lo que cenar aquí antes de ir al teatro ya es tomar un buen aperitivo de arte. Además de las 120 referencias de vinos nacionales, disponen de una carta de cavas y champagnes, y elaboran cócteles muy llamativos. Aunque su cocina es atrevida y creativa, durante el festival van a fomentar aún más los productos regionales y con denominación de origen; como la paletilla de cordero, el cerdo ibérico, la ternera de Extremadura, el jamón de bellota recién cortado o los quesos. Últimamente, ya que el calor viene haciéndose notar, lo más demandado son los platos fríos. Proponen un espectacular y levemente picante ceviche de corvina. Aunque tiene terraza, patio, varias estancias y cabida para más de 200 comensales (sin contar con la reducción del aforo), es recomendable reservar, al igual que el resto de restaurantes que les presentamos a continuación.
Si enfilamos por la calle José Ramón Mélida, que es la que conduce al Teatro Romano, encontraremos una amplia variedad de bares y restaurantes que nos tentarán, e incluso, agasajarán con su carta.Y es que puede que esta sea de las calles más turísticas de toda la región. Aquí se halla El Puchero de la Nieta, un lugar de comida tradicional, de recetas de toda la vida. En él no falta el cuchareo ni un buen surtido de casquería: manitas, rabo, chanfaina... También preparan su propia morcilla, la cual sirven con patatas y un par de huevos fritos que colorean todo el plato de un potente amarillo al pincharlos.
Enfrente está Sapori D'Italia, un 'ristorante' que abre a las 19.30 horas y ofrece comida mediterránea al estilo napolitano. La masa de sus pizzas fermenta durante 24 horas y estas se cocinan en un horno de leña de encina. El plato estrella, la pasta a la carbonara, trae consigo algo de espectáculo, y es que el chef le da el acabado final dentro de un gran queso parmesano. Imposible no salivar.
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Girando hacia la derecha en dirección al teatro entramos en la calle Sagasta, donde está Umami El Quinto Sabor. Aquí hacen honor a su nombre, ya que 'umami' en japonés significa sabroso. Durante las semanas que dura el festival abren a las 19.30 horas y reducen la carta de raciones a tapas para agilizar el servicio. Porque sí, en estos restaurantes ya saben que muchas personas vamos con la hora justa, así que están preparados para nuestro continuo giro de muñeca para mirar el reloj.
La cocina de Umami tiene una base tradicional, con mucho peso sobre los productos extremeños, aunque con un punto de innovación. Por ejemplo, elaboran migas o caldereta, pero acompañan las sardinas ahumadas con un paté de berenjena; o las milhojas de solomillo con salsa de Torta; o el salmorejo con una tierra de jamón (el producto ibérico se corta en trozos muy pequeños y se deshidrata para que queden crujientes y con una textura terrosa). Así mismo, son amantes de la Torta del Casar y la utilizan hasta en su tarta de queso. ¡No te dejará indiferente!
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Avanzando unos metros en la calle Sagasta encontramos un oasis en el territorio del ibérico. Se trata de uno de los primeros vegetarianos de la región. Shangri-La lleva una docena de años ofreciendo platos veganos y vegetarianos bastante elaborados. A pesar de que en su cocina no entra ningún animal, sus recetas caseras no tienen nada que envidiar a ningún otro restaurante de la ciudad. Destacan la musaka, los burritos de soja texturizada con especias, queso y guacamole, o los canelones de paté de champiñones caseros.
Además de tener muchos productos aptos para intolerancias alimenticias, han incorporado recientemente queso vegano. También trabajan mucho los zumos naturales, las tartas, los cócteles, las cervezas artesanas, los vinos orgánicos... Y es que no cierran por la tarde, con lo cual, los visitantes al teatro, sean o no vegetarianos, pueden pasarse a primera hora de la noche a llenar la barriga de esta comida saludable y ética con el bienestar animal. Hasta hace poco, además, era posible disfrutar de ella en una bonita terraza, pero a causa de la ley de accesibilidad, han tenido que retirarla.
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Volviendo a la calle José Ramón Mélida llegamos a Serendipity, que no cierra por las tardes de viernes a domingo. Su carta es amplia y en ella, propuestas modernas y actuales, como un wok de lagarto ibérico con verduritas, o un ragut de venado deshuesado. Cuentan con un cortador de jamón profesional que hará la boca agua a los amantes de este producto extremeño. Aunque sin duda, la tapa más demandada es el palito de berenjena con miel de caña extremeña.
Para llegar a Fusiona Alma Pirata hay que volver a desviarse unos metros hacia la calle Hernán Cortés. Este local se sale de los márgenes de la comida clásica y sirve unas elaboraciones ligeras, frescas y con muchas opciones veganas. Tienen poke hawaiano y un tartar de atún que maceran en salsa teriyaki y en vermú y naranja. Sin embargo, de cara al Festival de Teatro Clásico, van a proponer a los turistas tomar carnes ibéricas y quesos extremeños. Además, abrirán un poco antes, sobre las 20.15 horas.
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La Brasería Augusta está justo enfrente del Museo Nacional de Arte Romano. Se han especializado en carnes a la brasa y raciones típicas, como mejillones al natural o lacón con pimentón. También tienen embutidos, pero la joya de su establecimiento son unos inmensos tanques de Cruzcampo Origen, de los que sale una cerveza maravillosamente fría. Además, es de los locales que más tarde cierra la cocina, con lo que es habitual que allí cenen los trabajadores del teatro y los visitantes más rezagados.
Por último, el restaurante más próximo al hemiciclo es Las Siete Sillas. Tiene una gran terraza desde la que poder controlar cómo avanza la cola del espectáculo, mientras se disfruta de su cocina clásica con acento en el producto fresco. Sirven los pollos al estilo portugués, carnes a la brasa, costillas de cerdo a baja temperatura, croquetas caseras de jamón, codillo...
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Tampoco faltan clásicos como el bacalao dorado y algún que otro revuelto. Pero una de las tapas más divertidas, porque además el comensal interactúa con ella, son los nachos con salsa de cinco quesos y guacamole. Para esta última, el camarero coloca sobre la mesa todos los ingredientes y un mortero, donde el cliente los machacará hasta dejar la textura a su gusto. Y por si acaso vamos muy justos de hora, disponen de bocadillos para aplacar el hambre mientras el teatro nos llena el alma.
Y si los anteriores no son suficientes, aquí os dejamos un reportaje de Irene Toribio sobre dónde comer en Mérida con otras recomendaciones.
Barbarossa Plaza de España, 7. 924301509
El Puchero de la Nieta C/ JoséRamón Mélida, 14. 635636434
Sapori D'Italia C/ José RamónMélida, 21. 924309140
Umami El Quinto Sabor C/ Sagasta, 37. 695138992
Shangri-La C/ Sagasta, 21. 636752837
Serendipity C/ José Ramón Mélida, 46. 924030111
Fusiona Alma Pirata C/ HernánCortés, 39. 824920419
Brasería Augusta C/ José RamónMélida, 50. 685959162
Las Siete Sillas C/ José Ramón Mélida, 49. 722175126
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