Diez terrazas chic para despedirse del verano

Avanza septiembre y el calor nos anuncia que está a punto de marcharse. Hay que aprovechar las últimas noches estivales para disfrutar del encanto de las cenas al fresco. En Salsa también quiere despedirse del verano de la mejor manera posible: un velador, una luz tenue, una mesa bien puesta, platos elaborados con gusto y gracia, servicio esmerado, una leve brisa relajando los sentidos y un entorno agradable, único, inolvidable.

Visitamos esta semana diez terrazas de Cáceres, Mérida, Almendralejo, Zafra y Badajoz donde, a la seducción de una comida elaborada y deliciosa, se une una cuidada selección de vinos y diversos complementos que permiten calificar estos lugares como terrazas con encanto. A saber: unas vistas formidables o un contexto relajante que invitan a dejar vagar la mirada, a ensimismarse, perderse y reencontrarse en el otro y en la gastronomía compartida.

Esta semana empezamos por Cáceres capital. Mastropiero es un gastrobar situado en la parte antigua, que ya en su nombre lleva incluida la palabra 'jardín', así que es fácil hacerse una idea de que este tiene mucha relevancia en el concepto general del establecimiento. Sin embargo, desde su exterior es imposible adivinar el potencial de su terraza, que es grande, bonita y plagada de vegetación natural. Comer aquí es toda una experiencia, ya que habitualmente este espacio se utiliza como escenario cultural. Así, se puede degustar alta cocina mientras, por ejemplo, se escucha una pieza de jazz. En la carta de Mastropiero Gastrobar y Jardín tienen mucha presencia los productos de la región, aunque siempre se fusionan con estilos o alimentos de otras culturas. Véase ese cochinillo ibérico cocinado al modo nikkei con niguiris de tacu tacu; el canelón de aguacate relleno de txangurro y langostinos; el lingote de rabo de toro con toques thai, tierra de aceite de humo, aire de jengibre y helado de lima, o el pani puri relleno de mousse de jamón ibérico y torta del Casar.

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Imposible no mencionar El Mirador de Galarza, también en Cáceres. Situada a tan solo 200 metros de la Plaza Mayor, su terraza, ubicada en la cuarta planta, regala unas impresionantes vistas panorámicas de la Ciudad Monumental. En este restaurante dan mucha importancia a los productos de Extremadura, en especial a los ibéricos, y a la cocción de estos en la parrilla de encina y el horno de carbón. Por lo tanto, imprescindible pedir su parrillada.

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Dentro del cacereño parque del Príncipe se encuentra La Terraza del Príncipe, que recientemente recibió un Solete de la Guía Repsol. Además, hace escasos días han incorporado importantes novedades: cambio de vajilla, nuevas entradas en la carta... Pero sus arroces siguen siendo un clásico.

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Uno de los establecimientos de hostelería más mágicos y especiales de Badajoz es El Silencio. Se halla en la plazoleta que hace de transición entre la calle San Juan y la Plaza Alta. Un rincón singular y con encanto, al que no le falta detalle: macetas, toldos estilosos, luces de neón, flores, risas, amigos, música en directo improvisada y un lema: me gusta lo mío.Y es que en esta casa son muy importantes los productos regionales y locales. De hecho, todas sus referencias de vino –unas treinta aproximadamente– son extremeñas. Admiran y valoran el ibérico por encima de todas las cosas, aunque siempre tienen a mano una buena tabla de quesos para picar. Trabajan con seis queserías diferentes de la región. No hay ninguna duda de que este sitio es sinónimo de estilo y autenticidad.

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Por otro lado, también en la capital pacense, se encuentra La Rana Loca, que abrió sus puertas a finales de mayo de este año. Esta terraza ha llegado a la margen derecha del parque del río Guadiana para iluminar la zona, y es que no han escatimado en bombillas, lámparas y otros elementos decorativos que hacen que este bar se vea desde casi todo el parque, especialmente de noche. Ofrecen tanto comidas y cenas, como cafés, cócteles y copas, para que quien decida alargar la velada en este entorno fluvial, tenga posibilidades de hacerlo. Además, tiene una zona chill-out muy agradable y fresquita.

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Otro rincón exquisito de la capital pacense es la plaza Cervantes. Allí se mudó en plena pandemia la tapería Ajonegro, que destaca por sus excelentes y abundantes tapas –a destacar la de bacalao dorado–. Aunque, haciendo honor a su nombre, elaboran un sobresaliente solomillo al ajonegro. Qué mejor que tomarlo bajo la atenta mirada de Zurbarán.

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En Mérida hemos seleccionado dos terrazas muy chic situadas en un entorno inconmensurable. De Tripas Corazón y Catalina Plaza son dos restaurantes que están a escasísimos metros del Templo de Diana, así que advertimos al lector de que comer o cenar aquí puede producir síndrome de Stendhal. Bromas aparte, en estos sitios el servicio es rápido y eficiente, ya que están más que acostumbrados a trabajar bajo la presión de la hora de las funciones del Festival de Teatro.

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En los municipios más pequeños también hay terrazas en las que resistirse a abandonar el verano. Una de ellas es la de La Tertulia, en Zafra. Remodelaron el local hace poco y no se olvidaron de la terraza, que da a la Plaza Chica, una de las plazas más queridas de la provincia. Han colocado veladores y sombrillas tan afrancesadas que, a pesar de estar saboreando una ración de rabo de toro, uno se puede llegar a sentir como en Montmartre, el famoso barrio parisino.

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Por último, pero no menos espectacular y agradable, destaca la terraza-jardín del restaurante Martínez Paiva. Se trata de un entorno muy acogedor repleto de vegetación, con sus propios viñedos alrededor, en el que es posible ver el atardecer y gozar mientras con su magnífica cocina. Además, hace un mes han renovado la carta, incorporando platos tan suculentos como las croquetas caseras de guiso de rabo de toro con puntas de guacamole; las gyozas de langostinos y verduritas con mayonesa de kimchi y sésamo negro, o la ensalada hurdana de naranja y patata con huevo escalfado y miel, entre otros. Está abierta los viernes y sábados noche mientras dure el buen tiempo, así que hay que darse prisa para disfrutar de este oasis decorado con exquisito gusto y en el que nunca faltará una buena copa de vino para brindar. ¡Salud!

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