![El italiano que cogía setas](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/202104/14/media/cortadas/setas-kdpG-U140494464172YC-1968x1216@Hoy.jpg)
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Hace cincuenta años, apareció por Puebla de Obando un italiano y se puso a coger setas. Los lugareños, que, como en el resto de Extremadura, no habían ido más allá de los espárragos, lo miraban como se mira a los bichos raros hasta que el italiano les explico que lo que él recogía y los de Puebla despreciaban se pagaba en Madrid a 1.000 pesetas el kilo. Inmediatamente, medio pueblo se puso a coger setas.
Medio siglo después, en Puebla de Obando hay una industria de envasado y venta de setas semejante a la que existe en Moraleja y ambas consiguen dar valor añadido a una de las actividades más antiguas y tradicionales de Extremadura: la recolección.
En la región, hay tres zonas de gran importancia micológica: la sierra de Gata, la sierra de San Pedro y el ángulo suroeste de Badajoz, donde el gurumelo se ha convertido en la estrella gastronómica, y también económica, de Oliva de la Frontera, Valencia del Mombuey o Villanueva del Fresno. También son muy ricas en setas las comarcas de Hurdes, Villuercas, Ibores, Jerte, Tentudía, La Vera, etcétera. Resumiendo: somos una potencia micológica
En cuanto llueva, aparecerán por Salorino los mayoristas de setas a realizar sus transacciones, los esparragueros del barrio alto de Burguillos volverán al campo y las serranías de Gata y San Pedro se llenarán de recolectores que completan su jornal con las cestas de setas. Estas actividades, que en Portugal están reguladas, en Extremadura se realizaban sin control alguno. La pasada semana se anunció la entrada en vigor de una licencia o carné de recolector de setas que puede ordenar esta actividad.
Los italianos también enseñaron el valor del gurumelo en la Raya Sur de Badajoz y son quienes pagan por las setas extremeñas un buen precio, aquí, pero una ganga en comparación con el precio que alcanza en Italia. Valga el dato de que un kilo de amanita caesárea se vende a 15 euros en la región y a 50 euros si se lleva a vender a Madrid.
Cuando a partir de los años 60-70, los extremeños descubrieron el valor de aquellas setas que se dejaban para los cerdos, también encontraron un aliciente para disfrutar. Cualquier recolector te cuenta que pocos placeres campestres son tan intensos como el de salir a la dehesa serrana a rebuscar bajo las encinas, armados de cesta para almacenar y cepillo de dientes para limpiar porque las setas, como saben, no se lavan, se limpian con suavidad.
Después están los trucos. Si te ven llegar a la fábrica a entregar tus setas y las llevas gordas, buenas y en cantidad, al día siguiente serás seguido por un montón de vecinos y entonces hay que tirar de astucia y despistarlos yendo para el lado contrario.
El buen recolector sale de casa de madrugada y busca y corta setas hasta el mediodía, no más allá. A esa hora, abre la fiambrera y almuerza. Y para finalizar, pilla un buen gurumelo, lo adereza con perejil, sal y un chorrito de aceite, lo pincha en un palo, lo pone en la lumbre y no hay sabor más extraordinario que ese. Por esta razón, vienen de media Europa a buscar el tesoro otoñal de nuestras dehesas. El gurumelo es considerado una seta de tres estrellas, pero el gurumelo extremeño es de cinco estrellas gran lujo y es diferente a los de otros lugares. Eso lo saben en Europa, pero aquí no lo asimilamos, seguimos pensando que se trata de una patata arrugada y sin gracia.
Los expertos consideran que la zona mejor para coger setas es la sierra de San Pedro, aunque tiene menos fama que otros lugares por estar menos poblada. Desde hace unos años, su importancia micológica ha ido en aumento y hoy es un enclave fundamental como demuestra la actividad comercial en Salorino o en Puebla de Obando. Y para comerlas, los restaurantes 'La Raya', de Valencia de Mombuey, y 'El Mulero', de Riomalo de Abajo, con su carta micológica de 12 platos. También, cualquier restaurante de Coria, capital extremeña de la cocina de la seta, etcétera, etcétera.
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David S. Olabarri y Lidia Carvajal
Iker Elduayen y Amaia Oficialdegui
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