Las barbacoas son para el verano. Y si es en el pueblo, en el bar de siempre, tomando unas chuletas o una pluma a la brasa con los amigos o la familia, mejor que mejor. Esta semana, En Salsa se va de terraza en terraza, de pueblo en pueblo, desde Madrigal a Talavera y desde Ovejuela hasta Alange, en busca del fresco perdido y de las barbacoas rurales que no nos podemos perder este verano.
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Sí al carbón de encina y a las carnes ibéricas sin excentricidades ni salsas que nos distraigan de su verdadero sabor. En los asadores extremeños que les presentamos a continuación impera la calidad y la sencillez, que como bien saben, no es lo mismo que la simpleza. La mayoría son restaurantes regentados por familias, con una amplia tradición en el arte de las brasas y del maillard. Es el caso del Mesón Asador Extremeño, en Talavera la Real. Su propietario, Pedro Gómez, empezó con 15 años de aprendiz y a los 21 se quedó con el negocio. Han pasado dos décadas desde ese día en el que se subió al carro de los más valientes: los emprendedores. Ahora maneja a la perfección los tiempos, los mejores tipos de leña para cada producto y hasta los más oscuros secretos de la barbacoa. Nos regala uno: para las carnes ibéricas es recomendable echar un chorrito de agua a las brasas.
Este mesón no necesita estar en pleno centro del pueblo para atraer a los comensales. El olor a barbacoa que reina en las inmediaciones –se ubica en el barrio El Poblado– es la mejor manera de abrir apetito. Además, tiene muchas visitas de turistas que vienen o van hacia Portugal y que saben que aquí pueden almorzar o cenar divinamente ahorrándose las rotondas y el tráfico de Badajoz. De hecho, en una ocasión Pedro dio de comer al FC Barcelona de fútbol sala, que disputaba una final en Cáceres. Su barbacoa mide casi tres metros de largo y en ella se asan principalmente carnes, pero también marisco. Es interesante probar las zamburiñas a la brasa y el pulpo.
De la localidad donde se halla el aeropuerto extremeño 'volamos' hacia la capital regional. En Mérida encontramos El Chiringuito de Choni, que este verano cumple 20 temporadas dando servicio a los bañistas de Proserpina. Lo celebran haciendo lo que mejor saben: carnes ibéricas a la brasa. Sobre su parrilla de varias alturas es habitual encontrar lagarto, pluma, secreto, churrasco... Los sirven con sal gorda y una picada de ajo, aceite y perejil por encima. Unas patatas panaderas y pimientos redondean el plato. Y las vistas de la charca y de la muralla, lo elevan a un nivel superior.
Los amantes del pescado braseado pueden degustar lubinas y doradas en su terraza, climatizada con una máquina de agua vaporizada. Además, el año pasado incorporaron arena en el suelo, por lo que, entre este detalle, la pérgola de madera y la cercanía del agua, poco o nada tiene que envidiarle a un chiringuito playero.
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De agua a agua. A una hora y veinte minutos en bici, o 25 minutos en coche, llegamos a Brasería Venta El Cuerno, que cuenta con una gran terraza con vistas al pantano y al castillo de la localidad. Su especialidad es el T-bone a la parrilla. Se trata de un filete de ternera en el que se aprecia el hueso en forma de te y que reúne dos piezas de carne muy suculentas. Por un lado tiene entrecot y por el otro, solomillo.
Pero no precisamente por su especialidad en ternera se llama El Cuerno. La historia se remonta muchos años atrás, cuando esta venta era una posada en la que, con la intención de robar, unos bandidos echaron cuernos en la chimenea. Los huéspedes, atosigados a consecuencia del humo, abandonaron rápidamente la estancia en busca de aire puro para sus pulmones. Y así los bandoleros hurtaron a sus anchas. Ahora, sin embargo, la cercanía a su gran chimenea, que abarca de pared a pared, se cotiza muy alto en otoño e invierno.
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En la provincia cacereña visitamos el restaurante más antiguo de Hervás. Si El 60 fuera una persona, haría ya varios meses que estaría vacunada contra la covid-19, y es que abrió sus puertas en el año 1945. Aunque este mesón ha sido remodelado, su estética rústica, tan propia de esta localidad, se ha mantenido, ya saben: piedra, ladrillo, suelos hidráulicos y una chimenea enorme en la que se hacen los asados a la vista de los propios comensales. Hay mucha variedad: secreto, lagarto, chuletón de ternera, choricitos asados, churrasco... La seña de identidad de este local es la tradición, siendo la mayoría de recetas propias de la madre del actual propietario, Raúl Neila.
David Peralta comenzó a trabajar hace 16 años con ganaderías de wagyu. En sus inicios, vendía la carne a grupos de consumo, pero tenía la ilusión de hacer degustaciones, así que alquiló un local y creó WDV Restaurante de Wagyu con el objetivo de ofrecer algo diferente en Madrigal de la Vera. En su parrilla, de carbón, se tuestan solo carnes, principalmente de vacas gallegas y de wagyu, ya que sigue con su propia ganadería, e incluso brinda la posibilidad de acercarse verla, a pesar de que está en otra finca.
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Este establecimiento de carnes maduradas se ubica en una verde pradera enfrente del pico Almanzor. Está algo más apartado del meollo de restaurantes turísticos, por lo que hay mucha tranquilidad. Incluso ofrece la opción a los clientes de cocinarse las carnes a la piedra en un fogón pequeño, de los que utilizan los campistas. La barbacoa de Georgie Dann queda en un segundo plano ante esta delicia de lugar, de carne y de momento.
También está en un lugar privilegiado (la ladera de la Garganta Ancha) el restaurante Aurora Boreal. Estamos en Casas del Monte, otro local imperdible durante los veranos extremeños. Hay tres piscinas naturales en las que chapotear y hacer hambre antes de sentarse a probar las carnes a la brasa de este establecimiento. Su recomendación es el chuletón de ternera o de buey, aunque también disponen de solomillo, secreto, chuletillas de cordero... Acompañan con patatas fritas o panaderas y con una ensalada de pimientos de piquillo. No falta un buen catálogo de vinos de la tierra para regar semejante plato.
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Por último, parada obligatoria en Ovejuela. Tras hacer la ruta senderista hasta El Chorrituelo (cinco kilómetros desde el pueblo), o al Chorro de la Meancera los más avezados (29 kilómetros), el cuerpo se merece una recompensa. La parrilla del Mesón Joselo, restaurado sobre una antigua casa hurdana tradicional, nos la da. Tiene un menú degustación de brasas por encargo. Varios platos de carne y de pescado, algo de verde para limpiar la boca y un surtido de mini-postres para reponer glucosa. Lo mejor: en este poblado perteneciente a Pinofranqueado apenas hay cobertura, así que con el móvil inservible, la comida sabe aún más intensa, la vida reduce su velocidad y la sonrisa de la persona de enfrente brilla el doble. Disfruten mucho.
Mesón Asador Extremeño Calle Venezuela, 3A. Talavera la Real. 691687949
El Chiringuito de Choni Avenida del Lago, 6 (Proserpina). Mérida. 615476409
Brasería Venta El Cuerno Lugar Diseminado, 7. Alange. 924365346
El 60 Calle del Collado, 28. Hervás. 927481048
WDV Restaurante de Wagyu Carretera de Oropesa, km 1. Madrigal de la Vera. 657996862
Aurora Boreal Paraje Piscina Natural, S/N. Casas del Monte. 669610480
Mesón Joselo Poblado Ovejuela (Pinofranqueado), 121. 686707601
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