Borrar
¿Qué ha pasado hoy, 7 de febrero, en Extremadura?
En los días de calor apetecen sensaciones más ligeras y afrutadas, como las que aportan los caldos claros. JOSÉ VICENTE ARNELAS
Quince vinos extremeños fresquitos para tomar en verano

Quince vinos extremeños fresquitos para tomar en verano

A partir de uvas eva beba, verdejo, macabeo o gewürztraminer, las bodegas de la región asaltan el mercado del vino ligero

Viernes, 9 de julio 2021, 18:56

El sueño de una tarde de verano: la terraza del apartamento playero, el balcón de nuestro piso, un velador en un chiringuito a la orilla de una garganta, el patio de la casa del pueblo… Sobre la mesa, algo para picar y una copa de vino blanco extremeño, o de uno de esos rosados fresquitos que tan bien sabemos elaborar. Es el momento perfecto, un rato de felicidad que vamos bebiendo trago a trago y en cada sorbo, la fruta, la frescura, la hierba, el campo de Extremadura condensado en una copa de vino.

En la región, hace tiempo que dejamos los blancos recios y repetidos para aventurarnos por caminos sorprendentes. Quién nos iba a decir que acabaríamos haciendo verdejos fabulosos o que nos atreveríamos con la uva gewürztraminer, tan afrutada, tan refrescante, tan alemana o alsaciana, pero que hemos sido capaces de aclimatar y trabajar con éxito en Matanegra.

Vinos semidulces extremeños que triunfan en los restaurantes y protagonizan las primeras cenas de las parejas jóvenes, rosados de categoría, elaboraciones sofisticadas de blancos sobre lías, fermentaciones en barrica y hasta pitarras de alta gama, blancos y deliciosos, premiados en concursos de prestigio que cierran el abanico de los increíbles vinos blancos y rosados extremeños.

En Salsa se ha dedicado esta semana a recorrer las mejores bodegas de la región para hacer una selección de vinos blancos y rosados para refrescar el verano de Extremadura. Vénganse con nosotros de vinos y hagan realidad el sueño de una tarde de verano: sorbo a sorbo, el campo extremeño en la boca y toda la fruta del mundo refrescando el paladar.

El Coloma Rosado Pinot Noir es uno de los primeros vinos de Europa, ya que se vendimia muy temprano (a principios de agosto). Su color es el mismo que las frambuesas, una de las frutas del bosque más delicadas. En nariz es muy floral, con destellos de fresa, grosella y albaricoque, por lo que su gusto es muy fresco y afrutado, perfecto para templar el cuerpo durante las olas de calor. Este caldo de las bodegas Coloma (Alvarado) marida muy bien con arroces y pastas, así como con embutidos y carnes blancas.

Algo más cítrico es Solo I Cayetana, de las bodegas Martínez Paiva, situadas en Almendralejo, 'la capital del vino' de Extremadura. Es de color amarillo limón, con visos verdosos. Huele a frutas tropicales y cítricos, que se mezclan con aromas vegetales que le dan frescura. En boca es potente y redondo, con un agradable equilibrio entre frescura y acidez. Acompaña gustosamente a pescados, carnes blancas, quesos nuevos y foie.

¿Y qué hay más veraniego que un chapuzón en el mar o un atardecer en el paseo marítimo? A todo esto sabe Habla del Mar, uno de los blancos estivales por antonomasia. Lo elaboran las bodegas Habla de Trujillo, pero tiene dos particularidades: las uvas proceden de viñedos costeros y es un vino submarino. Para que su sabor se corresponda con su nombre, se realiza una segunda fermentación durante ocho meses bajo el mar, concretamente en la bahía de San Juan de Luz, en el País Vasco francés. El resultado es un caldo de fragancia sutil, cuya primera nota recuerda a marisco, para luego dar paso a esencias vegetales, propias de algunas algas. También presenta matices de membrillo y manzanilla. Habla del Mar es de color amarillo limón, limpio y brillante, y la pegatina de su cuello evoca a un faro que alumbra y guía a los pescadores.

Otro buen vino y, además, muy fresco para estos meses de calor, es el Verdejo de Ruiz Torres, las bodegas situadas en Cañamero que cuentan con unas vistas privilegiadas de la Sierra de Guadalupe. Este vino blanco joven es de color amarillo pajizo brillante, con reflejos verdosos. En cuanto a su aroma, es muy fresco; en él predomina un tono afrutado que abarca melocotón, pera, pomelo, limón. Asimismo, se aprecian olores a campo, a hierba (concretamente, a hinojo), también con cierto recuerdo a minerales. En boca se corroboran los sabores afrutados, por lo que es goloso, pero también sorprende con un suave toque de amargor, tan propio de la variedad de uva verdejo. Gastronómicamente, casa bien con pastas, arroces, pescados, mariscos, ahumados, quesos suaves y jamón serrano.

De la variedad macabeo es el Viña Puebla fermentado en barrica, de bodegas Toribio. Este vino, perteneciente a la DO Ribera del Guadiana (los viñedos se encuentran en la comarca de Matanegra), es ideal para acompañar todo tipo de pescados y aperitivos ligeros, que tanto apetecen por estas fechas. Ya se sabe: un salpicón de marisco, unos berberechos, una remolacha aliñada... Es amarillo pajizo y tiene reflejos del color del oro. Sus aromas recuerdan a frutas blancas compotadas, cítricos y ahumados.

Uno de los rosados con el color más intenso es el Unadir Rosado. De hecho, el líquido es tan fucsia que parece una especie de elixir de amor. Este vino rubí de bodegas Las Encomiendas (Villafranca de los Barros) lo mismo marida con un atún rojo recién pescado en Barbate, que con una tortilla de patatas en un merendero en La Codosera. Eso sí, bien fresquito -a una temperatura aproximada de nueve grados- para que se aprecie bien la mezcla de sus esencias frutales: fresa, frambuesa, cereza, arándanos, grosella... además de sus notas florales: violeta y magnolia.

«Me siento feliz haciendo vino». Son palabras de Pedro Mercado, bodeguero de Los Balancines. Pero seguro que la mayoría de los creadores de los caldos que les detallamos en este reportaje opinan lo mismo porque, además, sus vinos también hacen felices a las personas. En este caso, Balancines blanco sobre lías es un producto de Oliva de Mérida, perteneciente a la D.O. Ribera del Guadiana y criado seis meses en roble en contacto con sus lías. En su cata percibimos un curioso matiz: notas de bollería, tostados suaves y almendras dulces. Ideal para esas tardes largas de verano, en las que el tiempo avanza sin prisa y los sentidos se afilan para disfrutar más.

El Pradomayo Gewürztraminer parece una bebida alemana, pero no, es un vino ecológico elaborado en El Raposo por las bodegas Romero. Este blanco también permanece con sus lías finas durante seis meses, por lo que es muy aromático. Además, en boca resalta su frescor y sedosidad, con lo cual, contrasta y marida muy bien con quesos fuertes. Esta variedad de uva tiene unos niveles de azúcares altos, por lo que podríamos considerarolo una golosina solo apta para mayores de edad.

En Azuaga se realiza el Verdejo de Bureo, de las bodegas Otero Vaquera. Este blanco tiene, además del característico sabor del verdejo, el calor de la familia. Y es que la empresa está formada por José Otero y su hija María Otero, quien aporta sus conocimientos técnicos de enóloga y toda su ilusión de joven bodeguera. Este vino es muy versátil y funciona como limpiador de paladar, así que marida con sabores tradicionalmente difíciles de combinar, como platos picantes o especiados.

Por último, dentro de la categoría de excelentes caldos para beberse a sorbos el verano, tenemos a un pitarra. Se trata de Laixa, un caldo dorado con aroma a flores y a manzana, que se desmarca de los pitarra tradicionales, famosos por su carácter recio y, a veces, por su espesor y sus posos. Laixa se hace con la misma técnica artesanal, pero cuidando muchísimo cada uno de los pasos del proceso para obtener un resultado exquisito. Su estilo refinado le hizo ganar el pasado año la Medalla de Oro del prestigioso certamen internacional Cinve, colocándose a la altura de los blancos de Rueda o Rioja. Todo un éxito (merecido) para este vino tan nuestro, que se elabora en Robledillo de Gata en las bodegas de Constancio Sánchez.

Constancio Sánchez y su sobrino, Óscar, tras recibir el premio de Cinve.

La última y nos vamos

Y hablando de distintivos, recientemente se entregaron los premios Espiga, organizados por Caja Rural de Extremadura. En la categoría de vinos blancos, el premio Espiga Oro fue para Blasón del Turra Macabeo 2020, de Santa Marta Virgen, una cooperativa de Santa Marta de los Barros. Su análogo en rosado fue el Viña Canchal Tempranillo 2020, de la cooperativa agrícola vinícola San José de Villafranca de los Barros.

Y cómo olvidarnos de esos vinos que, con su humildad y sabor agradable, reinan sobre las mesas de los restaurantes extremeños. Los semidulces Primavera, Dulce Eva o Entremares, son, por su carácter amable, el trago idóneo para adentrarse en el fascinante mundo del vino. ¡Salud!

Imagen principal - Quince vinos extremeños fresquitos para tomar en verano
Imagen secundaria 1 - Quince vinos extremeños fresquitos para tomar en verano
Imagen secundaria 2 - Quince vinos extremeños fresquitos para tomar en verano

Publicidad

Premios Goya

La quiniela de los premios Goya 2025

Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

hoy Quince vinos extremeños fresquitos para tomar en verano