Celestino J. Vinagre
Jueves, 19 de junio 2014, 07:10
A poco más de nueve meses de la convocatoria de las próximas elecciones autonómicas, José Antonio Monago acomete una remodelación del Consejo de Gobierno con cambios profundos. Se crean dos nuevas consejerías (aunque siguen siendo siete), entran dos nuevos consejeros, es destituido Pedro Tomás Nevado-Batalla y a Cristina Teniente, la vicepresidenta-portavoz, le adjudica nuevas competencias en el nuevo departamento de Economía, Competitividad e Innovación. Todo originado por la renuncia a seguir en el Gobierno regional de Antonio Fernández, consejero de Economía y Hacienda, una dimisión adelantada ayer por el diario HOY. Los nuevos consejeros son María de los Ángeles Muñoz, que ya estaba en la Junta como directora general de Trabajo, y Clemente Checa, presidente del Consejo Consultivo de Extremadura. No se informó si se mantendrán los directores generales actuales o también se producirán relevos. La reestructuración del Ejecutivo se iba a anunciar el próximo lunes pero la renuncia de Fernández avanzada por este periódico la precipitó ayer.
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Muñoz es la responsable de la ahora Consejería de Empleo -que antes llevaba Teniente-, Mujer y de Política Social, que se desgaja de la de Salud que dirige Hernández Carrón. De esta forma, la inspectora de Trabajo María de los Ángeles Muñoz se encargará de las políticas activas de empleo y de asuntos como el desarrollo de la renta básica y de la Ley de Dependencia.
Mientras, Checa, catedrático de Derecho Financiero de la Universidad de Extremadura, asume la gestión de Hacienda y Administraciones Públicas. El nuevo sistema de financiación autonómica es su principal caballo de batalla junto con las oposiciones de la Junta pendientes de celebración y la Ley de Función Pública en el caso de Administración Pública.
Fernández y causas
Lo que políticamente se denomina crisis de gobierno en este caso no debe entenderse como negativo sino como una crisis «para las oportunidades», defendió ayer Monago, acompañado por los dos nuevos miembros de su gabinete. Aunque admitió que la renuncia de Antonio Fernández se trata de un contratiempo, el presidente de la Junta entiende que ahora, al final de legislatura, «se abre un nuevo tiempo con un impulso a la creación de empleo y a las políticas sociales». En la primera cuestión, porque los datos del paro han mejorado desde el invierno; en la segunda, porque el desarrollo de la renta básica y los cambios para agilizarla son unos de los obstáculos con los que se topa el Gobierno del PP. Sobre la dimisión de Fernández, Monago especificó que se produce por motivos personales y reconoció que hace unos meses ya le planteó renunciar al puesto pero le pidió que siguiese hasta agotar legislatura. No ha sido así. «Ha presentado su renuncia irrevocable y los que tenemos la responsabilidad de formar gobiernos debemos dar respuestas a situaciones como esta», indicó el jefe del Gobierno extremeño.
El presidente regional no se quiso pronunciar sobre que el consejero de Economía y Hacienda haya renunciado a seguir formando parte de su gobierno por discrepancias internas, particularmente con Cristina Teniente, o por la política seguida en el caso de Caja Rural de Extremadura, además de que se haya visto sin determinadas competencias tras la decisión del jefe del Ejecutivo a principios de semana.
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«No hay ningún pulso en el Gobierno regional», sentenció Monago, a la vez que se refirió al desgaste político y de gestión producido en estos tres años al frente de la Junta, «muy difíciles por una crisis general que obviamente también ha afectado a Extremadura».
Monago aprovechó la notable remodelación para señalar que el inmovilismo no forma parte de su acción política. «Este es un tren que va muy deprisa y no hay tiempo para hacer paradas», comentó. «Estoy siempre replanteándome estrategias. Si tengo que hacer cambios, los haré», siempre pensando en lo mejor para la comunidad, dijo.
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Objetivos a conseguir
Concretó que los esfuerzos de su Consejo de Gobierno en el epílogo de su mandato «se centrarán en una política económica en la que lo primero será el empleo, aunque la estabilización de las cuentas públicas también seguirá siendo una prioridad». Igualmente se refirió a cerrar el proceso de «industrialización, innovación y exportación».
A la nueva Consejería de Economía, Competitividad e Innovación de Teniente le encomendó la tarea de «culminar la transición económica» iniciada en 2011 y consolidar el nuevo modelo productivo «basado en empleo de calidad, el crecimiento sostenido del PIB» y conseguir que Extremadura deje de ser objetivo 1 a partir de 2020.
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La nueva consejera de Empleo, María de los Ángeles Muñoz, indicó que es «tremendamente ilusionante» que se le conceda «la oportunidad de transformar a la sociedad extremeña» y de aportarle «un plus de bienestar». Por su parte, el futuro consejero de Hacienda y Administración Pública afirmó que su gran reto será la negociación del modelo de financiación autonómica, que va a suponer una etapa «especialmente conflictiva». La región, aseveró Checa, se juega gran parte de su futuro con este sistema.
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