J. L. G.
Domingo, 19 de abril 2015, 00:41
Él tiene 46 años y ella 41. Probablemente el mayor momento de ansiedad de su vida Manuela lo vive cuando, tras cumplir todas las indicaciones de los especialistas, revisa el test de embarazo. «Cuando te transfieren los embriones y has de esperar 15 días para hacerte la prueba, se pasa fatal, no puedes esperar, es que no duermes. Esa sensación no la sabe nadie, solo tú. Psicológicamente te afecta mucho», describe.
Publicidad
Manuela López y Enrique Moreno están deseando tener su primer hijo. Ella se acercaba a los cuarenta, por eso acudieron al Centro de Reproducción Humana Asistida (Cerha). «Piensas que vas a ser joven eternamente y llega un momento en que te está pasando la edad. Nos asaltaban dudas, así que fuimos al médico de cabecera y nos derivaron aquí». Desde que le hicieron el diagnóstico y le dieron cita en el Cerha transcurrieron entre tres y cuatro meses.
Esta pareja de Badajoz dice que nunca pensaron en acudir a una clínica privada porque estaban en edad de poder beneficiarse del sistema público, explica Manuela López ante la mirada su marido Enrique Moreno y una serie de gráficos con úteros, embriones, ovocitos y demás partes del cuerpo implicados en la reproducción. Para ambos, la labor didáctica es importante. «Uno llega a ciegas y agradeces que te lo expliquen tan bien (...). Hay que seguir unos pasos, cada semana, cada día, a tal hora, pero te dan un planillo con un cuadrante para que no se te pase nada», tercia su pareja, que destaca la parte humana de este servicio médico. «Esto no es una consulta al uso. No es que te duela una rodilla, esto es algo emocional, y la mujer lo vive con mucha ansiedad, por eso es importante el buen trato que recibes»
En su caso, el diagnóstico fue que no tenían problemas para concebir. Pertenecen a algún grupo de esterilidad desconocido.
De hecho, Manuela consiguió quedarse embarazada el año pasado, pero al final todo se torció en la semana 16 y volvieron a empezar.
Por su edad -mayores de 38- pasaron directamente a fecundación in vitro, de modo que a ella la sometieron a un tratamiento hormonal de estimulación ovárica, que consiste en inyecciones subcutáneas y, tras un seguimiento, se extraen los ovocitos que luego se fecundan. Los tratamientos son hasta los 40 años, pero si tienes embriones sobrantes de tratamiento te los pueden poner hasta los 50.
Publicidad
Aunque saben que éste es un tema del que no se habla abiertamente, ellos han decidido afrontarlo con naturalidad. Conocen muchos casos en su entorno. «En cuanto hablas de tu caso enseguida salen más pues siempre hay alguien que conoce a alguien. Se lleva en secreto, pero nosotros hablamos abiertamente de ello porque todo el mundo te pregunta que por qué no tienes hijos. Cuando lo comentas empiezan a salir casos. Es más habitual de lo que parece».
Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.