«Me dijeron que si me iba de Acorex habría financiación para el grupo cooperativo»

Pocas personas como Javier Donoso Caro (Mérida, 1955) conocen tan bien al grupo Acorex. Fue su quinto trabajador cuando arrancó en 1985, director adjunto entre 1986 y 1996 y director general entre 2002 y 2013. Bajo su mandato alcanzó su mayor dimensión pero se le acusa de auspiciar empresas fallidas que han lastrado a la sociedad. Donoso habla de su gestión en el grupo y también de intervención política en la misma semana en la que, por primera vez, un miembro del Gobierno de Monago, el exconsejero de Economía y Hacienda, Antonio Fernández, ha admitido que existieron injerencias del Ejecutivo del PP, unidas al intento de control de Caja Rural de Extremadura.

¿Si Acorex acaba desapareciendo, se sentiría responsable?

En absoluto. Es la primera vez que comparezco para hablar de Acorex, aunque me he puesto a disposición con todos los que han querido escucharme en estos dos últimos años y medio desde que salí, mejor dicho, me invitaron a irme, del grupo. Para mí es un orgullo hablar de Acorex y de mi gestión. Fuimos la primera empresa de Extremadura porque se hicieron las cosas con cabeza. Descerebradamente nadie consigue eso. Cuando tú eres director de una empresa de este calado económico y social es evidente que tomas muchas decisiones. Yo me he confundido muchas veces, pero he acertado muchísimas más. La prueba es el resultado. Cuando me fui, Acorex cerró los mejores números de su historia, con 245 millones de facturación. Era la primera empresa agroalimentaria de Extremadura y la quinta de España. Esa es la realidad, sustentada en los últimos once años en los que estuve de director general, en los que se auditaron las cuentas por Deloitte, empresa contrastada y auditora de la mayoría de las sociedades del Ibex 35 y de la Junta.

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