Mateo Balín
Domingo, 8 de mayo 2016, 13:11
Visiblemente más delgados y con aspecto pálido, pero sanos, al fin y al cabo. Los periodistas Antonio Pampliega, José Manuel López y el extremeño Ángel Sastrepisaron suelo español alrededor de las nueve de la mañana de ayer tras pasar casi diez meses secuestrados en Siria. Llegaron a la base madrileña de Torrejón de Ardoz en un avión de la Fuerza Aérea Española procedentes de Turquía. En la pista les esperaban sus familiares y la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría. Desde que se bajaron de la escalerilla se vivieron escenas de emoción. Lágrimas y abrazos bajo la lluvia. «Estamos desbordados por la situación», comentaron los liberados, que afirmaron que sus captores les habían «tratado bien» y que regresaban «animados» y dispuestos «a recuperar el tiempo perdido».
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Lo primero que hicieron Ángel, Antonio y José Manuel, quien ha perdido 15 kilos en nueve meses y 26 días de cautiverio, fue reunirse tranquilamente con sus familiares y amigos en una sala de la base de Torrejón. Allí recibieron una llamada del Rey, que les manifestó su alegría por la liberación. Felipe VI ha estado en permanente contacto con Sáenz de Santamaría, la responsable política de los servicios de inteligencia, durante las horas calientes del proceso de liberación, entre este viernes y el sábado por la mañana.
Posteriormente, los periodistas se fueron a una cafetería de la zona de embarque, acompañados de sus allegados. Allí relataron a la agencia Efe el periplo del secuestro por parte de miembros del Frente al Nusra, un grupo satélite de Al Qaeda que combate contra el Ejército sirio desde que estalló la guerra civil a principios de 2011. Los tres 'freelance' (trabajador por cuenta propia) con experiencia en conflictos bélicos desaparecieron en Alepo, al norte de Siria, el 12 de julio del pasado año, poco después de haber entrado al país por la frontera turca. Su guía, el sirio Usama Ajjan, al que ya conocían de viajes anteriores, colgó en las redes sociales varias fotos con sus «amigos españoles» nada más pisar suelo sirio, lo que inconscientemente pudo alertar a sus captores de la presencia de los periodistas en el país. De hecho, Ajjan fue capturado junto a ellos horas después de publicar en Facebook una foto del grupo en la furgoneta, pero en su caso le soltaron 20 días después.
Paseos, cartas y fútbol
Los liberados relataron que prácticamente el 90% del cautiverio lo pasaron en habitaciones cerradas. En ese periodo sus captores les movieron por al menos seis casas de la zona de Alepo, la ciudad más devastada por la guerra y escenario de cruentas batallas y de bombardeos por parte del régimen de El-Asad en colaboración de la aviación rusa. De las habitaciones únicamente salían para dar paseos por un patio. No todos los días. Dentro hacían ejercicio para escapar del aburrimiento. El trato fue correcto por sus captores, incluso les permitieron ver fútbol por televisión e intercambiar cartas con sus allegados.
A lo largo de los tres primeros meses estuvieron juntos en una casa cerca de Alepo. Allí compartieron espacio con una mujer alemana embarazada y con otro periodista japonés, Jumpei Yasuda, capturado en torno a las mismas fechas que los españoles, y que en marzo pasado aparecía en un vídeo reclamando ayuda a su gobierno. Pero después los raptores decidieron separar a Pampliega de López y Sastre, quienes siguieron juntos hasta el final. Este sábado en Turquía los tres se reencontraron medio año después. La sorpresa fue doble, por la liberación y el encuentro, ya que ninguno sabía cómo estaba el otro.
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En todo este tiempo los agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que se han ocupado del rescate les ha tenido localizados, pese a los movimientos de un lado al otro. A principio de año su liberación estuvo cercana cuando les llevaron a una zona próxima a Turquía controlada por el Frente Al Nusra. Pero su puesta en libertad no se cerró.
Cuando los agentes no podían comprobar directamente su estado, exigían a los captores pruebas de vida, es decir, garantías de que estaban vivos. El último vídeo en el que decían su nombre y la fecha de la grabación fue hace pocas semanas. Por lo general, presentaban buen aspecto, si acaso alguno de ellos más delgado, caso de Pampliega y López. Nueve meses y 26 días después, ayer por fin ya durmieron en casa.
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