J. R. Alonso de la Torre
Miércoles, 8 de junio 2016, 08:03
Hace 20 años, mi periódico me envió a Fátima. Tenía que hacer un reportaje para abrir un nuevo suplemento y debía ser algo rompedor, no la clásica historia de apariciones, milagros y devoción. Me fui con un joven fotógrafo y aquello no acababa de salir, no encontrábamos material original. El trozo de muro de Berlín ya estaba muy visto y los fieles arrodillados dando vueltas alrededor de un túmulo no nos parecía una historia con enjundia. Cuando ya empezábamos a desesperarnos, reparamos en dos jóvenes mal vestidos, casi harapientos, que reptaban, literalmente, por la gran explanada del santuario. Nos acercamos a ellos y charlamos un rato.
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De la conversación, nos llamaron la atención dos cosas: la primera, que eran exdrogadictos y venían a encomendarse a Nuestra Señora para que los ayudara a rehabilitarse; la segunda, que uno estaba en el hotel Aleluya y el otro en el hostal Cristo Rey porque no habían encontrado dos habitaciones en un mismo establecimiento. Con estos datos y el resto de la conversación, ya teníamos historia. Colocamos en portada la foto de los dos jóvenes reptando con cara de desesperación, a todo color y a toda página con el titular: 'Fátima, la Virgen de los yonkis' y contamos la vida de los muchachos con un despiece centrado en la santa hostelería de Fátima, donde había decenas de hoteles, pensiones y hostales con nombres tan divinos como Lux Christi, Luz de Fátima, Nuestra Señora, Los Tres Pastorcitos, Corona Santa, Consolación, Cova da Iria, San Antonio, Ángel de Portugal.
Fátima es uno de los centros mundiales del turismo religioso con alrededor de ocho millones de visitantes anuales, yonkis o no, pero lo que se espera para dentro de un año en esos santos hoteles va a ser de récord. Resulta que el 13 de mayo de 2017 se celebra el centenario de la aparición de la Virgen a los pastorcitos Lucía, Jacinto y Francisco cuando estos llevaban sus ovejas a pastar a un paraje llamado Cova da Iria, cercano a Fátima, su pueblo. Con motivo de este centenario, el Papa Francisco ha anunciado su visita a Fátima y se ha liado un frenesí hostelero en Portugal del que muy bien podría aprovecharse Extremadura.
Cáceres está a la misma distancia de Sevilla que de Fátima y Badajoz queda a 218 kilómetros del santuario. Son distancias competitivas en turismo religioso y en hostelería en general si tenemos en cuenta que, a un año de la vista papal, no queda una cama libre para los días 12 y 13 de mayo de 2017 ni en Fátima ni en la zona centro de Portugal, según informa el periódico lisboeta Diário de Notícias.
En Coimbra, a 90 kilometros, y en Lisboa, a 128 kilometros, hace un mes ya había muchos hoteles con las plazas reservadas para dentro de un año. Los hosteleros aseguran que, si los 13 de mayo siempre cuelgan el cartel de completo en 100 kilómetros a la redonda, con el centenario, se preveía duplicar la distancia y las reservas: todo ocupado a 200 kilómetros. Pero el anuncio de la vista del Papa ha triplicado las búsquedas de habitación. Estiman que en 300 kilómetros a la redonda de Fátima no quedará una sola cama libre entre el 10 y el 15 de mayo de 2017. Algo parecido a la final de la Champions de Lisboa, pero durante más días.
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En Portugal, calculan que los precios de los hoteles subirán un 10% durante el próximo mes de mayo y esperan aprovechar la oportunidad para impulsar la economía como sucedió con las visitas de Francisco a Corea del Sur y Méjico. Al igual que en aquel Madrid-Atlético de mayo de 2014, el efecto vecindad acabará beneficiando otro mes de mayo a la hostelería extremeña.
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