Juan Soriano
Miércoles, 22 de junio 2016, 00:37
La Garrovilla es una pequeña localidad de las Vegas Bajas del Guadiana. Está atravesada por el tendido ferroviario que comunica Mérida con Badajoz. La línea de alta velocidad ha agrandado esa fractura con una plataforma por la que algún día circulará el AVE y que primero se adaptará para dar servicio a un tren de altas prestaciones. Pero en la actualidad sólo acoge grupos de decenas de traviesas amontonadas en un lateral. Llevan allí más de nueve meses a la espera de que se ejecute el montaje de vía.
Publicidad
Este contrato es una de las ocho obras del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) que están paralizadas en la región. En todos los casos se debe a discrepancias con las empresas adjudicatarias y en algún extremo ni siquiera han llegado a comenzar. Suman una inversión de 116,9 millones de euros, aunque el importe conjunto de licitación es de casi 178 millones.
Estas obras están contempladas tanto para el AVE extremeño como para el tren de altas prestaciones. Pero no todas son imprescindibles para ambas actuaciones. Debido a que el llamado tren rápido estaba comprometido para finales de 2015, las más imperiosas para Adif son las destinadas a este servicio.
El tren diésel de altas prestaciones aprovechará la plataforma del AVE entre Plasencia y Badajoz. Para ello, hay que terminar las obras pendientes de la alta velocidad, habilitar ramales que comuniquen la nueva infraestructura con la red convencional, adecuar las estaciones actuales, instalar las vías y colocar la señalización y las comunicaciones.
Debido a los retrasos entre Plasencia y Cáceres, Adif propuso poner en funcionamiento en primer lugar el tren rápido entre Cáceres y Badajoz, donde ya está terminada la plataforma del AVE a excepción de dos tramos en Mérida.
Publicidad
Para ello, entre marzo y mayo del pasado año formalizó los contratos para la instalación de vía entre Cáceres y Mérida y entre Mérida y Badajoz, así como la renovación de vía en las tres estaciones y la mejora de los accesos a Cáceres y Mérida. Estos tres contratos se adjudicaron a Ferrovial por 4,5 millones de euros, 3,2 millones y 4 millones, respectivamente. El plazo de ejecución es de ocho meses en el primer caso y de siete en los dos restantes. Ninguno de los tres está actualmente en ejecución.
La plataforma del AVE que falta en el entorno de Mérida no es imprescindible para el tren rápido, pero le afecta. Se trata de los tramos San Rafael-Cuarto de la Jara y Cuarto de la Jara-Arroyo de la Albuera, que se adjudicaron a finales de 2014. El primero por 18 millones de euros a Vías y Construcciones y un plazo de ejecución de doce meses, y el segundo por 16,5 millones a Corsan-Corviam y catorce meses de obras. Una visita a la zona basta para comprobar que no hay actividad.
Publicidad
Uno de estos tramos es necesario para habilitar el ramal de acceso norte a Mérida, otra obra que se encuentra paralizada. Se firmó en octubre del pasado año con Intervías por un importe de 408.000 euros y seis meses de obras. Pero, como Adif estimaba que la plataforma no estaría concluida en 2015, diseñó otro enlace unos kilómetros más al norte, donde la línea del AVE y la red convencional van en paralelo. Esta actuación forma parte del contrato de instalación de vías, lo que garantiza la conexión, aunque supondrá que no se aproveche en toda su extensión la infraestructura de la alta velocidad.
De Cáceres a Plasencia
La situación entre Cáceres y Plasencia no es tan urgente, ya que el propio Ministerio de Fomento ha reconocido que el tren rápido entrará en servicio con más retraso que entre Cáceres y Badajoz. Pero hay dos contratos que también están parados y que serán necesarios.
Publicidad
Uno de ellos afecta al tramo Cañaveral-Embalse de Alcántara, uno de los más costosos y complejos del AVE extremeño debido a que acoge una de sus infraestructuras singulares, el viaducto sobre el río Tajo. Esta obra se adjudicó a comienzos de 2011 a Copisa y Copasa por 64,85 millones de euros y un plazo de ejecución de 33 meses. Debería haber concluido hace dos años, pero ha pasado por varios modificados, el último de ellos por importe de 2,26 millones de euros en septiembre del pasado año.
La complejidad de estas grandes obras, como sucede con el viaducto sobre el Almonte y el túnel de Santa Marina, explica por qué el tren rápido llegará más tarde al tramo entre Plasencia y Cáceres. Aunque hay otra actuación paralizada, la de adecuación de los accesos a ambas ciudades para habilitar las vías de entrada a las estaciones. Se firmó en enero de este año con Ecisa-Gévora por 5,34 millones de euros y ocho meses. Al igual que en el caso anterior, cuando concluya aún habrá que instalar vías, señales y comunicaciones.
Primer mes sólo 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Pillado en la A-1 drogado, con un arma y con más de 39.000 euros
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.