P.A.G.
Lunes, 25 de julio 2016, 00:25
La media anual de grandes incendios en España (los que superan 500 hectáreas quemadas) es de 23 y suponen el 37% de superficie arrasada. Según WWF-España, al mismo tiempo que se reduce el número de incendios aumentan los grandes que, además, tienden a crecer en tamaño, como revela que en 2015 tan sólo 15 quemaron el 38% de las 103.000 hectáreas afectadas.
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«Su localización no deja dudas. Suelen coincidir con extensas zonas de bosques o plantaciones densos y muy homogéneos, que han dejado de aprovecharse en las últimas décadas por abandono agroganadero y éxodo rural. Además, el incremento de actividad recreativa estival en estas zonas actúa de forma sinérgica con los factores anteriores», indica Fernando Pulido, profesor de Ingeniería Forestal y del Medio Natural de la UEx. El problema se agrava por ausencia de labores de prevención como fraccionamiento y reducción del combustible, que deberían realizar administración y propietarios forestales.
Los expertos apuntan la necesidad de una política de planificación territorial preventiva que pare esa tendencia. «Se requiere trasvase de inversiones de la extinción a la prevención planificada, integrando actividades agroganaderas que generen amplias discontinuidades en masas de combustible vegetal», apunta el profesor Juan Carlos Giménez. Extremadura, muy afectada por los grandes incendios de Sierra de Gata y Hurdes, ha de ser pionera en esta labor, «aunando acción política con desarrollo local que evite el actual divorcio entre población y montes».
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