Celestino J. Vinagre
Martes, 30 de agosto 2016, 00:29
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La Declaración de Impacto Ambiental -DIA- para continuar la explotación de la mina de Aguablanca, en Monesterio, va camino de batir récords. Por el tiempo de tramitación y por la continua demanda de documentación añadida. Lo que en teoría iba para una tramitación ordinaria (no más allá de seis meses) acumula ya un año y un mes de proceso sin que Lundin, concesionaria de la mina, y los trabajadores, ya en paro, puedan ser optimistas. Ahora el Gobierno central cuestiona el tipo de instalación existente para la extracción del metal y la gestión de residuos. Y también reclama más papeles sobre los efectos de seguir sacando níquel en zona de la Red Natura 2000.
La Dirección General de Evaluación y Calidad Ambiental ha realizado un nuevo requerimiento de papeles. Lundin tiene ahora tres meses de plazo máximo para enviarla a Madrid.
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