Sin señales de la planta de Talaván, pero la de Usagre se reactiva

En Extremadura están presentados desde la legislatura anterior (2012) tres megaproyectos fotovoltaicos. Se eligieron para su ubicación los municipios de Talaván, en la provincia de Cáceres, y los pacenses de Calzadilla de los Barros-Bienvenida en un caso, y Usagre en el otro. Más de cuatro años después de que se empezara a hablar de ellos su situación es diferente, lo mismo que la posibilidad de que se pongan en marcha.

Aunque resulte paradójico quien presenta menos opciones de salir finalmente adelante es quien tiene el proceso burocrático más avanzado. Se trata del proyecto de Talaván, el único que cuenta con la declaración de impacto ambiental (DIA) que emite el Gobierno. Tiene la DIA desde 2014 para una potencia instalada de 300 megavatios pero no cuenta aún subestación eléctrica para evacuar la energía que se produjese. Se habló en su día de una inversión de 250 millones.

En el caso de la posible planta de Calzadilla de los Barros-Bienvenida, de 394,2 megavatios de potencia y un presupuesto de 157,7 millones, no hay DIA ni la autorización administrativa que dependen del Ejecutivo central. En cambio sí dispone de subestación. La ampliación de ella aparece para 2019 entre los planes del Gobierno pero Extremadura pide que se aborde para estar activa antes para facilitar la evacuación de energía y, obviamente, el desarrollo del proyecto.

Por último la noticia sobre el proyecto de Usagre es que se ha desbloqueado. En verano este diario informó que Ecoenergías del Guadiana (José Luis Joló) puso el aval de cinco millones que se exige para seguir adelante con su tramitación. La planta sería de 500 megavatios y, según el anuncio que salió en su día tanto en el Boletín del Estado como en el de la provincia, el presupuesto de la obra es de cerca de 190 millones.