400 cañas con morros y oreja

Así se prepara la Tardebuena ·
80 litros de cerveza y 28 kilos de comida en un bar de barrio

J. R. Alonso de la Torre

Martes, 24 de diciembre 2024, 08:26

Gorro cocinero de fantasía y ropa negra. A la moda, actual. Con ustedes, la chef MC. No quiere fotos ni que salga su nombre. En ... la era de las chefs mediáticas, MC rehúye la fama. Es jueves y estamos en la cocina de un bar de barrio cacereño, un bar transversal e interclasista. En su salón interior se fraguó Vox, en su terraza se reunía Podemos, por su barra pasan destacados socialistas, mayormente de la facción de Esther Gutiérrez, y en sus mesas, de nueve a diez, se vive la hora neoliberal, cuando simpatizantes del PP comentan la política del día. Es jueves y estamos en el bar El Rincón de Julio.

Pero volvemos a la cocina con la chef que quiere pasar desapercibida. Ya dijimos que es jueves, 19 de diciembre, faltan cinco días para la jornada más grande de la hostelería cacereña. MC comienza los preparativos para un frenesí de seis horas en el que se cierran calles, se ocupan aceras, se corta el tráfico y, entre las 13.30 y las 18.30, media ciudad sale a disfrutar de las cañas de Nochebuena o, para ser modernos, de Tardebuena. El 24 de diciembre, vuelven a casa los hijos y nietos emigrados a Dallas, Madrid o Edimburgo y se celebra un reencuentro callejero y multitudinario bendecido por la cerveza y el pincho.

El pincho. Ahí está la clave del trabajo de MC. ¿Cómo se organiza la intendencia de las cañas de Nochebuena en un bar de toda la vida? Nuestra chef empieza a prepararlo todo este jueves. Llegan los últimos pedidos y las neveras rebosan de producto. «Llevo ocho años cocinando los pinchos de las cañas y más o menos ya sé lo que se va a gastar», reconoce. «Antes, las cañas duraban hasta las nueve de la noche, ahora aguantan menos. En algunos bares sí puede ser que estén hasta tarde, pero lo normal es que después de las seis, empiece a tranquilizarse la cosa», calcula Julio, marido de MC, que se encarga de la barra y la bebida.

Julio ha preparado para ese día 80 litros de cerveza, así que espera servir 400 cañas en seis horas más unas diez botellas de vino. Si a diario traen seis barras de la panadería Nandi de Alcántara, para ese día calculan gastar 20 barras. «Este año, cae entre semana así que habrá más gente. Los años que Nochebuena cae en sábado, domingo o lunes, la gente se va fuera y flojea», aventura Julio.

En este bar cacereño, el día de las cañas pueden juntarse a la vez 80 personas: 40 en el interior y otras 40 en las diez mesas de la terraza. El martes, MC entrará en la cocina a las siete y media, como cada mañana. Ese día, tendrá la ayuda de su hija menor, que aparcará por unas horas la preparación de los exámenes de Numismática, Epigrafía, Historia Antigua y Arqueología que la esperan después de Reyes. Otra hija, profesora y ya casada, estará al quite por si hay que hacer algún recado.

Pero vamos al lío: ¿qué pinchos va preparar MC para acompañar el día 24 las 400 cañas y el sinfín de botellines, refrescos y copas de vino? «He previsto tres kilos de higaditos de pollo encebollados, cuatro kilos de morros con tomate y dos kilos de oreja al ajillo. Los higaditos me los traen de Ourense y los morros y las orejas de Moraleja», desgrana la chef anónima la primera tanda de pinchos. «También pondré en la plancha 50 chorizos barbacoa y prepararé dos kilos de albóndigas. Y en la freidora, dos kilos de coliflor rebozada, otros dos de calamares a la romana, 75 empanadillas y 50 croquetas de jamón. Con cinco kilos de patatas para freír yo creo que habrá bastante», calcula MC, que espera acabar todo a las ocho. Después, limpiar, fregar, ordenar y a casa agotados. «El año pasado, nos duchamos, cenamos cualquier cosa y a dormir. Este año, ya veremos».