La Fundación Caja Extremadura inicia una nueva trayectoria, ahora formando parte de Unicaja Banco, la entidad en la que se ha fusionado Liberbank y que se ha convertido en la quinta de mayor tamaño de nuestro país. El cambio les ha hecho ser accionistas más ... pequeños, aunque de una tarta más grande. La presidenta de la Fundación, Pilar García Ceballos-Zúñiga, cree que la operación «solo puede ser vista de una forma muy positiva», también para los propios intereses del organismo heredero de la antigua Obra Social de Caja Extremadura.
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«Éramos partícipes en Liberbank de un porcentaje aproximado del 5% y ahora casi llegamos al 2%, es decir, desde ese punto de vista la presencia como accionistas se reduce, pero la nueva entidad financiera es la quinta española. Se refuerza la entidad y, por tanto, la parte económico-financiera que a nosotros nos interesa como accionistas se va a ver beneficiada», asegura.
«Aunque somos una entidad independiente del banco, como accionistas sí vemos que esta fusión es muy positiva, también incluso desde otras perspectivas tipo empresarial y de mantenimiento del empleo. La verdad es una etapa ilusionante para la entidad resultante e incluso se habla de que va a entrar en el Ibex 35. Bueno, ya se verá».
Pilar García no descarta que en el escenario de la banca española siga habiendo nuevas fusiones, «lo que falta es saber quiénes van a ser los jugadores, pero la tendencia es a reforzar las entidades como se ha hecho hasta ahora, y es un proceso por tanto que yo creo que seguirá en el futuro porque además los reguladores, el Banco Central Europeo o el propio Banco de España también lo aconsejan».
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La Fundación da por hecho que habrá reparto de dividendos, que les nutre para sus proyectos, lo que no fue posible en el último ejercicio como consecuencia de las alteraciones ocasionadas por la pandemia.
Por su tamaño, la de Caja Extremadura no tienen silla en el consejo de administración del nuevo banco, como sí sucede con la Fundación Unicaja y la Fundación Cajastur, que conservan un paquete accionarial bastante superior. Esta circunstancia no parece inquietar a la Ceballos-Zúñiga, que recuerda que« en Liberbank tuvimos representación en su momento, pero con las ampliaciones de capital posteriores ya se redujo nuestro participación por debajo de los niveles suficientes»
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En cuanto a los proyectos que han ido desarrollando en los últimos años, la presidenta de la Fundación asegura que seguirán adelante «sin afectarles nada».
«Tenemos nuestras tres líneas de actuación que son muy claras y se mantienen: cultura, emprendimiento y la parte social. Seguimos con nuestros planes y además estamos satisfechos porque hay proyectos muy ilusionantes como el que tenemos en colaboración con la Fundación Botín». La de Caja Extremadura también tiene en marcha el programa 'Contigo más cerca'. «El fondo de inversión de este programa que se creó con Liberbank con fines solidarios seguirá funcionando con la nueva entidad», precisa.
En la parte de emprendimiento, se continuará con Samara Rural, que ya ha cumplido varias ediciones, y se mantendrá el Samara Emprende para las empresas, además de los premios que se conceden.
Para García, la fusión bancaria les puede abrir nuevas vías de colaboración con otras fundaciones. «Nos hemos dado cuenta de que si los proyectos que ponemos en marcha los hacemos en colaboración con otras entidades, los efectos se multiplican. Así que, en esta nueva etapa se nos abren nuevos horizontes para colaborar por ejemplo con la propia Fundación Unicaja, que tiene líneas muy relevantes, y con las otras que también forman parte del nuevo banco. Ya estamos explorando esa posibilidad para hacer programas conjuntamente ahora que somos accionistas del mismo banco».
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Entre las ideas de futuro, también está la de aprovechar la celebración de Las Edades del Hombre en 2022 en Plasencia para celebrar actividades complementarias con el fondo cultural que tiene la Fundación, muy vinculado a la localidad extremeña a través del Salón de Otoño y Obra Abierta. «Plasencia es una localidad importante para nosotros y seguimos apostando por ella. Es cierto que con la pandemia se ha quedado todo un poco congelado, pero sin duda Las Edades del Hombre es un momento relevante para hacer actuaciones en paralelo».
Sobre las opciones de que la Fundación se desprenda de patrimonio, Pilar García no lo contempla en estos momentos. Por el contrario, considera que la operación del edificio Coliseum en Cáceres, cerrado durante 15 años y ahora alquilado a la cadena de gimnasios Altafit, ha salido bien. «Es un beneficio también para la ciudad, porque pensamos que un edificio cerrado no tienen ningún sentido. Si tiene uso sale ganando el edificio en sí, pero también la ciudadanía en general como creo que ha sucedido en Cáceres, y así lo estamos viendo con el resto del patrimonio inmueble que tenemos. Cualquier opción que se baraje será también en beneficio de la propia ciudad».
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