Con la eliminación de las mascarillas se pone fin a tres años de restricciones. Atrás se dejan las clases telemáticas, las reuniones solo con convivientes, los días de encierro, las limitaciones de visitas a mayores en las residencias, los bares sin barras, los militares ... desfinfectando calles, los entierros casi sin asistentes y las despedidas sin abrazos.
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Si hay una fecha marcada en el calendario de la covid esa es el 11 de marzo de 2020. Ahí empezó todo. La Organización Mundial de la Salud pasó a considerar al coronavirus una pandemia global. Ese mismo día se produjo el primer fallecimiento por este virus en Extremadura. Se trataba de Claudia, una mujer de 59 años de la localidad cacereña de Arroyo de la Luz.
El 14 de marzo de 2020, se decretó el primer el estado de alarma. Antes, el 11, ya se había cerrado perimetralmente Arroyo. Se convirtió así en el segundo pueblo de España en aislarse.
Luego se confinó a todo el país. Lo que en un principio iba a durar 15 días acabó alargándose casi cien. Se clausuró la actividad no esencial y se cerraron los centros educativos.
Por aquel entonces, las mascarillas no eran obligatorias. De hecho, más de una autoridad sanitaria, entre ellos, el consejero de Sanidad, José María Vergeles, no las recomendaba. En esos tiempos valía con tapar la boca y una simple flexión de codo al toser. Eran momentos en los que el material sanitario faltaba en los hospitales y hacerse con un tapabocas era casi imposible. Su precio estaba desorbitado y una mascarilla quirúrgica llegó a costar tres euros en Extremadura.
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El 26 de abril de 2020 los menores de 14 años pudieron salir una hora al día a la calle y fue a principios de mayo cuando empezó lo que se conoció como la desescalada. Había cuatro fases que iban a una velocidad distinta dependiendo de cada comunidad autónoma. Era el fin del confinamiento y se empezaron a abrir, con muchas restricciones, las terrazas de bares y el pequeño comercio.
Fue en de mayo de 2020 cuando la mascarilla se hizo obligatoria en el exterior. En junio llegó lo que denominaron la nueva normalidad, un eufemismo para referirse a una vida muy diferente a lo que se conocía antes de la pandemia.
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Limitaciones de horario, distancias de seguridad, nada de fumar en terrazas, mesas con pocos comensales y otras restricciones hasta que llegó un nuevo estado de alarma el 25 de octubre de 2020. Este incluía un toque de queda que en Extremadura era entre las doce de la noche y las seis de la mañana.
Ya en diciembre de 2020 llegó la tercera ola, una de las más devastadoras, y el 27 de ese mes empezó la campaña de vacunación. Aunque la gravedad de la enfermedad fue menor gracias a la vacuna y se tradujo en menos hospitalización, la expansión del virus continuó y con él las restricciones marcadas por lo que se denominó semáforo covid, que establecía el nivel de peligro en el que se encontraba cada zona.
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A finales de junio de 2021 llegó el fin de la mascarilla en exteriores si se podía guardar 1,5 metros de distancia de seguridad. En septiembre de 2021, la Junta puso fin a las limitaciones de aforo y horario.
En diciembre de 2021 empezó a fraguarse la sexta ola. En ella ómicron provocó una ola de contagios y se impuso de nuevo la mascarilla en exteriores hasta el día 10 de febrero de 2022.
El 20 de abril dejaron de ser obligatorias en interiores, a excepción de los centros sanitarios y el transporte público. Este miércoles se da un paso más para acercarse al fin y ya solo hay que llevarlas en farmacias y lugares como hospitales y centros de salud.
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