Air Nostrum está preparada para volar desde Badajoz si se instala un mejor sistema antiniebla

El primero, mejorar el propio sistema que impera en el aeropuerto extremeño, para lo que se requiere cambiar de categoría. El de Badajoz cuenta con un sistema antiniebla estándar, básico, el de categoría 1, lo habitual para los aeropuertos con menos tránsito dentro de España y, por extensión, el que tienen la gran mayoría de aeródromos españoles.

Para poder cambiarlo se requiere que el aeropuerto de Badajoz alcance la categoría 2, como mínimo. La categoría tres la tienen muy pocos en España: Madrid, Barcelona o Palma de Mallorca están entre este selecto grupo.

El segundo factor a tener en cuenta es que haya aviones equipados –y autorizados por el Gobierno, que es quien tiene la palabra en esta materia–, además de contar con tripulación preparada para volar en malas o muy malas condiciones de visibilidad.

Por tanto no solo se trata de mejorar el sistema antiniebla del aeropuerto de Badajoz sino que las compañías que operen con salida y destino al aeródromo pacense lo puedan hacer, cuenten con una certificación imprescindible que expide la Agencia Estatal de Seguridad Aérea.

Hablar del sistema antiniebla de un aeropuerto es hablar del ILS (Instrument Landing System, esto es, sistema instrumental de aterrizaje). Emite señales radioeléctricas a los aviones para permitirles tomar tierra, dándoles información totalmente fiable, sin visibilidad vertical por causa de niebla o nubes bajas.

Un ILS estándar se considera de Categoría I, lo que permite aterrizajes con una visibilidad mínima de 2.400 pies (732 metros) o 1.800 pies (549 metros) en caso de que haya iluminación de la línea central y zonas de toma de la pista y un mínimo de techo de nubes de 200 pies (61 metros).

Los sistemas más avanzados de categoría II (los tienen aeropuertos como de Valladolid, Tenerife, Vigo o La Coruña) y categoría III permiten operaciones en visibilidad de casi cero, pero requieren una certificación adicional del avión y de la tripulación.

Las aproximaciones de categoría II permiten aterrizar con una altura de 100 pies (30 metros) y una visibilidad de tan solo 1.200 pies (366). La categoría III la vuela el sistema de aterrizaje automático del aparato, y permite operaciones sin incluso altitudes de decisión y una visibilidad mejor a 700 pies (213) o entre 150 (46) y 700 pies (213 metros).

Air Nostrum estaría preparada para volar desde Badajoz con un cambio del sistema antiniebla. Es la compañía regional de Iberia encargada de los vuelos regulares con destinos a Madrid y Barcelona desde Extremadura (además de realizar otras rutas hacia Canarias, Baleares o Centroeuropa). No es la única aerolínea que opera de Badajoz –se fletan también vuelos privados– pero sí la que realiza la inmensa mayoría de ellos.

«Si finalmente se modifica la categoría del aeropuerto Air Nostrum, tendrá todos sus aviones y sus pilotos preparados para operar en Badajoz», se traslada con rotundidad desde la aerolínea a este diario cuando se le pregunta por la cualificación de naves y pilotos.

El pasado lunes, 5 de febrero, el ministro de Transportes, Óscar Puente, visitó Extremadura. Habló en Mérida sobre el transporte aéreo regional. Indicó Puente que «no hay inconveniente por parte del Ministerio en instalar esa segunda generación de ILS». No obstante, Puente agregó que, «hay algunas cuestiones que es importante saber». Entre ellas estaba la cualificación de los pilotos y aeronaves.

Para tomar una decisión se ha dado de plazo hasta el próximo mes de octubre, cuando concluye el contrato de obligación de servicio público actualmente en vigor para los vuelos que enlazan Badajoz con Madrid y Barcelona.

Otra cuestión clave a la hora de instalar mejores sistemas antiniebla es la económica. La instalación del ILS de categoría II/III conlleva una serie de actuaciones de adecuación y adaptación en los sistemas de ayudas a la navegación y el campo de vuelos, como la señalización y balizamiento, entre otras. Su coste medio puede situarse entre los 4 y los 8 millones para aeropuertos como el de Badajoz.

Además, para lograr la categoría II del aeropuerto se deben superar una serie de requisitos por parte de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea y de otras entidades que puedan presentar alegaciones a ese incremento de categoría aeroportuaria.

Visto precedentes históricos como el del aeropuerto de Zaragoza, para obtener esa calificación se requiera un tiempo nada desdeñable –estaríamos hablando de años– y no pocas condiciones y más en el caso extremeño.

Al situarse el aeropuerto civil al lado de uno militar (en realidad es un apéndice suyo), dependiente el segundo del Ministerio de Defensa, las exigencias parecen redoblarse, concluyen fuentes del sector a este periódico.