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Basura acumulada a las orillas del río Gévora, en una foto de archivo. Hoy

«Cada año encontramos más 'basuraleza' en los ríos extremeños que analizamos»

Adenex analiza los ríos Jerte, Alagón, Tiétar, Gévora y Aljucén durante cuatro años y encuentra miles de residuos de todo tipo en las orillas y microplásticos en todos los cauces

Sábado, 11 de enero 2025, 21:10

Las orillas y los cauces de los ríos extremeños están sobrados de basura. Al menos cinco de ellos, según ha constatado Adenex (Asociación para la Defensa de la Naturaleza y los Recursos de Extremadura), que lleva cuatro años analizando el Jerte, el Alagón ... , el Tiétar, el Aljucén y el Gévora. Entre las cuatro campañas desarrolladas entre los años 2021 y 2024, el colectivo ha detectado 10.213 residuos en orillas que suman más de 286 kilos, y 1.636 microplásticos en el agua de estos ríos, cifras que ilustran sobre la presencia de la denominada 'basuraleza' en el medio fluvial extremeño.

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En el caso de los microplásticos (partículas de menos de cinco milímetros), se han hallado en el cien por cien de las muestras analizadas. En total, se han observado al microscopio 515 partículas. El 75% de los microplásticos encontrados eran fibras, y el 18% fragmentos. El resto, films, esponjas y esferas.

Vertidos próximos a uno de los cauces fluviales analizados por Adenex. Adenex

En cuanto a la basura en las orillas, el residuo más común es con diferencias las colillas. Le siguen las bolsas o envoltorios de chucherías, los pañuelos, servilletas de papel y manteles, y en tercer lugar aparecen las piezas de plástico de entre 2,5 y 50 centímetros. También destacan las latas de bebida, bolsas de comida o de la compra, las toallitas húmedas, trozos de papel o cartón, cierres de recipientes (tapas, tapones, anillas de latas o chapas) y las botellas de bebida. Analizado no el uso de estos desechos sino su composición, lo más presente es el plástico (está en el 38% de los residuos).

Los tramos con más suciedad

Donde más microplásticos se han hallado es en los tramos medios del Tiétar y el Aljucén, el bajo del Alagón y en los dos tramos del Gévora. Se han elegido estos cuatro ríos y el Jerte «porque son una representación de los ríos extremeños por su carácter hidrológico», explica Andrea García Teruel, técnica de proyectos y educadora ambiental de Adenex. También por pertenecer a la red Natura 2000 y estar incluidos en Áreas de Importancia para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad (IBAS).

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«Es verdaderamente apabullante el acúmulo de residuos que algunos pescadores dejan a veces»

Andrea García Teruel

Técnica de proyectos y educadora ambiental de Adenex

«La red Natura 2000 –explica García– comprende numerosos tramos de ríos y muchos embalses, pero pocas veces se miden los niveles de residuos y plásticos como afección creciente a estos espacios protegidos. No hemos encontrado ninguna evaluación ni estudio significativo respecto a dicha materia en la región y para los espacios que nos ocupan».

Este vacío lo ha llenado Adenex con su trabajo, para el que ha usado la metodología 'eLitter', una aplicación móvil para caracterizar los residuos abandonados en el medio terrestres. La información recopilada «permite definir los más abundantes, su origen y vías de movilización, de modo que sea posible priorizar acciones para su eliminación», desgrana García.

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Así se ha encontrado la asociación conservacionista algunas de las orillas que ha estudiado. Adenex

El trabajo de campo de Adenex en este proyecto, denominado 'Alíate con los ríos', les ha permitido certificar que el número de residuos y microplásticos aumenta cada año. Se sabe gracias a una labor sobre el terreno que incluye «meternos en el cauce de los ríos con unos vadeadores, y tomar la muestra de agua con un equipo filtrador», detalla la técnica. «Después –sigue–, en el laboratorio, esa muestra se seca con una bomba de vacío y se guarda en una cámara de secado para posteriormente, y tras al menos 48 horas, observarla al microscopio y anotar en una ficha de laboratorio los microplásticos detectados».

«Cuando las condiciones lo permiten –añade Andrea García–, monitorizamos también residuos flotantes en los cauces desde un punto elevado, normalmente un puente o carretera sobre el cauce». La experiencia de estos cuatro años recogiendo y caracterizando basura en las orillas permite a Adenex concretar que «siempre en el top diez de residuos se encuentran los mismos, debido al uso público que se hace de esos espacios en las orillas». «Mención aparte –amplía la educadora– merecen los residuos procedentes de la pesca como actividad de ocio. En algunos ríos y zonas es verdaderamente apabullante el acúmulo de residuos que dejan los pescadores». De hecho, añade, el propio colectivo conoce este problema. «A veces–explica–, nos hemos encontrado con pescadores de los que no dejan basura, y son conscientes de esta problemática».

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Lugares muy frecuentados

Estos lugares frecuentados por gente que va a pasear, montar en bici, comer, merendar o estar un rato con la pandilla son una fuente de generación de 'basuraleza', según ha constatado la asociación extremeña, pionera regional en su ámbito, ya que fue fundada en 1978.

Pero los desperdicios llegan al agua y sus proximidades también por otras vías. «En algunos lugares, como los tramos bajos del Alagón y el Tiétar –detalla García Teruel–, hay un arrastre de residuos agrícolas procedentes de aguas arriba: semilleros, envases de productos agrícolas, cordeles, etcétera. Y otras fuentes que se podrían citar son los polígonos industriales y los vertederos, cuyos vertidos, residuos y lixiviados pueden ir a parar también a los ríos».

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Colillas, plásticos, papel, cartón, servilletas, toallitas, bolsas, microplásticos... Todos estos residuos constituyen «una contaminación difusa, cada vez más pequeña, hasta llegar a ser invisible al ojo humano, y se va enterrando y bioacumulando en los organismos vivos. Está presente en todas partes, en el agua, el aire y el suelo, y de manera acumulativa». «Es un factor más de destrucción de hábitats y de cambio global, tanto de manera física como química y biológica», apunta Andrea García Teruel, que aclara que se trata de un impacto «sobre el buen estado de los ecosistemas y de las especies de flora y fauna asociadas».

Lo que Adenex ha encontrado en los cauces y orillas de los cinco ríos extremeños analizados «puede ocasionar la muerte directa de especies, convertirse en vector de enfermedades, fomentar la colonización de nuevos lugares por parte de las especies exóticas invasoras, interactuar con la flora y alterar los comportamientos de la fauna; en definitiva, puede afectar a la salud de la vida silvestre y también a la vida humana».

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