
Apasionada de Mérida como hilo literario
Maribel Carvajal Grazina, Novelista ·
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Maribel Carvajal Grazina, Novelista ·
Empezó como una tierna lectora de aquellos libros de Los Cinco de Enyd Blyton cuando iba a Las Escolapias de Mérida. Luego siguió con las novelas de Agatha Christie y su pasión por la lectura siguió creciendo. Estudió Derecho y llegó un momento en su vida adulta que sintió que lo que deseaba era escribir.
Criada en Calamonte, aunque actualmente residente en Mérida, en esta ciudad llena de vestigios del pasado fue hallando mimbres para su primera novela histórica. Tras haber leído durante dos años para documentarse tardó siete años más en terminar 'La ciudad de los libros prohibidos', mil páginas que transcurren en la Emerita Augusta del siglo I que vieron la luz en 2016. Después la misma editorial, Kailas, le publicó un segundo libro en 2019, 'El imperio de la religión verdadera', situada también en Mérida tres siglos después, ciudad que igualmente ambientó el cierre de su trilogía con 'El hijo de las sombras', este ya en la época visigoda, publicado el pasado mes de abril. La novela fue una de las cinco novelas finalistas del VIII premio de Narrativa histórica Alejandro Dumas, al que concurrieron 224 obras recibidas de 25 países diferentes.
Personal nació en Mérida en 1970, aunque se crió en Calamonte. Es la mayor de tres hermanos y tiene dos hijos. Fue al colegio de Las Escolapias, estudió Derecho y es funcionaria de la Junta de Extremadura.
Como escritora Tiene tres libros publicados, todos por la editorial Kailas y todos con Mérida de fondo, los dos primeros ('La ciudad de los libros prohibidos' y 'El imperio de la religión verdadera') en la época romana y el tercero, que vio la luz en abril, en la época visigoda, 'El hijo de las sombras', que ha sido finalista del VIII premio de Narrativa histórica Alejandro Dumas
Cuenta Maribel Carvajal (Mérida, 1970) y funcionaria de la Junta de Extremadura, que el paso para empezar a escribir lo dio después de años involucrada en encuentros con asociaciones de Mérida que promueven la divulgación de la historia de la ciudad. «De tanto participar en estos eventos culturales me di cuenta del material que había sobre Mérida, así que mi primer proyecto fue idear personajes y ver qué cosas podían haber vivido. Lo que hice fue buscar acontecimientos relevantes y entonces empecé a documentarme. Por ejemplo, con el personaje de mi primera novela, imaginé en qué casa podría haber vivido, así que tuve que buscarla y describirla, en este caso fijándome en alguna que esté muy bien estudiada por los arqueólogos», explica antes de enumerar decenas de personajes reales que han ido participando en su trilogía.
¿Cuando escribe le gusta más avanzar en las partes de la ficción o en la de la realidad documentada por los historiadores? Carvajal contesta que «suelo tener clara la historia que voy a contar y el periodo de tiempo, y luego con la trama de ficción voy moviendo a los personajes. Digamos que te vas armando de muchas partes históricas y cuando eso lo tienes cosido hilvanas a los personajes. De todos modos, mis novelas han sido corregidas antes por historiadores por si a veces se colaba algún error, como algún alimento que en realidad llegó siglos después de América. No obstante, no suelen meterse mucho, ya que son conscientes de la diferencias que hay entre una investigación y una novela».
Según esta escritora, una de las partes gratificantes de los títulos que ha publicado es que a la gente de Mérida le descubres cosas que no conocían y ahí, dice, la novela hace su función. En el caso de 'El hijo de las sombras', la última, resulta más pedagógica que la anteriores porque revela detalles menos conocidos y a la vez reconoce que ha sido más complicada de componer porque de la época visigoda en Mérida hay menos historiadores y por eso faltan más datos.
Lo que sí tiene claro es que sus libros, en combinación con Mérida, dan para una ruta literaria. De hecho, tiene una ponencia que se titula 'Mérida, una ciudad de novela y un yacimiento arqueológico vivo'. «Lo de la ruta es una idea que tengo en mente. Me gustaría organizarla algún día porque creo que Mérida es una ciudad de novela. Mi deseo sería que fuera una ruta turística teatralizada, y de hecho llegué a hablar con un guía turístico de esto, pero se metió la pandemia y luego el tercer libro».
Según cuenta, su tercera novela, publicado esta primavera, no es producto del confinamiento, del que han salido tantos productos culturales que ahora están viendo la luz.
Esta extremeña suele escribir en silencio, concretamente en un despacho con una cristalera que le aporta luz y unas vistas preciosas a un jardín, dice. Pero tiene dos hijos de ocho y catorce años y no oculta que ser escritora siendo madre resulta «agotador». «Tengo que atender a los niños por la tardes y luego está lo otro, aunque creo que si sigo escribiendo porque siento esa necesidad ya no va a ser así porque mis hijos ya son mayores».
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