Cuenta Ara Sánchez Vera (Zalamea de la Serena, Badajoz, 1975), que la primera vez que tuvo conciencia de que el mundo era desigual para ... las mujeres fue cuando, «con 11 o 12 años», paseando con su madre por su pueblo, una mujer le preguntó que cuántos hijos tenía. «Al responder mi madre que tres hijas, ella le dijo que qué suerte, que así siempre la cuidarían; recuerdo que me rebelé por dentro, algo saltó como un resorte», explica esta magistrada con 16 años en la judicatura y 12 años de experiencia en violencia de género, fichada por María Guardiola para ostentar la Secretaría General de Igualdad y Conciliación, que depende directamente de la Presidencia del Gobierno regional pero con rango de consejera. En estos cuatro intensos meses Sánchez Vera se ha puesto en el centro del foco mediático al ser la responsable de las políticas contra las que más se revuelve Vox, el socio de gobierno del PP en Extremadura. La última controversia ha surgido por la negativa del partido ultraderechista a consensuar una declaración unánime contra la violencia de género en la Asamblea con motivo del 25-N.
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–¿Qué le parece que Vox no se sume a este manifiesto?
–Yo formo parte del gobierno, esa pregunta debería hacérsela a los grupos parlamentarios de la Asamblea, Vox verá. Lo que yo puedo decir es que mi pensamiento y mi conciencia en la lucha contra la violencia de género está en las absolutas antípodas de lo que piensa Vox, pero desde luego yo estoy trabajando con libertad y con respaldo por parte de la presidenta y tengo respeto por parte de Vox, no me he sentido en ningún momento inquietada por Vox, ¿que no quieren firmar el manifiesto? Ellos tienen su ideología y verán lo que hacen.
–¿No le resulta complicado compartir gobierno con Vox, un partido que no distingue la violencia de género del resto de las violencias?
–No hay ningún problema, el Gobierno funciona con absoluta normalidad, no hay ningún tipo de obstáculo ni de requerimiento. Aquí hay una línea roja y se respeta, Vox no interfiere y yo desarrollo mi trabajo. A mí nadie puede decirme que yo no estoy comprometida en esta lucha porque llevo una gran parte de mi vida profesional dedicándome a combatir la violencia de género.
–¿Cuáles son los retos más urgentes de la región en este 25-N?
–Nos centramos en luchar contra la mayor patología de la falta de igualdad que es la violencia de género y en los mecanismos de recuperación de las víctimas y de sus hijas e hijos y también trabajamos en medida de conciliación y corresponsabilidad. En una sociedad del siglo XXI lo más importante es implicar a los hombres en las responsabilidades familiares.
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–Llegó a decir que la anterior consejería de Igualdad era una consejería «florero». ¿Ha encontrado muchas cosas dejadas o paradas?
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–Yo me he encontrado una paralización importante, es verdad que sacar proyectos en la administración es algo muy lento, pero he visto abandono, dejadez y desidia. Las alarmas saltaron con las Casas de la Mujer, sobre todo con la de Cáceres, que tiene 20 años, vamos a acometer mejoras urgentes y otras que dependen de los presupuestos, pero entendemos que no va a haber ningún tipo de problema para la asistencia a las mujeres víctimas.
–La última víctima mortal de la violencia machista en Extremadura fue Imane Saadaoui hace un año. Ella había denunciado a su pareja pero luego retiró la denuncia y finalmente volvió con el hombre que le quitó la vida. ¿Cree que hay ángulos muertos en la protección a las víctimas?
–El círculo de la violencia es muy complicado, yo por mi experiencia profesional he visto víctimas con dudas, con mucho miedo, no saber qué hacer cuando llegan al juzgado, porque son sus parejas, los padres de sus hijos, personas a las que quieren, con la que tienen una dependencia económica o emocional muy difícil de romper. El sistema judicial te protege siempre que tú quieras que te proteja. Si la víctima no mantiene su denuncia el procedimiento judicial se archiva, y como se archiva no se puede articular ninguna medida cautelar. Nosotros, como administración, debemos hacer todo lo que podamos por ayudar a las víctimas y ofrecer todos los recursos, pero siempre hay un punto que es la libertad de esa persona, que es la que debe decidir si quiere o no ser protegida. Pero la mujer no está sola , hay recursos judiciales, el 016, las Casas de la Mujer de Cáceres y Badajoz, 22 puntos de atención psicológica, 36 oficias de igualdad, convenio con los colegios de abogados y servicio de asesoramiento previo a la denuncia, el proyecto Pilar de asistencia psicológica urgente...
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–¿Están coordinados estos recursos?
–Hay que lograr una mayor optimización de la red de recursos. La Junta financia a muchas asociaciones que dan asistencia psicológica, asesoría jurídica y laboral que llega a donde no llega la Junta, pero no tenemos que triplicar los recursos, sino organizarnos y coordinarnos para no hacer todos lo mismo.
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–¿Para comprender el fenómeno de la violencia hay que considerar más factores, más allá de que la víctima es una mujer?
–Cualquier delito es una realidad multifactorial. Hay factores personales como la tendencia a la agresividad, la enfermedad mental, adicciones, familiares como son los núcleos desestructurados o sociales como los choques culturales o la marginación. Es obvio que en los delitos de violencia de género el machismo tiene más peso, pero creo que erraríamos si en el diagnóstico no tuviéramos en cuenta los demás factores, si hacemos mal el diagnóstico también podemos errar en el tratamiento.
Eso no es justificar la agresión, sino tener en cuenta todos los factores, porque no hay una fórmula mágica, y eso por desgracia lo estamos viendo, porque la curva no desciende y algo no estamos haciendo bien. Cada caso es diferente.
–¿Le parece simplista el lema de 'la mataron por ser mujer'?
–Siempre hay machismo, pero siempre hay un conjunto de factores. Cada vez que en un mes hay más de cinco muertes se convoca un gabinete de crisis a nivel nacional y se analiza una por una la situación desde todas las perspectivas.
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–Hace unos días PP y Vox aprobaron en Cáceres una moción a favor de la maternidad que incluye dar charlas en institutos contra el aborto. ¿Cuál es su opinión?
–Cualquier tipo de adoctrinamiento me parece totalmente pernicioso porque cercena la libertad de pensamiento, que es una de las mayores conquistas que hemos logrado los ciudadanos. Hay que apoyar a las mujeres que quieren ser madres, pero respeto absoluto a quien no quiere ejercer esa maternidad y por lo tanto si una mujer toma esa decisión tan complicada hay que respetarla y tiene que hacerlo desde su libertad y obviamente respetando la legalidad vigente. El aborto es legal, forma parte de la historia de España desde hace muchos años, no hay que volver para atrás.
–En Extremadura aún no se puede abortar en hospitales públicos y en Cáceres hay que salir de la provincia para hacerlo, aunque lo financia el SES. ¿Qué le parece?
–Es un tema muy técnico para que lo responda, debería responderlo la consejera de Sanidad.
–Lo pregunto en cuanto a los derechos de la mujer. Hay circunstancias que pueden hacer más difícil este paso.
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–Creo que está externalizado, sí. Pero no quiero extralimitarme porque no sé cómo está articulado ni si se están dando pasos para prestar ese servicio desde el SES.
–La prostitución está considerada una forma de violencia contra la mujer. ¿Cuál es su postura? ¿Opta por la abolición o por la regulación?
–Nos hemos reunido con las cinco asociaciones que en la región están luchando contra la explotación sexual de la mujer, vamos a convocar una mesa técnica para actualizar el protocolo contra la trata. La prostitución es alegal, no está regulada y la Junta de Extremadura no tiene competencias en esta materia. Es una cuestión compleja, estoy en contra de la explotación sexual, pero requiere una reflexión profunda y un consenso. La prostitución es explotación sexual pero consentida cuando la mujer quiere.
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–Los colectivos abolicionistas argumentan que nunca hay una prostitución libre porque se ejerce en condiciones de vulnerabilidad.
—Claro, existe vulnerabilidad y no creo que nadie ejerza la prostitución de forma voluntaria como una profesión más. Es una cuestión delicada y de difícil solución.
–Acaba de despedirse Irene Montero como ministra de Igualdad. ¿Qué le parece el consejo que le dio a su sucesora sobre incomodar a los hombres de entre 40 y 50 años?
–Yo no estoy nada de acuerdo con esas políticas ni lo que han transmitido durante estos últimos cuatro años, porque creo que el feminismo se construye implicando también al hombre, y yo soy partidaria de un feminismo integrador, inclusivo, pero no de un feminismo sectario, radical ni integrista que genera un rechazo en los hombres. Ese discurso criminaliza al hombre y creo que no hay que criminalizar a los hombres que no cometen delitos.
Violencia machista
Política
–¿Usted cree que existe el patriarcado como concepto de ejercicio de dominación del hombre sobre la mujer?
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–Evidentemente esa desigualdad y esa asimetría de poder existe, ahora, yo lo que veo es que el Ministerio de Igualdad que ha salido ha intentado generar un sentimiento como de odio. El enemigo no son los hombres, hay que luchar por conquistar derechos para la mujer, pero en esa lucha no se puede excluir al 50 por ciento de la población extremeña.
–¿Pero no está de acuerdo en que el feminismo ha hecho que muchos hombres se sientan aludidos y se planteen aspectos de su masculinidad que ahora revisan y mejoran?
–Claro, hay que hacer ese trabajo de educación, prevención y concienciación, pero hay que hay que hacerlo con toda la sociedad. Hay que educar a hombres y mujeres, porque también se está produciendo todo lo contrario y lo estamos viendo en los adolescentes, chicas que adoptan roles masculinos y asumen ciertas actitudes que son contra las que estamos luchando.
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–Al feminismo se le han puesto muchas etiquetas. ¿Usted le pone alguna etiqueta a su feminismo?
–Yo soy del feminismo integrador y no excluyente. Lo que late en el feminismo es la justicia distributiva, dar a cada uno lo suyo, no se nos pueden negar derechos. Mi referente son las mujeres que desde por la mañana salen a la calle y sacan adelante su trabajo, sus hijos, su vida. Me gustaría que esas madres coraje sean menos madres coraje y más mujeres. No queremos ser heroínas, queremos conciliación y corresponsabilidad.
–Usted forma parte de un gobierno del PP. ¿Cree que la izquierda ha patrimonializado el feminismo?
–La igualdad y la lucha contra la violencia de género no puede ser patrimonio ideológico de ningún partido y parece que tradicionalmente los partidos de izquierda han sido más proclives a las políticas sociales, pero que eso no es así. Parece que la derecha venimos a laminar todo ese tipo de derechos, pero en realidad creo que es todo lo contrario, estamos trabajando mucho y bien, no puede ser de otra manera. Hay que huir de los discursos sectarios que polarizan, que radicalizan, porque al final producen un rechazo. Lo que hace que avancemos es la unión, no la división.
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Reparto de tareas
Ley trans
–¿Cree que los cuidados son el mayor obstáculo de la mujer para lograr la igualdad?
–Es el campo en el que podemos avanzar más en la igualdad y donde podemos hacer más las administraciones estableciendo las ayudas adecuadas. Estamos acostumbradas a hablar del techo de cristal que nos frena para ascender pero también existe el suelo pegajoso, el que nos ancla, en el cuidado de nuestros hijos y nuestros padres. Hay que quitarse de encima ese rol de que la mujer va a ser la mejor cuidadora de los hijos, la que se va a encargar del hogar.
–Volviendo a la exministra Irene Montero. ¿Qué le parece la ley trans que tanto ha dividido al feminismo?
–En la Secretaría General tenemos también todas las competencias en materia de las personas LGBTI y transgénero. El respeto y la protección la diversidad afectivo-sexual es uno de los valores más importantes de riqueza social. Yo considero que una persona es mujer u hombre con independencia del sexo, es una cuestión de identidad de género. Una mujer transexual es una mujer y tenemos tolerancia cero con cualquier discriminación. Pero la ley puede generar polémicas como las mujeres transgénero en el deporte, donde pueden tener ventajas, porque por su sexo de origen tienen una mayor capacidad de fuerza física. No se puede prohibir que una mujer transexual compita con mujeres porque es mujer y sería una discriminación directa, pero al mismo tiempo no puede tener una ventaja respecto al resto de mujeres. Hay que regularlo y no es fácil.
–Otra ley polémica ha sido la conocida como la del 'Solo sí es sí'.
–La califico de bodrio jurídico porque toda ley que tiene el efecto contrario al que se perseguía debe tener esa denominación. Esta ley ha permitido la rebaja de condenas de numerosos agresores sexuales y encima uno de los que dio lugar a que se elaborara esa ley ha obtenido una rebaja de la condena, porque técnicamente no está bien elaborada.
–¿Se puede considerar que al menos se ha ganado en cuanto a poner en el centro el consentimiento?
–El consentimiento en los delitos contra la libertad sexual en todos los códigos penales españoles siempre ha sido la columna vertebral. Todos los jueces cada vez que nos hemos enfrentado a un delito contra la libertad sexual lo primero que tenemos que investigar es si la víctima ha consentido libre y voluntariamente ese acto o no.
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