Francisco Cerro nació en Malpartida de Cáceres y fue obispo de Coria-Cáceres de 2007 a 2019. HOY

El arzobispo extremeño en el centro de la polémica

Video. La controversia por el rodaje de C. Tangana y Nathy Peluso en la catedral de Toledo pone en primera línea a Francisco Cerro

Cristina Núñez

Cáceres

Domingo, 17 de octubre 2021, 08:31

La polémica por el videoclip de C. Tangana rodado en la catedral de Toledo ha salpicado de lleno al arzobispo de Toledo y Primado ... de España, el extremeño Francisco Cerro. Antes de asumir su cargo a finales de 2020, Cerro, nacido en Malpartida de Cáceres en 1957, fue 12 años y medio obispo de Coria-Cáceres. El hecho, además de que este puesto lleve casi dos años vacante hace que, de alguna forma, su recuerdo permanezca muy vívido entre los fieles de la diócesis.

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El baile sensual de C. Tangana y Nathy Peluso en lugar sagrado ha creado la primera situación comprometida a la que el clérigo malpartideño ha tenido que hacer frente en su actual responsabilidad, que le sitúa en la cúspide de la jerarquía católica española. Se trata de una bachata desaforada titulada con el nada discreto título de 'Ateo' y que dista mucho de los gustos musicales de un religioso que, según las personas que le conocen de cerca, se inclina más por grupos pop como La Oreja de Van Gogh o clásicos de la música melódica española como Mocedades o José Luis Perales.

Cerro, que estudió en el seminario de Cáceres y en el de Toledo, se ordenó sacerdote en la ciudad manchega en 1981. Doctor en Teología espiritual por la Universidad Gregoriana de Roma y en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca, ejerció desde 1989 en Valladolid como capellán de la Basílica Nacional de la Gran Promesa y como director del Centro de Formación y Espiritualidad del Sagrado Corazón de Jesús, una devoción esta última que ha mantenido a lo largo de su vida.

En contra de la imagen que el país se ha podido hacer de él a cuenta del video y su polémica, que ha acabado con la dimisión del deán de la catedral de Toledo, en su entorno cacereño se destaca el carácter «abierto y cordial» del religioso, que desde el palacio episcopal de la plaza de Santa María se caracterizó por querer abrir y mejorar los canales de comunicación de la diócesis cacereña al exterior, algo que se tradujo en la contratación de una responsable de prensa. Anualmente, a finales de la primavera, el obispo celebraba un desayuno distendido con periodistas, colectivo con el que le gustaba mantener un trato amigable. Eran célebres las cerezas del Jerte con las que se endulzaba ese encuentro.

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Autor de best-sellers

Cerro fue un obispo popular y querido al que despidió una concatedral de Santa María llena hasta la bandera en febrero de 2020. También congregaba a muchos fieles y seguidores en la Feria del Libro, en donde no faltaba año tras año para firmar su centenar largo de publicaciones entre libros y cartas pastorales. En una de esas ferias en las que firmaba libros sin parar aseguraba que cada día recibía alrededor de 10 o 15 felicitaciones por unas obras en las que, explicaba, sobre todo pretende ser transmisor de sus vivencias. En aquel momento también estimaba que con al menos la mitad de su producción había logrado llegar a vender 5.000 ejemplares. Su lugar para escribir es siempre el mismo: la capilla. «No puedo hacerlo en otro sitio», contaba a este diario.

Cerro pertenece a una generación que se ha sumado a marchas forzadas a la revolución digital pero que exprime los medios tecnológicos. Publica diariamente en Facebook, aunque rara vez opina o adoctrina. Utiliza esta plataforma para mostrar actos en los que participa o incluir citas religiosas y sentencias del Evangelio.

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¿Cómo se ha tomado su entorno la polémica en la que se ha visto envuelto?No es fácil encontrar a alguien de su círculo cercano que reconozca haber hablado con él en los últimos días ni que abiertamente pueda explicar los sentimientos del arzobispo de Toledo. Desde el gabinete de comunicación de la diócesis se indica que no hay contacto oficial con el arzobispo Cerro, ya que una vez que termina su cargo se diluyen todos los lazos. Si alguien le ha llamado o le ha escrito, eso pertenece ya al ámbito privado.

Desde su entorno, en cualquier caso, se intenta quitar peso a la polémica por el contenido del para algunos irreverente vídeo y, sobre todo, a la responsabilidad del arzobispo Primado de España sobre una grabación que al parecer se denegó en la catedral de la Almudena de Madrid, ubicación que se cita en la letra de la pieza musical.

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Rodajes

Se recuerda, por el contrario, que durante su etapa cacereña Cerro intentó en la medida de lo posible abrir Santa María a actos culturales o sociales, y que nunca puso pegas a rodajes cinematográficos en el entorno de la concatedral, donde se han rodado con gran despliegue de medios escenas de las series Isabel o la Catedral del Mar.

En cualquier caso, fuentes conocedoras de la realidad eclesiástica de nuestro país indican que Francisco Cerro, ahora al frente de un arzobispado históricamente conservador, se dejó llevar por las corrientes menos aperturistas de la iglesia a la hora de lidiar con este problema. De ahí la decisión de forzar la dimisión del deán, que sí había dado el permiso para rodar el polémico vídeo musical a cambio de 15.000 euros dedicados a fines sociales, y la llamada a participar en un acto de purificación sin precedentes este domingo.

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Mientras el número de visualizaciones del vídeo sigue aumentando y roza ya los nueve millones. Éxito musical sin paliativos que deja importantes rasguños en el entorno religioso.

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