

Secciones
Servicios
Destacamos
El miércoles reabrió el Gran Café con un nuevo nombre, Astoria, y el debate en Cáceres también se ha abierto. ¿Por qué variar el nombre ... del único café emblemático que nos quedaba? ¿Han cambiado su nombre el Derby de Santiago, el Gijón de Madrid, el Iruña de Bilbao, el Dindurra de Gijón o el Novelty de Salamanca? Desde luego que no. El matiz está en que el nuevo nombre está muy asentado en la tradición cacereña.
En esa calle, además del Gran Café y boutiques como Rafael, Elpidio y Leo, La Pochola, Galerías Madrid o Kuka, estaban el cine y la cafetería Astoria y el café Metropol, todos ellos, cine, cafés y boutiques, desaparecidos, pero ahora se recupera el nombre del cine, Astoria, un edificio inaugurado en 1963 con un aire innovador aportado por el arquitecto madrileño Luis Martínez Feduchi, según cuenta la profesora Angélica García Manso en su libro 'El octavo pecado de la capital'. Entre la apertura del Astoria en el 63 y el cierre del Norba en 1967, Cáceres contó con 5.000 butacas cinematográficas distribuidas entre estas dos salas (solo el Norba tenía 2.000 asientos) y los cines Capitol (inaugurado en 1947, hoy teatro Capitol de la ESAD) y Coliseum (abierto en 1961 y hoy un gimnasio).
En la calle San Pedro de Alcántara, también destacaba el estilo de la cafetería Metropol, abierta por Ángel Gómez Martín y decorada por el diseñador de moda en la ciudad, Antonio Girardi, un valenciano que convirtió Metropol en un local vanguardista y rompedor donde los médicos jugaban al dominó y los maestros hacían tertulia en la terraza. Pero en los años 80, cerraron el cine y la cafetería Astoria y el café Metropol y en 1983 se inauguró el Gran Café.
El proyecto inicial del Gran Café fue imaginado por el profesor y cantautor cacereño Luis Regidor (1948-2012), que había estado de lector en Francia y había conocido los cafés parisinos de culto (Les Deux Magots, Flore, de la Paix). Había viajado por Europa y tomado café en el Silbernes de Viena, el Greco en Roma y A Brasileira de Lisboa. Al regresar, Regidor quiso trasladar a Cáceres lo que había visto en sus viajes. Por su relación con un empresario cacereño, surgió la idea de montar el Gran Café y se pusieron manos a la obra. La cristalería era de un café cerrado en los años 40 y la trajeron de Gijón. En el patio, instalaron una copia de la farmacia del abuelo de Luis Regidor en Baños de Montemayor y pusieron una cabina telefónica inglesa.
Hasta hace unos años, el único café novelado de Cáceres había sido el Gran Café. En las páginas 34 y 35 de la novela 'El testimonio del becario' de José Antonio Leal Canales, premio Ciudad de Badajoz 2010 y editada por Algaida, se describe el Gran Café: «A pesar de los años transcurridos, prácticamente nada había cambiado de aquella cafetería emblemática, quizás la más grande de la ciudad. (…) Mantenía las mismas mesas de mármol, rodeadas de acogedoras sillas negras de amplios respaldos y grandes espejos colgados en las paredes laterales». El novelista se detiene después en los «camareros amables que seguían vistiendo los mismos uniformes, las mangas de las camisas recogidas, los impecables chalecos de rayas, los mandiles blancos».
La última reforma del Gran Café había cambiado el bello estilo decadente de las mesas de mármol, las sillas negras y los grandes espejos por un aire más informal, más al día que no era lo mismo. Ahora cambia de concepto, tendrá un nombre evocador, Astoria, y donde estaba Prenatal (hace unos días nos equivocamos de sitio, disculpas) abrirá un Santagloria Coffee Bakery. San Pedro de Alcántara se renueva y moderniza.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.