Odisea en un viaje a Extremadura
La avería de un Alvia provoca un retraso de tres horas y cuartoOdisea en un viaje a Extremadura
La avería de un Alvia provoca un retraso de tres horas y cuartoTres horas y cuarto de retraso por la avería de un tren. Un total de 260 pasajeros sufrieron este viernes una larga espera por la incidencia ferroviaria ocurrida en el viaje hacia Extremadura. Los afectados fueron los viajeros del Alvia que salió de la estación madrileña de Chamartín a las 16.15 horas, con destino final en Badajoz.
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El convoy quedó detenido a la altura de Torrijos (Toledo) desde las 17.30 horas y Renfe confirmó que el problema se debía a una avería mecánica. Allí los viajeros estuvieron esperando dentro del tren averiado tres horas, hasta que llegó otro Alvia procedente de Madrid, que hizo acto de presencia en la estación toledana a las 20.30, saliendo 14 minutos después. El retraso provocó que algunos usuarios perdieron sus conexiones en Mérida para desplazarse a otras localidades como Zafra.
El personal de Renfe ofreció bebidas gratis en la cafetería para sobrellevar la espera. «Han sido muy amables en todo momento. Fuera hacía calor, pero dentro del tren se estaba bien», comentó a HOY Alberto Márquez, uno de los usuarios que se quedaron «tirados» en Torrijos, entre los que se encuentran muchas personas mayores y menores.
«Cuando había pasado una hora ya nos confirmaron que habíamos perdido los enlaces en la estación de Mérida», por lo que la compañía adelantó que se habían contratado taxis para llevar a los afectados a sus destinos.
«Ante tanta espera, los nervios empezaron a alterarse y hubo algunos enfrentamientos», añadió Márquez minutos antes de que el Alvia movilizado desde Madrid para reubicar a los pasajeros llegara a Torrijos.
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El cambio de convoy fue un «muy caótico», relató Márquez. Esto se debió a que el segundo tren venía en sentido inverso y la ubicación de los coches ha generado dudas, por lo que algunos viajeros se equivocaron de sitio y tuvieron que moverse a otros asientos.
La indignación de los pasajeros fue aumentando conforme el segundo convoy seguía su marcha. El testimonio de Lali es fiel reflejo del sentir dentro del Alvia. Es una emeritense que lleva veinte años viviendo en Madrid y siempre había cogido el autobús hasta que se anunció la mejora del servicio ferroviario a Extremadura. «He tenido tres experiencias de estar tirada en el tren, sin que nadie te diga qué sucede, cuál es el problema, si te van a venir a buscar...», afirma. A su juicio, el problema de las incidencias radica en que «los políticos de Extremadura, de antes y ahora, no hacen absolutamente nada». Por este motivo, los usuarios del tren afectado se han puesto a recoger firmas dentro del convoy». Se han presentado hojas de reclamación, muchas de ellas online, y a través del libro de reclamaciones, «pero también se van a entregar las firmas reunidas en la Oficina del Consumidor para reivindicar y protestar».
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Al llegar a Mérida, no había taxis suficientes para todos los viajeros que necesitaban enlazar hasta otras poblaciones, por lo que hubo que recurrir a un minibus, aumentando aún más la demora. Al final, algunos usuarios no llegaron a sus estaciones de destino hasta tres horas y media después.
Para Alberto Márquez, fue el «peor viaje» de su vida. Llegar de Madrid a Fregenal de la Sierra le costó nueve horas.
Renfe asegura que en todo momento se informó debidamente de la incidencia por los canales habituales y añade que devolverá la totalidad del importe pagado por los billetes.
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