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Imagen de un ejemplar de avutarda en Extremadura. PAKOPÍ
«Las aves están huyendo de la península a causa del calor»

«Las aves están huyendo de la península a causa del calor»

AMUS está recogiendo muchos animales caídos estos días a causa de los golpes de calor, como el vencejo o la avutarda

abraham rodríguez burgos

Sábado, 23 de julio 2022, 14:25

La ganga ortega, el aguilucho cenizo, el sisón, la avutarda y el avión común se unen a la lista de especies cuya supervivencia en la Península está comprometida.

El cambio climático está provocando también cambios bruscos en la temperatura corporal de las aves. Esto las lleva a un extremo en el que les es imposible regular su temperatura, lo que les causa golpes de calor que resultan mortales.

Los pájaros acuden a zonas con sombra y frescas pero su incapacidad para transpirar les impide el correcto funcionamiento del sistema.

La asociación AMUS está recogiendo numerosas especies a lo largo de este año para rescatarlas de las olas de calor. El cernícalo primilla y el vulgar, el vencejo, el aguilucho cenizo, la cigüeña y el avión común son las que más están sufriendo.

Aunque también muchas otras sufren los golpes de calor y deshidratación, como los emporios del aguilucho lagunero, buitres y águilas.

El maltrato que el desarrollo humanos supone para las aves hace que estas migren prematuramente.

Este cambio en sus costumbres les afecta en su proceso reproductivo, ya que lo adelantan para partir lo antes posible del lugar en el que están en busca de un lugar más fresco. Asimismo la migración trae consigo la conversión de algunas aves en especies invasoras.

Pero el cambio climático no se limita a modificar los hábitos migratorios de las especies, también se han podido observar algunas alteraciones en la fisionomía de los animales para adaptarse mejor al medio.

Según Álvaro Guerrero, fundador y coordinador de la oenegé ambientalista AMUS, esto ha sido un proceso gradual que se viene durante los últimos años.

Estos cambios también los sufren los hombres, pero estos tiene herramientas de las que los animales carecen.

El proceso evolutivo conlleva millones de años, y las aves no pueden afrontarlo en un periodo de tiempo tan corto. El calentamiento global comenzó hace unos pocos años.

La mayoría de los animales no tiene capacidad de adaptación y recurre al desplazamiento masivo. Como dice Álvaro Guerrero, «las aves huyen».

Algunos estudios han descubierto que las altas temperaturas están provocando un cambio repentino en la fisionomía de los pájaros en más de 50 especies migratorias durante los últimos años.

Los pájaros se ven obligados a tener mayor masa corporal y más envergadura para afrontar los largos desplazamientos. Por otro lado, hay otros que encojen, para que regular la temperatura más fácilmente.

Africanización del clima

Sabido es que los países mediterráneos sufrimos muchos episodios de calor debido a que vivimos cerca del continente africano.

El efecto invernadero provoca que todo el calor producido en el norte de África se traslada a la Península Ibérica fácilmente debido a la deforestación, asegura Guerrero.

Esto conduce a lo que los científicos denominan la 'africanización del clima'.

Esto se traduce en el desplazamiento de la especies propias del sur peninsular al norte, y de las zonas bajas a otras de mayor altitud. Se ha intentado afrontar la situación criando aves de origen africano, como el camachuelo trompetero o el corredor sahariano, para que aguanten mejor la situación climática pero el beneficio ha sido nulo.

Según el coordinador de AMUS, no son pocas las especies autóctonas que están en peligro, pero la opinión pública se fija sobre todo en las más impresionantes. «Siempre hemos ido a las más espectaculares: el águila imperial, el buitre negro o la cigüeña negra» alega.

Pero hay aves más pequeñas como la ganga ortega, el aguilucho cenizo y el sisón. Las especies estepáricas en áreas modificadas por la mano del hombre y en zonas agrarias (cultivos de cereales, sobre todo) están en una situación complicada por la modificación de grandes extensiones de cultivos de secano.

La contaminación y el cambio del clima, unido a la introducción de las especies invasoras, es el 'cóctel' para que nuestras especies autóctonas estén desapareciendo.

Así lo afirma Guerrero. Pone el ejemplo de que la fauna doméstica necesita oquedades, zonas ajardinadas y una arquitectura tradicional que está siendo eclipsada por una moderna. Esto no les da cabida a murciélagos, golondrinas, gorriones, cernícalos y cigüeñas.

La asociación AMUS ha recogido numerosas especies a lo largo del 2022 para rescatarlas de la ola de calor. El cernícalo primilla y el vulgar, el vencejo, el aguilucho cenizo, la cigüeña y el avión común son las que más han sufrido el golpe de calor. Aunque también muchas otras sufren los golpes de calor y deshidratación como los emporios del aguilucho lagunero, buitres y águilas.

Álvaro Guerrero deja claro las acciones a llevar a cabo para la protección del ecosistema pero no puede hacer nada si el ser humano es «egoísta».

«Tenemos que vivir de una manera más acorde a nuestros recursos»

Álvaro Guerrero, coordinador de AMUS, lo tiene claro. «Sabemos perfectamente lo que tenemos que hacer. Hay que reducir los costes de producción, vivir más acorde con los recursos y de manera más austera.

Cuenta Guerrero, la asociación tuvo mucho menos trabajo durante la cuarentena, ya que hubo menos actividad humana. Añade que fue un momento cénit de la fauna y flora de la ciudad. «Era como una especie de invasión, bien entendida, de la naturaleza o de la vida salvaje hacia ese espacio que nosotros usurpamos en su día» afirma.

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