Mirador celeste en Helechosa de los Montes HOY

«No todos los ayuntamientos en Extremadura aciertan con la iluminación»

La región está adherida a Slowlight, un movimiento contra la contaminación lumínica

Sábado, 27 de agosto 2022, 08:47

Entre las medidas de ahorro energético promulgadas por el Gobierno, y ahora también por las comunidades autónomas, figura apagar la luz durante varias horas al día. La acción busca ahorrar watios, pero también está relacionada con rebajar la contaminación lumínica. Esta causa en España la ... abandera Slowlight, asociación nacida en Galicia en 2020 y cuyo representante ya se ha reunido con políticos extremeños que se han adherido a los principios de Slowlight y su manifiesto sobre el uso responsable de la luz.

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«Hicimos la luz, perdimos la noche», reza una de las proclamas de Slowlight, un proyecto impulsado por José Enrique Alcázar junto a Raquel Valiño. El primero es ingeniero industrial y funcionario del Ayuntamiento de La Coruña, donde ha gestionado su red de alumbrado durante veinte años y se ha percatado de que hay mucho que corregir en la iluminación pública, aunque tampoco pasa por alto lo errores que se cometen en el interior de los hogares.

Ahora que el Gobierno ha aprobado medidas para ahorrar energía limitando el encendido de escaparates y otro tipo de luces, Alcázar cree que no es mala noticia, pero considera que «la norma es demasiado global y puede ser que estemos matando una mosca a cañonazos porque en cada ciudad y en cada pueblo la casuística es muy distinta. Además, no tiene sentido quedarse solo en el tema energético sino también en el contaminante (...) se habla de apagado, pero también se podría hablar de atenuación y dejarla al diez por ciento si tienes tecnología para ello, por eso creo que hay detalles por pulir», señala.

«Ya no contemplamos el cielo, no se mira hacia arriba porque no hay nada que ver»

José Enrique Alcázar

Ingeniero e impulsor de Slowlight

En su opinión, «estamos en un momento decisivo para recuperar las noches y así ganar en calidad de vida». Alcázar lo dice porque la mayoría de luminarias de las redes de alumbrado público se instalaron en un periodo entre 1980 y 2010, y ahora están llegando subvenciones cuantiosas para renovarlas, principalmente a través de la tecnología LED. No obstante, no basta a su juicio con reemplazar unas luminarias por otras. «Cada calle debe ser analizada con calma y hay que hacer un estudio previo».

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'Extremadura Buenas noches'

Slowlight tiene un manifiesto que ha conseguido ya en torno a 150 adhesiones de entidades públicas y privadas. Extremadura está en esa lista. En esta comunidad autónoma son conocidos proyectos recientes relacionados con mirar las estrellas como un atractivo turístico más.

La iniciativa ‘Extremadura Buenas Noches’ publicita una red de miradores celestes. Hay 21 puntos donde la observación del cielo es más nítida durante la noche. Además, se han organizado eventos como la Semana de la Contaminación Lumínica del 3 al 8 de mayo, con charlas divulgativas por parte de la Diputación de Badajoz, o actividades concretas como ‘Apaguemos las luces’, en este caso en Valverde de Burguillos el pasado 19 de junio coincidiendo con el solsticio de verano.

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Alcázar conoce todas estas experiencias y de hecho viajó a Extremadura en agosto del año pasado para firmar la adhesión al manifiesto Slowlight que realizaron la Junta de Extremadura, las dos diputaciones provinciales y la Federación de Municipios y Provincias de Extremadura (FEMPEX), así como la Red Extremeña de Desarrollo rural (REDEX).

El manifiesto es una especie de reflexión colectiva que empieza subrayando que «la noche es necesaria» y hace hincapié en que gracias al conocimiento y la tecnología hoy es posible iluminar de un modo más responsable, entre otras cuestiones.

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«Durante la visita a Extremadura –cuenta– hicimos eventos de observación astronómica y conocimos iniciativas en un cielo que no está muy degradado, pero también vimos que había ayuntamientos que habían hecho transformaciones poco acertadas».

Alcázar evita dar nombres de los municipios, pero se refiere, entre otros detalles que observó, que al cambiar las luminarias muchas veces se dejan los mismos soportes, que suelen ser demasiado altos. Cree además que no hace falta que la luz llegue a los últimos pisos y, en general, que los cambios en esta materia no deben buscar solo el ahorro energético o económico sino reducir la contaminación lumínica.

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Sobre los monumentos cree que sí deben ser iluminados, pero con otros criterios y no desde demasiada distancia. «En general, no se debe transformar el alumbrado de una ciudad sin pensar en una planificación de paisaje nocturno», declara.

Para Alcázar, el exceso de luz artificial provoca problemas de salud pública –«dormimos cada vez menos y peor», dice–, por no hablar de otro efecto cultural – «algo que el ser humano ha hecho toda la vida para progresar y que dio lugar a la astronomía ya no lo hacemos, ya no contemplamos el cielo, no se mira hacia arriba porque no hay nada que ver», añade.

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