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Markus estudió Ingeniería Informática en la Escuela Politécnica del campus universitario cacereño. «Tras un par de años trabajando en esta región, me pagaban muy poquito ... y me tuve que ir a Madrid. Me fui con la idea de volver y cuando vi el momento regresé. Después de cinco meses buscando trabajo encontré una oportunidad que me cuadró en Cáceres, pero cobrando bastante menos que en la capital».
Lo cuenta el presidente del Colegio Profesional de Ingenieros en Informática de Extremadura, Markus Hernández Droth, y lo que explica es solo una de las razones que están detrás de la falta de mano de obra cualificada en esta región, un problema para empresas que han puesto sus ojos en esta tierra en los últimos años y para otras que ya se han asentado.
De hecho, algunos proyectos han descartado Extremadura, entre otras cuestiones, por la falta de profesionales cualificados. La última en aludir a ese argumento ha sido la gigafactoría de baterías de litio del grupo Volkswagen que finalmente ha optado por Sagunto (Valencia). Otras como Amazon en Badajoz también están encontrando dificultades para dar con los perfiles que buscan.
«Si comparamos el salario de algunos profesionales de carreras universitarias técnicas con ciudades que están cerca de Extremadura como Madrid y Sevilla, los sueldos en la región son bastantes bajos en general. Por ejemplo, un ingeniero informático en esta comunidad, en sus primeros trabajos, puede cobrar entre un 20% y un 30% menos. A medida que vas teniendo más experiencia la diferencia se incrementa», comenta Markus.
Markus Hernández
Presidente del Colegio de Ingenieros en Informática
No es un problema menor que eso suceda teniendo en cuenta que proyectos como el de la gigafactoría pretende crear hasta 3.000 puestos de trabajo directos. Todos ellos se han esfumado para Extremadura y a eso hay que sumar los que se generarían en las industrias auxiliares de la nueva fábrica de baterías eléctricas.
Químicos con másteres en electroquímica y conocimiento en baterías de iones de litio, pero también personas con experiencia en producción automotriz o fabricación automatizada son algunos de los perfiles que se necesitarían para no decir adiós a ese tipo de proyectos. También ingenieros informáticos como los que busca Amazon desde hace nueve meses y no encuentra.
«Las empresas que se asientan en Extremadura vienen pensando que si el coste de nivel de vida es más bajo pueden pagar menos, y eso no es un aliciente para los profesionales», añade Hernández Droth, que asegura que «muy pocos se quedan en esta región al no haber tejido industrial suficiente y, cuando surgen proyectos empresariales, no se asientan porque no hay profesionales».
Es un círculo vicioso. Y así, suma y sigue. Pero, además de los bajos sueldos, dónde está el problema en una región con una universidad con 50 años de historia que actualmente oferta 69 grados, 12 dobles grados y 46 títulos de máster. Muchos de ellos, centrados en los perfiles que demandan las empresas como ingenieros industriales, químicos o informáticos, entre otros.
Cuestiones como los pocos alumnos que acaban las carreras científico-tecnológicas, la falta de comunicación entre empresarios y Administración, el teletrabajo o la dificultad para predecir qué demandará el mercado laboral en los próximos años son algunas de las razones, según los colegios profesionales de ingenieros industriales y de informáticos, las confederaciones empresariales y de autónomos y la Universidad de Extremadura.
«En las carreras técnicas entran alumnos, pero terminan muy pocos debido a la dificultad. Es muy complicado finalizar en los años que exigen este tipo de grados», indica Lorenzo Maqueda, decano del Colegio de Ingenieros Industriales de Extremadura. «Por poner un ejemplo, en nuestro máster están terminando entre ocho y 12 alumnos cada año», especifica.
Lorenzo Maqueda
Decano del Colegio de Ingenieros Industriales
En profesiones como la suya, el paro es prácticamente nulo. «La gente que termina encuentra trabajo y afortunadamente pueden elegir, así que desgraciadamente muchos se están yendo de Extremadura a otras comunidades e incluso al extranjero, y eso se debe a que normalmente se les paga más», apunta Maqueda, que matiza que «en el caso de las carreras técnicas, los inicios no suelen estar bien pagados».
Ante eso, el decano del Colegio de Ingenieros Industriales cree que «los estudiantes se suelen dirigir a carreras más sencillas y mejor valoradas económicamente en el mercado». En ese sentido, considera que también hay pocos egresados porque la Administración no está demandando casi ingenieros. «Ante la falta de plazas de funcionario entran en otras carreras más sencillas».
En ese sentido desde la Universidad de Extremadura, su vicerrectora de Estudiantes, Empleo y Movilidad, Rocío Yuste, reconoce que hay un desajuste entre la oferta y la demanda. «Somos muy lentos analizando datos para predecir los perfiles profesionales que vamos a necesitar, por ejemplo, en los próximos diez años».
Rocío Yuste
Vicerrectora de Estudiantes y Empleo de la UEx
Es ahí donde Yuste indica que tanto la Administración como la Universidad de Extremadura, con grupos de investigación, así como las empresas, tendrían que dedicarse más a predecir las necesidades del mercado y conectarlo con los servicios de empleo. «Hay desajuste. En algunas titulaciones hay más egresados de los que el mercado laboral es capaz de absorber. En otras como las ingenierías, Medicina o Enfermería egresan muchos menos estudiantes de los que se necesitan».
Asegura que, por ejemplo, en el portal de empleo de la UEx «hay muchas ofertas para ingenieros que no se cubren porque no hay egresados con las condiciones que piden». Añade que las empresas que quieran esta mano de obra deberían optar por prácticas curriculares para luego terminar contratándolos y así ajustarse al perfil concreto que demandan.
En ese asunto se centra el secretario general de la Confederación Empresarial Regional Extremeña (Creex), Francisco Javier Peinado. «El tejido productivo y las necesidades que tienen las empresas evolucionan a un ritmo al que el sistema educativo reglado no es capaz de dar respuesta».
Javier Peinado
Secretario General de la Creex
Considera que el problema no es que se necesite un ingeniero informático, sino que las competencias que requiere la empresa es lo que no se obtiene. «Hay un desequilibrio entre la formación en la Universidad y los institutos y lo que realmente demanda el mundo de la empresa, que va muy por delante».
Opina que si faltan ingenieros informáticos o químicos especialistas en litio en Extremadura, también se da esa carencia en otros lugares. «Las universidades no se han sabido adaptar. Los planes de estudio y las plazas que se ofertan en algunos grados no se ajustan a lo que piden las empresas», apunta Peinado.
Por tanto, queda camino por recorrer. «Estamos exportando más talento del que somos capaz de atraer. Los que están cualificados se van a territorios donde hay más prosperidad y tienen más posibilidad de crecer», lamenta el presidente de la Confederación de Empresarios y Autónomos de Extremadura (Ceade), Diego Hernández, que demanda más comunicación entre la Administración y las empresas para ajustar la mano de obra cualificada al mercado laboral.
Diego Hernándeez
Presidente de Ceade
«Cualquier proyecto industrial que viene se suele planificar con más de tres años y con esos plazos nos daría tiempo a preparar a los profesionales, pero para ello se necesita una buena comunicación con las empresas y una buena representación. A los empresarios nos preguntan poco y si lo hacen preguntan a quien no lleva toda la representación», explica Hernández, que lamenta la falta de comunicación con una entidad que agrupa a más de 12.000 empresas.
Finalmente, a eso se suma un elemento que hasta hace dos años no existía. «El problema que ha traído la pandemia es que ha generalizado el trabajo en remoto. Entonces, hay empresas americanas, inglesas y de Europa que están fichando a mucha gente para trabajar de forma telemática. De este modo, están en Extremadura pero trabajando para empresas que no producen en la región y con sueldos mayores. Así que algo que antes vendían aquí para atraer talento por la calidad de vida que se tiene en esta región gracias al bajo coste ya no funciona tanto», concluye el presidente del Colegio de Ingenieros Informáticos.
Además de la mano de obra cualificada relacionada con carreras universitarias de ingenierías y proyectos industriales, en Extremadura hay tres sectores que han sido siempre generadores de empleo y ya están teniendo problemas para encontrar a trabajadores.
Son la hostelería, la construcción y el campo. De hecho, empresarios y especialistas en recursos humanos alertan de que hay miles de puestos sin cubrir.
Esta diario publicará este lunes, 4 de abril, cuáles son los perfiles que están haciendo falta y las razones que están detrás de esa carencia que ya paraliza proyectos en Extremadura.
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