La balsa La Maricana de Jarandilla de La Vera, que el pasado lunes se rompió y generó una riada, no será reparada, y ... en su lugar se construirá una nueva. Es la decisión que ha tomado la Junta de Extremadura, según anunció este martes tras el Consejo de Gobierno el consejero de Presidencia, Interior y Diálogo Social, que explicó también que las revisiones de la charca son competencia de la propia administración regional y no de la Confederación Hidrográfica del Tajo.
Publicidad
«La norma establece que han de realizarse cada cinco años, por lo que hemos cumplido, ya que la última es de septiembre de 2022», concretó Abel Bautista, que en un primer momento, el pasado lunes en Jarandilla, adonde viajó al conocer el suceso, declaró que «la seguridad y las revisiones le corresponden a la Confederación Hidrográfica del Tajo», y que había «afectados que preguntan por qué no se hizo la revisión en los años 2023 y 2024».
Este martes, el consejero ha aclarado que «las competencias en materia de seguridad corresponden a la Administración General del Estado a través de la Confederación Hidrográfica del Tajo, al estar construida la balsa sobre el dominio público hidráulico». «La Junta solo es responsable en presas o balsas que estén fuera del dominio público hidráulico», explicó Bautista antes de aclarar también que «a la Junta le corresponde el mantenimiento de la balsa y el cumplimiento de las normas de seguridad, y la balsa tiene plan de emergencias y normas de explotación».
«La Junta de Extremadura cumplió con sus obligaciones en septiembre del año 2022, ya que la próxima revisión habría de realizarse en septiembre del año 2027», apuntó el responsable extremeño de Interior, que al inicio de su intervención afirmó que hoy en día sería «impensable» construir una balsa como se hizo con La Maricana en el año 1994. «Se construyó sobre una bóveda que encauza un arroyo, algo impensable hoy, y la pregunta es cómo la Confederación permitió la construcción de esta balsa y la Junta la llevó acabo».
Publicidad
«Corresponde a la CHT -abundó Bautista- la inspección permanente del cauce aguas arriba, aguas abajo y en las aguas bajo la bóveda construida bajo la balsa. Esto cobra especial relevancia a la hora de determinar la causa de la rotura y la responsabilidad (por el accidente). Porque primero hay que establecer la causa de la rotura, y en función de ella, determinar la responsabilidad». Algo que en estos momentos, afirmó el consejero, no es posible. «Actualmente no se puede determinar la causa -aseguró en su comparecencia tras el Consejo de Gobierno-. De forma urgente, se vaciará la balsa y se retirará la tela para dejar la balsa al descubierto y ver qué ha sucedido».
En estos momentos, desgranó el consejero de Presidencia, Interior y Diálogo Social, se manejan dos posibilidades. La primera es «el colapso estructural por el peso del agua». O sea, que la bóveda que encauza el arroyo soterrado, bajo la charca, se rompió. Algunos vecinos apuntaban el lunes la posibilidad de que esa bóveda instalada en el año 1994 estuviera en malas condiciones, por la corrosión del material con el paso de las décadas, un extremo que determinará la investigación.
Publicidad
La otra hipótesis, también apuntada por otros residentes en la zona y por algunos técnicos que visitaron el lugar el lunes, es «un taponamiento en el encauzamiento», apuntó el consejero. «En el lugar se aprecia que aguas arriba de la balsa hay evidencias del aumento importante del caudal y detenciones en el curso del arroyo, por lo que no se descarta que la rotura se debiera al colapsamiento del arroyo, por arrastre de elementos sólidos dada la inexistencia de la rejilla de desbaste, cuyo mantenimiento e inspección corresponde solo a la Confederación Hidrográfica del Tajo».
Si ocurrió lo primero o lo segundo lo determinará la investigación, que no comenzará «hasta que deje de llover», precisó Abel Bautista, que avanzó que la Junta «iniciará los trámites para buscar emplazamiento, así como para la redacción de proyecto y demás trámites para la construcción de la nueva balsa». También indicó el consejero que se encargará un informe que determine los daños ocasionados en la carretera autonómica que tuvo que ser cortada (la EX-119), mediante la inspección del subsuelo con georradar y tomografía.
Publicidad
Por último, el consejero quiso transmitir de nuevo su solidaridad con Paco Núñez, su mujer Mariángeles y su hija Cristina, dueños del taller mecánico El Cristo, que ha quedado casi destrozado por la riada. «Tienen nuestra empatía y nuestro compromiso de celeridad para resarcir los daños si la investigación determinara que somos los responsables», afirmó.
Primer mes sólo 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.