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Voluntarios del Banco de Alimentos de Badajoz junto a los productos almacenados hace unos meses. HOY

Los bancos de alimentos extremeños ya notan la caída de las donaciones

Los almacenes tienen existencias para mes y medio porque también está aumentando el número de personas que solicitan comida

Viernes, 23 de septiembre 2022, 07:07

«Ahora mismo las estanterías están bien. Tenemos alimentos para repartir en septiembre y más o menos octubre pero a partir de esa fecha...(unos ... segundos de silencio) toca buscarlos». Cristina Herrera, presidenta del Banco de Alimentos de Badajoz, no esconde que hay inquietud a corto plazo en esta asociación que recoge o compra productos alimentarios y los reparte entre las familias más necesitadas. En julio, las estanterías ya se quedaron vacías en las instalaciones pacenses de la asociación y ahora el peligro acecha de nuevo para el último trimestre del año. De momento, es seguro que hay alimentos almacenados para el periodo de mes y medio aproximadamente.

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Solo entre los bancos de Badajoz y Cáceres hay alrededor de 24.000 personas que reciben comida. Son 15.150 beneficiarios en el primer caso y alrededor de 8.700 en el segundo. Entre enero y junio, esto es, en la primera mitad del año, el número de personas que pueden alimentarse gracias al Banco de Badajoz ha subido un 10%.

«Es una tendencia al alza que se va a mantener», esboza Herrera a HOY. En realidad, no solo hay más personas que demandan alimentos sino que se empieza a percibir de forma nítida que hay menos donaciones de particulares y empresas para los bancos que los reparten.

Juan Carlos Fernández Rincón, presidente del Colegio de Alimentos de Cáceres, confirma ese doble diagnóstico de la situación. La entidad cacereña ha visto aumentar también sus destinatarios de alimentos –entre un 3 y un 4% más, calcula Fernández Rincón– y nota igualmente que hay menos aportaciones gratuitas de particulares en forma de leche, conservas y otros alimentos.

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«Hemos realizado una campaña este año para lograr más aportaciones económicas que nos permitan comprar más alimentos por si acaso. Pero es cierto que ahora, con lo que está subiendo la cesta de la compra, podemos poder comprar menos», agrega Fernández Rincón en declaraciones a este diario.

La gran recogida

Una especie de tormenta perfecta se ha conjugado, a partir de la guerra de Ucrania, para poner en cuestión el objetivo de distribuir alimentos entre las personas que realmente los necesiten.

La subida del coste de la energía, la de la cesta de la compra o la de los carburantes, aunque ahora está a la baja el precio de los combustibles, ha creado un peor contexto para que la generosidad ciudadana sea tan fluida como a principios de año y en 2021.

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«A la gente particular, que generosamente dona alimentos cada cierto tiempo, no se le puede agobiar más. Ha comenzado septiembre y muchos han tenido que hacer frente a los nuevos gastos del curso escolar. Lo entiendo. Pero el problema no es solo ese. Cada uno puede aportar en la medida de sus posibilidades... y cada vez son menores», añade Herrera.

Los bancos de alimentos se nutren, de un lado, de las aportaciones de particulares y de empresas y, de otra parte, de compra de productos gracias a subvenciones de administraciones públicas o de donaciones de administraciones.

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«Ahora nos está llegando parte del excedente alimentario que maneja el Fega (Fondo Español de Garantía Agraria), del Ministerio de Agricultura, gracias a fondos europeos. Es un alivio pero no es suficiente», admite con preocupación Cristina Herrera.

La frase

«Los extremeños son muy generosos. Confío en que podamos superar las complicaciones que estamos viviendo»

Cristina herrera

«El problema es que antes con el dinero público que recibimos nos daba para comprar más alimentos que ahora y, por tanto, nos encontramos de inicio con menos productos», explica.

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«En noviembre se suele organizar lo que se llama la gran recogida, para que los ciudadanos entreguen alimentos y las personas necesitadas puedan tener un final de año tranquilo. No sabemos cómo será la respuesta en ocasión. Espero que bien. Vamos a ser optimistas aunque la situación general sea complicada», añade el presidente del Banco de Alimentos de Cáceres.

«Ciertamente es mejor prevenir que curar y se pueden lanzar mensajes de aviso a la población aunque estoy confiado, casi seguro, que al final no tendremos problemas para tener suficientes alimentos para acabar bien el año», especifica Fernández Rincón.

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«Los extremeños son muy generosos. Lo han demostrado siempre. Confío en que salvemos también esta complicación para ayudar a muchas personas», remata Herrera.

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