La bandera arco iris

Cuando Guillermo Fernández Vara inauguró la Escuela Superior de Arte Dramático en 2009, recordé que el edificio cargaba con la maldición de que todos los estudios superiores que allí habían comenzado no habían culminado. Afortunadamente, los estudios de Arte Dramático han roto con esa maldición y ya son once las promociones de alumnos titulados. Así que estábamos en el patio dieciochesco, que tiene en medio un pozo muy bonito situado sobre el aljibe del Museo de la Semana Santa.

Pero déjenme que les hable de ese pozo. Es de granito y está cerrado por una reja de hierro que impresiona. Cuando se rodó en Cáceres Juego de Tronos, los irlandeses que buscaban espacios para rodar se fijaron en el pozo para rodar un episodio en el que unos soldados entran en una fortaleza por un túnel secreto. Creyeron que sería bonito acceder por el pozo y el aljibe, pero descubrieron que el suelo era sumamente resbaladizo y peligroso y lo eliminaron de su catálogo de exteriores.

En la ceremonia de graduación, este pozo tenía un singular protagonismo porque los alumnos habían colgado del brocal una bandera arco iris. Teníamos pues el escenario preparado: un patio de hace 300 años, padres y familiares a un lado, alumnos y profesores a otro lado, en medio, los egresados y en el centro, el pozo con la bandera arco iris.

Las bandera arco iris ya no es solo un símbolo de lesbianas, gays, transexuales, bisexuales, etcétera, sino una enseña que se ha convertido en un icono de libertad y de defensa de las minorías. Entre los jóvenes, ha sustituido a la bandera republicana como emblema alternativo de contestación, diferencia o desacuerdo, pero sin las connotaciones de enfrentamiento que sugería la tricolor.

El arco iris de la nueva bandera encierra un mensaje más actual y menos enraizado en la historia convulsa de España. Aunque tenga simbología política, su esencia atañe más a lo personal, a una libertad íntima que después se convierte en social y acaba siendo política, pero no de un régimen frente a otro, sino de una manera de entender la vida que puede ser transversal y movilizar a todas las ideologías políticas cuyo objetivo sea la libertad. Por eso, muchos gobiernos municipales del PP izan con orgullo la bandera arco iris.

Oponerse a ella, retirarla de los mástiles y los balcones, prohibirla o perseguir a quienes la enarbolan es un acto canalla que afecta a toda la sociedad pues significa pretender entrar en las conciencias para doblegarlas, unificarlas y esclavizarlas. Por esta y otras razones, en la ceremonia de graduación de la ESAD, el pozo abanderado se convirtió en una metáfora de lo que les espera a los actores y directores recién egresados: salir al mundo, enfrentarse a la sinrazón y seguir avanzando libres, creativos y arco iris.