Ver 11 fotos

Playa de Peloche, en la Siberia, en 2021, un año antes de obtener la bandera azul. HOY

La banderas azules dinamizan el verano y sitúan en el mapa a los pequeños pueblos

Alcaldes de La Siberia que han recibido recientemente esta distinción citan las ventajas que supone, pero admiten que renovar es una responsabilidad

Sábado, 11 de mayo 2024, 13:55

Dicen la mayoría de alcaldes en cuyos pueblos ondea una bandera azul que este distintivo solo suma, aunque también saben que es una responsabilidad mantenerla cada verano. En cualquier caso, les motiva para seguir añadiendo extras al que de toda la vida –o al menos ... desde que se creó el embalse– fue el lugar de baño de la gente del pueblo.

Publicidad

En Talarrubias (3.420 habitantes), por ejemplo, el año pasado volcaron tresmil metros cúbicos de arena para que este paraje típico extremeño se asemejara a una playa. En Casas de Don Pedro (1.483 vecinos), su alcaldesa afirmaba esta semana que el año pasado un hostelero italiano montó un chiringuito en cuanto estrenaron la bandera azul y este verano repite. Y en la playa de Peloche, en el término de Herrera del Duque, hay hasta palmeras y una estructura flotante para saltar al agua y que atraquen embarcaciones ligeras desde que en 2022 empezó a ondear la bandera azul. Todas estas playas de agua dulce están en la Siberia extremeña, una de las comarcas con menos densidad de población del país y a la que ha emepzado a llegar gente en verano para bañarse.

No solo allí la bandera azul, que ondea en nueve playas extremeñas, hace de palanca. Cheles, localidad rayana que empezó a destacar en el mapa por su proximidad al embalse de Alqueva, creado artificialmente gracias a la presa construida en 2002, aprovecha este recurso para ampliar cada año una zona recreativa de baño que hace cuatro años estrenó su bandera azul y que en los fines de semana de verano recibe cientos de bañistas. Desde entonces, esa playa de agua dulce ha recibido decenas de miles de euros de inversión, la mayoría de un empresario privado que ha construido bungalows y e impulsado el restaurante, pero también de administraciones públicas.

Como se desveló el martes pasado, Extremadura mantiene las nueve banderas azules que ya tenía el año pasado. La mayoría están en el Este y todas menos una en la provincia de Badajoz, que compensa así el tirón que tienen las piscinas naturales del norte de Cáceres.

Publicidad

Las playas que han revalidado esta semana la distinción de Bandera Azul han sido la playa Costa Dulce de Orellana la Vieja, que fue la primera de Extremadura que logró una Bandera Azul, en 2010; la playa La Dehesa de Cheles, que la obtuvo en 2019; junto con las de Alange, Campanario, Los Calicantos (Casas de Don Pedro), Isla del Zújar (Castuera), El Espolón-Peloche (Herrera del Duque) y Talarrubias-Puerto Peña (Talarrubias), logradas en 2022, y la playa de Cancho del Fresno (Cañamero) conseguida en 2023.

Junto a ellas, el puerto deportivo de Orellana La Vieja continúa siendo el único de interior certificado con Bandera Azul, revalidando este título ininterrumpidamente desde 2018.

Extremadura lleva años empeñada en subrayar que no es una comunidad seca sino todo lo contrario. En ese afán por proyectar sus zonas de baño las banderas azules son el reclamo perfecto que completa cualquier campaña turística. Esta temporada las nueve banderas azules recién renovadas están todas en los términos de pequeños municipios donde la calidad del agua del lugar donde los vecinos siempre se han bañado de repente se ha visto completada con zonas de aparcamiento, pasarelas de madera, sombrillas y hasta toneladas de arena para simular playas allí donde no llega el mar y sólo hay embalses.

Publicidad

Como se sabe, las banderas azules se otorgan a nivel internacional y las concede anualmente la Fundación Europea de Educación Ambiental. Esta temporada de verano ondearán en 638 lugares de España (once más que en 2023). De esta cifra 19 están en aguas de interior de las que casi la mitad, 9, son enclaves extremeños. País Vasco tiene tres, Galicia y Andalucía dos cada una, y una Comunidad Valenciana, Madrid y Navarra.

Casas de Don Pedro (Playa Los Calicantos)

Casas de Don Pedro y su playa llamada Los Calicantos ha sido la última de las extremeñas en incorporarse a esta lista de banderas azules. Está a unos cinco minutos en coche y aunque la más transitada N-430 queda cerca, el acceso es por una carretera secundaria como la Ba-137, desde donde se ven eucaliptos junto a un pequeño tramo del embalse Orellana, conocido por los pescadores por sus carpas, que ha sido hormigonado, le han 'plantado' sombrillas y han construido aseos junto a otros servicios como un restaurante. Este verano será el tercero que afronte Los Calicantos como playa distinguida y el segundo con un restaurante. «La verdad –dice la alcaldesa, Inmaculada Vicente– es que viene muy bien la bandera azul porque es un reclamo. Aunque se trata de una playa muy pequeñita cada vez viene más gente no solo de los pueblos vecinos sino de más lejos gracias a las dos casas rurales que hay en la zona y oporque desde hace poco cada vez veranea más gente en los pueblos. Lo notan los bares, la panadería y algunas tiendas».

Publicidad

«Es una playa pequeñita, pero cada vez viene más gente y desde más lejos»

Inmaculada Vicente

Alcaldesa de Casas de don Pedro

De momento, no habrá novedades este año en esta playa fluvial, pero de cara a 2025 la alcaldesa espera que pueda haber una rampa para pescadores y más arena que impacte menos en el entorno que el terreno hormigonado.

Talarrubias (Playa de Puerto Peña)

Otra distinción reciente ha sido la de la playa de Puerto Peña, perteneciente al término de Talarrubias y que en 2022 también estrenó su bandera azul.

Antonio García, alcalde de esta localidad ha estado este año como ponente en un congreso sobre banderas Azules celebrado en Valencia exponiendo su caso, definido como «modelo de éxito». Entre las últimas actuaciones en la piscina natural de Puerto Peña cita tresmil metros cúbicos de arena para ampliar la zona de playa, que tiene palmeras, una caseta para socorristas, desfibriladores, más sombra, una silla anfibia para que se puedan bañar personas con movilidad reducida y, a finales de junio, cuando se inaugure la temporada y tenga lugar el izado de la bandera, estrenarán unas letras corpóreas para que la gente se haga fotos junto a ellas.

Publicidad

«Aunque traigas la mejor arena, si el agua del embalse no es excelente no se le puede echar cloro»

Antonio García

Alcalde de Talarrubias

«El público llega de varias provincias limítrofes, como Toledo, Ciudad Real o Cáceres, y esto afecta positivamente a casas rurales, un hotel privado y al final mucha gente visita Talarrubias, que queda a diez minutos en coche», expone su alcalde Antonio García, que destaca el restaurante de este enclave, el cual abre todo el año, y que solo la playa de agua dulce pueda generar cuatro empleos fijos entre los socorristas y el personal de mantenimiento».

De momento, dice, todas las inversiones se han hecho con fondos propios, pero espera que este año la Junta de Extremaura también aporte dinero. Con todo, es consciente de que por mucho que mejoren el entorno si la calidad del agua no cumple con unos parámetros mínimos la bandera azul no se renueva la temporada siguiente.

Noticia Patrocinada

«Llevamos cinco años en que tenemos un agua excelente, lo que en realidad no depende de nosotros. Aunque traigas la mejor arena pero si el embalse no te da la excelencia del agua no se le puede echar cloro», dice Antonio Díaz.

Herrera del Duque (playa del espolón-Peloche)

Saturnino Alcázar, que es alcalde en la localidad cercana de Herrera del Duque, entiende también que una bandera azul es una responsabilidad. En su caso, ya estaban haciendo mejoras cuando en 2022 llegó la bandera azul la playa denominada espolón Peloche coincidiendo con la apertura de un restaurante, Tierra y Agua, que tiene una concesión de diez años y ayuda a dinamizar la zona.

Publicidad

«Seguiremos avanzando y tenemos pensado proyectar un embarcadero»

Saturnino Alcázar

Alcalde de Herrera del Duque

«Acabábamos de sembrar más de mil metros cuadrados de césped, cincomil de playa de arena, hormigón, unos 300 árboles para sombra y el año pasado pusimos una plataforma flotante que vino muy bien porque con la sequía el nivel del agua bajó. Este año el García Sola está al 85% y seguiremos avanzando proyectando un embarcadero».

Sin embargo, subraya la preocupación que supone tener que renovar cada año este distintivo. «Conseguirlo es un impacto muy positivo, pero si no te la renuevan se convierte en negativo. Esto es una responsabilidad y los alcaldes sentimos esa presión», reconoce Alcázar.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.

Publicidad