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Solitaria terminal de viajeros del aeropuerto de Beja, vigilada por un coche policial. :: E.R.
Beja, el gran aeroparking

Beja, el gran aeroparking

Estacionar un Airbus 500 un mes cuesta 12.000 euros

Lunes, 12 de junio 2017, 13:09

Tenía curiosidad por conocer el aeropuerto de Beja. Cuando se inauguró, se presentó como la gran alternativa para Extremadura y el Alentejo de vuelos low cost, pero la realidad había acabado imponiéndose de manera cruel y la terminal bejense había dejado de utilizarse para mover pasajeros. El aeropuerto, para entendernos, tiene buena pinta: accesos flamantes, prácticos y bien señalizados, aparcamiento cómodo y abundante, una terminal de pasajeros moderna y atractiva y hasta se ven aviones en la pista. Pero no hay nadie, nada, silencio... Ni un coche en el parking ni personal en la pista, las terminales cerradas y solo un coche de la Guardia Nacional Republicana estacionado a la puerta de la terminal de llegadas insuflando algo de vida a la instalación aeroportuaria.

Tras dar varias vueltas por las instalaciones, constatando la soledad y la inactividad, aparcamos a cierta distancia para sacar unas fotos panorámicas. Fue en ese instante cuando se escucharon unos fuertes toques de pito a lo lejos y vimos venir a dos guardias corriendo. No parecían muy ágiles porque corrían con dificultad. Valoré la situación: pueden pensar que hacemos fotos para cualquier propósito inconfesable: espionaje industrial, actos violentos, descrédito de los valores alentejanos. Si nos detienen, ¿cómo les explicamos que hacemos fotos para un periódico extremeño? Quizás creyeran que, en realidad, fotografiábamos los invernaderos gigantes de uva de mesa que rodean el aeropuerto, pero sonaba raro, a espionaje agrícola por lo menos. Conclusión, salimos corriendo y no nos pillaron, pero conseguimos la foto del aeropuerto más solitario y silencioso de la Raya, que iba a ser la gran competencia del de Badajoz, pero será gasolinera, aparcamiento y taller.

En 2005, me encargaron escribir la crónica de 'Ágora, el debate peninsular'. Eran unos interesantes encuentros entre personalidades de España y Portugal que se celebraban cada año en Extremadura. En uno de los debates de aquella edición, se comentó que los portugueses apostaban antes por una nueva terminal aeroportuaria lisboeta en Portela que por el AVE. La razón era puramente nacionalista antiespañola: preferían viajar a Europa saltándose España por avión antes que tener que cruzarla en tren de alta velocidad. Eran los tiempos en que Inditex y el Banco de Santander eran las cabezas de playa de un desembarco empresarial español en Portugal que no tenía precedentes.

Han pasado los años y la situación parece haber cambiado. Ya no se hacen ascos estúpidos y ultranacionalistas a las conexiones ferroviarias con España y la nueva terminal aeroportuaria lisboeta no se construye en Portela, sino al otro lado del Tajo, en la base aérea de Montijo. La pista que complementará al aeropuerto Humberto Delgado de Lisboa se inaugurará en 2022.

Es en ese punto donde aparece el aeropuerto de Beja ofreciendo sus servicios como gasolinera de aviones, taller y estacionamiento. Los aviones no caben ya en Lisboa y aparcarlos un mes en Beja cuesta entre 10.000 y 12.000 euros, un precio sin competencia en toda la Península. Al estar a 15 minutos de vuelo de Lisboa, las aeronaves estacionan tres días a precio muy competitivo en Beja a la espera del siguiente vuelo y el 'brexit' traerá a Beja aviones que estacionaban en Reino Unido. Han renegociado el precio del combustible y en 2016 llenaron más aerodepósitos que en los cinco años anteriores.

Esta situación favorece que el aeropuerto crezca: se van a construir nuevos hangares y podrá llegar a ocupar 187 hectáreas. En resumen: no habrá vuelos low cost, pero sí un gran aeroparking vigilado por celosos 'guardiñas'.

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