En Benquerencia, se quedan sin bar ni tienda

El bar del hogar del pensionista gozó de un cambio que sorprendía a quien lo visitaba: terraza con mobiliario de diseño y flores, interior con sillas y tresillos de anea, manteles alegres, carteles invitando a la 'slow life' (vida tranquila), 'playlist' de Spotify, cocina con bacalao dorado, gambas al pilpil, tortilla campera, ensalada malagueña… En la inauguración, actuó la drag queen Femurosa, celebraban un 'benqueringo' con premios, talleres de teatro-terapia con la asociación 'In bocca al lupo', que dirige la actriz Raquel Morgado, actuaciones de flamenco.

En la fiesta de la Virgen del Rosario, hubo comida popular para 52 vecinos. El Día de Extremadura, hubo migas por la mañana, exposición de trajes regionales y taller de 'El redoble' y acudió todo el pueblo. El Día del Alzhéimer, entregaron los premios Madrecita María del Carmen, Ruiseñora, A Tu Vera,… Premios con nombre de copla a la mejor cuidadora, a la más independiente, a la pareja más unida… Sin embargo, el hogar del pensionista de Benquerencia con su tienda, su bar y su actividad cultural está a punto de cerrar. ¿Por qué?

'La España vacía', un libro brillante, un concepto de moda y una provincia, Cáceres, camino de vaciarse con sus 153 pueblos con menos de 1.000 habitantes. Sin embargo, en el último mes, recorriendo la provincia, hemos descubierto empresas e iniciativas que fijan población con apoyo municipal. En Ceclavín, Zarza la Mayor y Acehúche han creado un club de fútbol, Unión Fresnedosa, con varios equipos. El conjunto cadete acaba de subir a Primera Autonómica y familias que valoraban irse a la ciudad, se quedan porque sus hijos son felices con sus pueblos y con su fútbol.

En Horcajo (Pinofranqueado), ha abierto un restaurante de categoría y las casas se han revalorizado. En Pajares de la Ribera (Riolobos), desde que abrió una bodega, los vecinos han pasado de cuatro a 15 y en Pozuelo de Zarzón (437 habitantes), Jacoliva da empleo a 15 trabajadores. «Viven en Pozuelo, tienen hijos y familia en Pozuelo. Todo ayuda a que los pueblos sobrevivan. Los políticos extremeños deberían darse cuenta de que de aquí a diez años los pueblos estarán muy mal», avisa Justino Corchero, gerente y propietario de Jacoliva.

Benquerencia es uno de los siete pueblos cacereños con menos de 100 habitantes (78 censados, pero viven allí unos 50). Mantener el bar del hogar es complicado. «Hago cajas de 15 euros, pero al llegar las fiestas, sacaba una buena caja y podía resistir el resto del año», hace cuentas Paco Mora. Pero esas cuentas ya no salen porque en las fiestas de San Blas, en invierno, y en las de San Pedro, hace unos días, el Ayuntamiento socialista ha contratado una empresa, que trae la orquesta y el DJ, pero también las barras de bar. Las fotos del último San Pedro son esclarecedoras: el bar del pueblo completamente vacío y las barras forasteras llenas.

La consecuencia es desoladora: Paco, que había hecho acopio de bebida y comida para San Blas y San Pedro, ya no puede más. Sin la caja de las fiestas, el hogar del pensionista es inviable y Benquerencia se quedará otra vez sin tienda y sin bar. Esta es la realidad de la España vaciada.