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Por culpa de varias tormentas que la borrasca Olivier trajo a la región, la del sábado fue una de esas tardes excepcionales por su intensidad, ... lo que obligó a los bomberos provinciales a coordinar milimétricamente sus recursos «para poder atender un aluvión de llamadas», explicó ayer a este diario José Manuel Bellorín, el sargento al que el sábado le tocó en Mérida estar de jefe de guardia del Consorcio Provincial de Prevención y Extinción de Incendios (Cpei) de la Diputación de Badajoz. En total, atendieron 42 emergencias entre las doce del mediodía del sábado y la una de tarde del domingo, si bien la mayoría de ellas ocurrieron en un periodo de tres horas.
La primera llamada en relación con la lluvia fue en Almendralejo, cuando en la urbanización San Marcos se empezó a inundar un garaje y acudieron a drenarlo. Ya de paso, hicieron lo mismo en la carretera, donde se acababa de formar una balsa de agua. Eso fue antes de las seis de la tarde. «Después hasta las nueve de la noche hubo un aluvión de llamadas que provocó casi cuarenta salidas, todas por achiques más dos rescates de personas», relató este lunes José Manuel Bellorín.
Los rescates fueron en Lobón y cerca de Quintana de la Serena. En el primer caso hubo que sacar de una casa próxima a la autovía A-5 a cinco personas y dos animales. «Allí hay cultivos de naranjas y en las casas vive gente a la que el agua le cubría ya casi por la rodilla. Las mujeres estaban nerviosas porque no querían abandonar la casa, pero por prevención metimos un camión en la finca y se hizo la evacuación». El otro rescate fue cerca de Quintana de la Serena, donde unos adolescentes con un todoterreno se pusieron en peligro, aunque al final consiguieron atravesar el arroyo Ortigas. «Cuando llegamos ya se habían puesto a salvo», indicó ayer Bellorín.
Prácticamente todas las demás actuaciones del fin se semana fueron para achicar y desatascar imbornales, y los parques de Puebla de la Calzada y Castuera fueron los más requeridos. Y mientras unos efectivos iban y venían, se iba decidiendo qué parques apoyaban a otros según los protocolos de prioridad. «En función de las llamadas se hace un triaje porque no es lo mismo un achique en vía pública que otro de agua en vivienda donde hay un matrimonio con movilidad reducida», ilustra el sargento que estuvo de guardia
Las 42 salidas partieron desde ocho de los quince parques del CPEI y 36 fueron para rescates y asistencias técnicas. Solo una fue para atender un incendio, que fue el domingo en Don Benito por una sartén que salió ardiendo, otra relacionada con logística y equipamiento y las otras por rescate de personas. Tres salidas se activaron desde la jefatura de guardia, que se movió con más agilidad evaluando varias situaciones en un mismo viaje.
De esas 42 salidas, quince de ellas se concentraron en Quintana de la Serena, mientras que once de ellas fueron en Talavera la Real. Los parques que más actividad registraron el sábado fueron Puebla de la Calzada con catorce salidas y Castuera con once. Don Benito-Villanueva tuvo cuatro, Mérida tres, igual que Villafranca de los Barros, Almendralejo dos y Alburquerque una. La Jefatura de guardia se encargó de Barbaño, una localidad de las Vegas Bajas que se inunda a menudo porque el nivel de muchas viviendas está más bajo que el de la calle, según Bellorín.
Pero la localidad de la región más castigada por el agua fue Quintana de la Serena (4.500 habitantes), con algunas calles convertidas en ríos. Su alcalde, Raimundo Dávila, señaló ayer que no les avisaron de lo que pasaría y luego le explicaron que «son tormentas sobrevenidas que no se pueden anticipar porque se forman muy rápido».
Desde el 112 sí estuvieron en contacto con él entre las 20 y las 23 horas, y el periodo más intenso fue de las 20 a las 21 horas. «Hubo pluviómetros del casco urbano que en 45 minutos recogieron 100 litros por metro cuadrado». Ante la situación y teniendo en cuenta que había alerta amarilla, el Ayuntamiento activó su protocolo de emergencia movilizando a Policía Local, Protección Civil y Obras y Servicios. «Revisamos arquetas, ayudamos a vecinos a los que les entró agua en su casa, y el 112 nos avisó de un coche que se había quedado en el arroyo (Ortigas). En el pueblo, el arroyo del Tío Pepe estuvo al borde de desbordarse y las tuberías entraron en carga porque la cantidad de agua fue brutal y se formaron balsas de agua. Por si acaso, también cortamos todos los caminos de acceso cerca de otros arroyos», relató ayer el alcalde.
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