Cáceres gusta en Portugal

Pero ha pasado el tiempo, el museo Helga de Alvear se ha convertido en un magnífico contenedor de arte y cultura y, ¡por fin!, la ciudad ha entendido que 'los de Atrio' son unos mecenas que han revolucionado Cáceres con sus proyectos y sus arriesgadas aventuras empresariales. Hace un cuarto de siglo, los llamaron para que cogieran el restaurante Zalacaín de Madrid y, posteriormente, les han hecho todo tipo de ofertas para invertir y triunfar fuera de su ciudad. Pero ahí los tienen, inasequibles a lo cantos de sirenas forasteras y participando en afanes centrados en Cáceres.

Uno de esos afanes fue, efectivamente, el museo Helga de Alvear, que, desde la inauguración de su ampliación en 2021, se ha convertido en la joya cacereña que complementa el atractivo de la parte antigua. Esa mezcla de historia y arte contemporáneo ha convertido Cáceres en destino imprescindible. La última constatación de ese prestigio llegó la semana pasada desde Lisboa, donde el diario Público, quizás el más prestigioso de Portugal, dedicó a Cáceres su suplemento de viajes Fugas, que se publica los sábados con el diario. En portada de la revista, una de las obras de arte de la coleccionista alemana recientemente fallecida, en concreto, esa escultura de Elmgreen & Dragset que tiene al lado un gotero con sangre. Debajo, en letras negras, el titular: «España. Cáceres nos provoca, de la historia al arte».

La periodista portuguesa Mara Gonçalves cuenta su paseo por la plaza Mayor, «una de las diez más grandes de España», por la 'calçadinha' portuguesa de la plaza de San Juan y por la parte antigua, haciendo alusión a la Semana Santa declarada de Interés Turístico Internacional. Al llegar al museo Helga de Alvear, tres semanas después de la muerte de su impulsora, se fija en que no hay caras compungidas, sino alegres, de fiesta. «Es lo que ella hubiera querido», razona la hija de la galerista y lo corrobora Sandra Guimarães, directora del museo desde 2023.

En el artículo dedicado a Cáceres, pero también a Mérida ('Mérida la romana') y a Badajoz ('Las artes de Badajoz'), se recomiendan algunos restaurantes extremeños que pueden gustarles a los portugueses. En concreto, La Botica y Tapería de Yuste en Cáceres, La Milanesa en Mérida y Moma y La Casona Alta en Badajoz. En cuanto a los museos de visita imprescindible, se sugieren el Vostell y el Helga en Cáceres, el conjunto arqueológico y el museo de Arte Romano en Mérida y el Meiac y el de Bellas Artes en Badajoz.

Cuenta Fugas por qué Helga de Alvear decidió traer su colección a una ciudad-museo de pasado lejano para reflexionar sobre el arte del futuro. Y aquí aparece la famosa cena en Atrio, cuando la galerista venía de Lisboa de ver una exposición de José Pedro Croft, el único artista portugués al que representaba últimamente. Helga quería donar su patrimonio artístico y hablando durante la cena con José y Toño, 'los de Atrio', surgió la posibilidad de Cáceres y de un museo. El resto ya lo saben, Rodríguez Ibarra entendió lo importante que podía ser aquel proyecto y el museo, complementado con la ciudad monumental, ha convertido a Cáceres en destino y portada de la prensa internacional.