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Estrella Domeque y Javier Sánchez
Domingo, 9 de abril 2023, 14:07
Cientos de extremeños han querido despedir la Semana Santa en dos lugares emblemáticos en Domingo de Resurrección. Unos la Plaza Mayor de Trujillo con la ... fiesta del Chíviri y otros en Villanueva de la Serena para ver la emocionante Carrerita de la VIrgen.
El sol radiante y el calor han sido protagonistas esta mañana en la plaza Mayor trujillana, con un gran colorido. Se debe a que se han unido vecinos, junto a visitantes llegados de distintas partes del territorio nacional. El objetivo es poder disfrutar por todo lo alto de una de las citas más características de la ciudad, la fiesta del Chíviri, declarada de Interés Turístico Regional.
El pistoletazo de salida a la jornada festiva se dio alrededor de las 12.45 horas. En ese momento, la orquesta Pizarro, un año más, comenzó a entonar las canciones de esta festividad. La primera fue 'El pasodoble de Trujillo. A partir de ahí, se sucedieron los temas populares de esta jornada y que se saben todos los asistentes de la localidad. Ya, en ese momento, había cientos de vecinos cumpliendo con la tradición. Una de las primeras en llegar, incluso, antes de que comenzase la música fue Teresa Garrido, con su hija de un mes ataviada con el traje tradicional. «Nos gusta mantener la tradición», señala. Aunque la familia vive Talavera de la Reina, sus raíces trujillanas hacen que no se pierda esta fiesta.
La plaza Mayor, poco a poco, se fue llenando de personas. Antes, los vigilantes de seguridad dispuestos para la ocasión comprobaban que no se accediese con vidrio. Los más 'tardones', en muchos casos, fueron los grupos de jóvenes debido a la jornada festiva de la noche anterior. Y es que la Orquesta Pizarro estuvo cantando 'el Chiviri' ya este sábado por la noche.
Como manda la tradición, mujeres y pequeñas han acudido a esta jornada festiva vestidas de pastora. Debido al calor, gran parte de esas participantes han elegido el refajo con el corpiño en detrimento del jubón. Los hombre y pequeños han llevado la chambra, aunque según han ido pasando las horas, sobre todo, los más pequeños, la han dejado a un lado. Tampoco ha faltado un elemento característico en la jornada, como es el pañuelo rojo al cuello.
Muchos de esos grupos de familia y amigos han llegado cargados de diferentes viandas para ir recobrando fuerzas durante el día, además de grandes bolsas de bebida. También ha estado muy presente la bota de vino. Uno de ellos es el grupo que acude cada año con un jamón y que siempre se sitúa en la misma zona de la plaza Mayor.
Tampoco han faltado turistas, que se han sorprendido de la estampa que luce hoy la plaza Mayor. La ministra de Igualdad, Irene Montero, también se ha acercado para conocer esta fiesta extremeña.
Como en ediciones anteriores, esta jornada festiva cuenta con un dispositivo especial, con el fin de que transcurra con total normalidad. Ya, desde el primer momento, estaba situado junto a la iglesia de San Martín, el Puesto de Mando Avanzado del 112 de la Junta de Extremadura.
Asimismo, se cuenta con efectivos de la Guardia Civil, además de la Policía Local, junto con Protección Civil y Cruz Roja.
Veinte segundos. Ese es el tiempo que ha durado en este Domingo de Resurrección la procesión de 'La Carrerita'. El encuentro de la Virgen de la Aurora con su hijo, el Resucitado, ha vuelto a ser el momento más breve, pero también el más intenso, de la Semana Santa en Villanueva de la Serena. Veinte segundos en los que para muchos es imposible evitar las lágrimas de emoción por vivir un año más esta tradición que algunos contemplan en familia, los más jóvenes con amigos, pero todos con el mismo sentimiento que les lleva a sumarse a los 'Vivas' nada más terminar la carrera: «¡Viva la Virgen de la Aurora!, ¡Viva el Resucitado!, ¡Que viva La Carrerita!». Cánticos que se ven acompañados de fondo por el himno de España a cargo de la Banda Municipal de Música.
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Han sido veinte segundos en los que nada se deja al azar. Ya desde primera hora se establecen las marcas en el suelo de la plaza de España, señales que los asistentes tienen que respetar para no hacer peligrar la carrera. Alrededor de esas líneas se van colocando las personas que poco a poco van poblando la plaza. Los hay que madrugan para coger sitio, también más 'madrugadores' son los más jóvenes después de, en muchos casos, una noche de fiesta; algunos llegan con escaleras para ganar altura y otros con sillas para llevar algo mejor la espera. A esa hora, Villanueva tiene ya más vida que cualquier otro domingo del año, aunque sus calles son un reflejo del contraste de este Domingo de Resurrección. Y es que, cuando la iglesia de la Asunción toca las campanadas de las 8 de la mañana, algunos suben la calle Magacela rumbo a la estación de autobuses de regreso a casa tras pasar en la localidad la Semana Santa; son los que miran con cierto recelo a aquellos que van, en dirección opuesta, a disfrutar de La Carrerita.
Conforme la plaza va tomando color, también suben los decibelios fruto de los nervios. Los murmullos son cada vez mayores y advierten de que el Jesús Resucitado ya ha partido desde la capilla de las Concepcionistas Franciscanas. A esos murmullos se suman los tambores de la banda municipal de música que van marcando la llegada hasta la estatua que comanda la plaza, la de Pedro de Valdivia.
Es entonces cuando la mirada se gira hacia el otro lado, a la puerta de San Pedro de la iglesia de la Asunción, porque en breve hará allí aparición la Aurora. Pasadas las 9 de la mañana, el paso sale con cierta lentitud a hombros de los cuatro porteadores que en ese instante inician la carrera al encuentro con el Resucitado.
Veinte segundos que los villanovenses viven con una emoción capaz de contagiarse también a los forasteros en una Carrerita que ya después se disfruta con calma. No faltó este año la lluvia de papelillos azules y blancos que cubren rápidamente los dos pasos en esta tradición que se remonta al siglo XVIII manteniendo su esencia desde entonces y siendo uno de los momentos más icónicos de la Semana Santa no solamente en Villanueva, sino a nivel regional.
Tras esa veloz carrera, después los dos pasos recorren sin prisa varias calles de la zona centro en una procesión que los lleva de regreso a la parroquia de la Asunción para la celebración de la misa. También aquí son centenares las personas que acompañan a la Aurora y al Resucitado porque saben que esos veinte segundos no se repetirán hasta dentro de un año.
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