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pEnólogosAniceto Mesías y Marcelino Díaz crearon el cava extremeño junto a Pablo Juárez (fallecido). G. C.
«El cava extremeño es un estandarte»
En el pueblo de... Aniceto y Marcelino

«El cava extremeño es un estandarte»

Inicios. El éxito y la calidad de las primeras 6.000 botellas llamaron la atención de toda España en 1983

GLORIA CASARES

Jueves, 11 de agosto 2022

Hace cuarenta años Almendralejo ya era una de las principales ciudades productoras de vino de España, pero no se embotellaba. El 50% de la producción se destilaba para elaborar alcohol vínico y el otro 50% se vendía a granel.

Pero la formación enológica de dos jóvenes ingenieros, Aniceto Mesías, ingeniero técnico industrial perteneciente a una familia bodeguera y de productos enológicos; y Marcelino Díaz, ingeniero agrónomo y de familia viticultora y bodeguera, provocó una revolución en la industria vinícola extremeña con la creación del primer cava.

«Los dos habíamos estudiado fuera y los dos teníamos interés en cambiar», apunta Marcelino Díaz. «Queríamos aportar algo, creíamos que había que cambiar, que embotellar, que elaborar vino de los 'caleños', que tenían menos cantidad, pero más calidad. Había ese fermento entre los dos y luego se unió Pablo (Juárez). Esas cosas que hablábamos en las Jornadas de Viticultura y Enología, en la Asociación de Enólogos y luego creamos por entonces la Cofradía del Vino. Y surgió el elaborar cava».

«Ese fue el acierto, el hacer algo que se podía hacer en cualquier parte, pero que antes a nadie se le había encendido la bombilla»

Marcelino Díaz

Para Aniceto Mesías, el germen llegó cuando «decidimos dar el paso por amor al entorno». «También porque había una cierta preparación por parte de los tres y cada uno aportaba algo. Aunque se me ocurrió, yo nunca hubiera llegado solo a ese fin, porque es importante tener personas al lado que te ayuden y te aporten su preparación».

La idea fue lo importante, pero también el hecho de contar en la localidad con uva de variedad macabeo y con bodegas para elaborar vino. En opinión de Marcelino Díaz, «ese fue el acierto, el hacer algo que se podía hacer en cualquier parte de España, pero que antes a nadie se le había encendido la bombilla».

«El éxito fue considerable y la calidad de esas primeras 6.000 botellas que sacamos fue muy buena. Llamó la atención de toda España», recalca Aniceto Mesías. «Fíjate lo que era Freixenet y Codorniu, que acaparaban toda España. Y a nadie se le hubiera ocurrido competir en ese mercado, pero dimos un paso adelante y por qué no. Cuando haces un producto artesano, estás por encima de cualquiera. Esa artesanía y la calidad es lo que nos ha llevado a tener un relieve en la industria vinícola nacional. No hay que hacer ventas, hay que hacer algo con prestigio y futuro».

«No hay que hacer ventas, hay que hacer algo con prestigio y futuro»

ANICETO MESÍAS

Eso fue en 1982 y un año después el cava 'Vía de la Plata' era inscrito en la DO Cava. Un par de años después cada uno de estos dos bodegueros sacaban al mercado su propio cava extremeño.

Pocos años después, el consejo regulador de la DO Cava decidió acotar el cava a Sant Sadurní, bajo pretexto de adaptar la normativa a la inminente entrada en la Unión Europea. «Llamó tanto la atención un cava en Almendralejo que se pusieron el parche antes de la herida». Fue entonces cuando Marcelino Díaz decidió llegar hasta el Tribunal Supremo para defender que el cava también podía ser extremeño, donde ganó una sentencia de la que hoy se benefician cinco bodegas elaboradoras.

Pero el cava extremeño ha experimentado una revolución en los últimos años, multiplicando su producción hasta los más de cinco millones de botellas. Marcelino Díaz lo resume en el «hecho diferencial que no existe en la Champagna y es que han aparecido unas personas provenientes del mundo del vino de tetrabrik con un concepto de negocios que se basa en los volúmenes. Esos volúmenes se venden a un precio que no se corresponde, pero a ellos les permitirá ganar dinero. Y esos tiran de la fama del cava, mientras que otras bodegas lo que hacen es aumentar la fama del cava».

En su opinión, y también en la de Aniceto Mesías, lo que beneficiaría al cava extremeño son las bodegas que «hagan un cava de calidad enorme y que aumente el prestigio».

El cava extremeño hoy en día es un estandarte, pero para Díaz «más importancia tuvo, para mí, el nacimiento de los vinos tranquilos de Almendralejo en los años 80. Porque nadie creía, ni dentro de Extremadura, ni fuera, que se pudieran hacer vinos de calidad en Extremadura. Nadie. Vinos de calidad tanto blancos como tintos y de eso se ha beneficiado toda Extremadura. Y hoy se hacen vinos de calidad en toda Extremadura».

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