![De Casares de Las Hurdes a La Alberca: Centenario del viaje de Alfonso XIII a las Hurdes. Cuarta etapa](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/202205/04/media/cortadas/AXIII04-kMXC-U16018989397373MG-1920x1080@Hoy.jpg)
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El 23 de junio de 1922, poco antes de las nueve de la mañana, Alfonso XIII salió del campamento que su servicio había montado a las afueras de Casares de Las Hurdes e inició la cuarta etapa de su viaje por Las Hurdes, que concluiría en La Alberca, ya en la provincia de Salamanca.
Antes de ponerse en camino, el monarca y los médicos que le acompañaban recibieron la visita de numerosos hombres, mujeres y niños que pedían ser vistos por los galenos, según recogieron las crónicas de hace un siglo. Antes de marcharse, el rey le dio cura de Casares 900 pesetas para que las repartiera entre los pobres del municipio. Además, los doctores le dejaron también al sacerdote varios lotes de quinina, con la que luchar contra el paludismo.
Después de dejar atrás Casares, el monarca paró en Riomalo de Arriba, que hace un siglo era «la más grande y próspera alquería de Las Hurdes». Hoy no tiene ni media docena de empadronados y muchas de sus viviendas están en estado de semirruina.
Tras Riomalo de Arriba, Alfonso XIII se detuvo en Ladrillar, donde tomó una limonada en la casa del cura párroco. De allí siguió hacia Mesegal, cuyos habitantes vestían en su mayoría el traje típico del campo charro. En la siguiente parada, la localidad cacereña de Salamanca, era el propio alcalde quien vestía el traje típico salmantino.
De Las Mestas, la comitiva real siguió hasta el monasterio de San José de las Batuecas, escondido en un paisaje de sierra por el que ahora se abre camino una carretera tan revirada como bonita. En ese monasterio durmió Alfonso XIII, que al día siguiente emprendió el camino de vuelta a Madrid.
La comitiva que acompañó a Alfonso XIII en su viaje por Las Hurdes transita por una de las numerosas sierras de la zona alta de la comarca, donde se desarrolla la mayor parte de la cuarta etapa de la expedición regia, que fue la última que acabó en suelo extremeño. La imagen está localizada en Casares de Las Hurdes.
Paisaje entre Asegur y Casares de Las Hurdes, en una fotografía tomada desde esta última localidad. En primer término se puede ver el cementerio. En esta zona de la comarca predominan los desniveles bruscos, que obligan a construir salvando la pendiente. Por el mismo motivo, las carreteras de esta zona alta son las más reviradas del entorno.
El séquito real camina por la comarca extremeña, en un fotograma extraído del documental de trece minutos titulado 'Las Hurdes, país de leyenda', elaborado por la Junta de Extremadura en el año 2006 a partir de material cedido por la Filmoteca Española y propiedad de Basilio Martín Patino, con imágenes de Armando Pou.
Paisaje del norte hurdano desde el mirador de las Carrascas, cerca de Riomalo de Arriba. Las crónicas de la época recogen la dureza del «puerto del Carrascal», punto clave de esta cuarta etapa del viaje regio. El mirador acondicionado hace unos años en este punto estratégico del paisaje de la comarca ofrece unas vistas espectaculares. No está bien señalizado, pero merece la visita.
En el cuarto día de su expedición por Las Hurdes, el monarca visitó Riomalo de Arriba, Ladrillar, Cabezo y Las Mestas, para acabar en La Alberca (Salamanca). En la imagen, Alfonso XIII abriéndose paso con su montura por una de estas alquerías de estrechas callejuelas. En esta etapa, el rey y su séquito tuvieron que hacer varios tramos a pie, porque en los caminos encontraron tantas planchas de pizarra que los caballos resbalaban cada poco.
Dos turistas caminan por la calle Plasencia, en Riomalo de Arriba. Durante años, esta alquería de Ladrillar se tomó como ejemplo de conservación de la arquitectura popular hurdana, también llamada 'arquitectura negra' por el color oscuro de la pizarra, que era su material principal. Sin embargo, el olvido y un fallido proyecto para convertir varias de las viviendas en alojamientos turísticos han acabado por afear la imagen de Riomalo de Arriba, sin que ninguna institución haya conseguido remediar el problema hasta ahora.
Unos años después de la visita de Alfonso XIII a Las Hurdes, abrieron en la comarca tres factorías, que eran edificios que aunaban escuela, médico y cuartel de la Guardia Civil. En la imagen, la factoría de Las Mestas tal como estaba en el año 1993, ya abandonada.
La antigua factoría de Las Mestas es hoy la Hospedería Hurdes Reales, que ya desde su nombre recuerda al viaje que hizo en 1922 el bisabuelo de Felipe VI. De hecho, nada más entrar en este hotel adscrito a la red de hospederías de la Junta de Extremadura, hay dos fotos de visitas reales: la de Alfonso XIII y la de Juan Carlos I y Sofía de Grecia en 1998. La cafetería de este alojamiento se llama La Factoría, y el restaurante, Alfonso XIII.
Cartel indicativo de la antigua factoría de Nuñomoral, construida a las afueras de la localidad, en un alto. Además de esta y la de Las Mestas, se levantó una tercera factoría, en Caminomorisco, que en la actualidad es el cuartel de la Guardia Civil.
Foto actual del edificio de acogió la factoría de Nuñomoral. El lugar está abandonado y semiderruido. Aun se mantienen en su fachada los azulejos identificando el lugar o el que señala la entrada al botiquín.
La comitiva regia entrando en el monasterio de San José de Las Batuecas, donde pasarían la última noche de su viaje por Las Hurdes. El lugar está ya en el término municipal de La Alberca, en la provincia de Salamanca, y es uno de los últimos reductos de vida eremita en el mundo.
Acceso al monasterio de San José de Las Batuecas, en una fotografía actual. El sitio está al poco de entrar en la provincia de Salamanca desde Las Hurdes, por una carretera revirada que se abre paso entre altas paredes verticales antes de tomar un desvío para coger el camino de tierra que lleva hasta el monasterio. El lugar no es visitable, aunque en su puerta se anuncia que los carmelitas descalzos ofician misa los domingos a las 10.45 horas.
Alfonso XIII y sus acompañantes llegan a La Alberca, ya en la provincia de Salamanca. Allí son recibidos entre vítores por los habitantes de la población, que en los días previos habían engalanado sus balcones.
La plaza de La Alberca, en una fotografía reciente. El lugar es uno de los referentes turísticos de la provincia de Salamanca, apreciado por su arquitectura tradicional y el tipismo de sus calles.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Leticia Aróstegui, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández y Mikel Labastida
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