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Instalaciones de El Cubo, el centro de investigación de Philip Morris en Neuchatel. PMI
El centro en el que se investiga el vapeo

El centro en el que se investiga el vapeo

1.300 personas. Un 0,14% de la población extremeña mayor de 15 años utiliza el cigarrillo electrónico según las encuestas sobre consumo de tabaco

Domingo, 24 de julio 2022, 07:49

Un cenicero en cada mesa. Un elemento cada vez menos cotidiano que llama la atención, pero que también es una pista para el visitante. No da la impresión de que estén colocados para la ocasión y parece una nota discordante en el entorno de modernidad en el que están ubicados los veladores.

Junto al lago de Neuchatel (Suiza), a escasos tres kilómetros del famoso castillo de esta pequeña ciudad que supera con dificultad los 30.000 habitantes, la terraza está pegada a las enormes cristaleras de un edificio que dispone de grandes espacios diáfanos en la planta baja y despachos y laboratorios en las superiores. A través de los ventanales se ve a deportistas practicando paddle surf y a personas paseando por un estrecho sendero muy cerca del agua.

Un lugar de trabajo idílico en cuyo interior no es raro encontrarse trabajadores con bata blanca y consumiendo tabaco. Eso sí, vapeando, no fumando.

Científicos e ingenieros están entre los más de 900 investigadores que desarrollan para Philip Morris nuevos productos

El centro de trabajo es 'El Cubo'. Donde Philip Morris tiene su centro de investigación y desarrollo más importante. De allí han salido los productos sin humo por los que en los últimos años apuesta la compañía tabaquera. «Más de 4.600 patentes concedidas sobre productos sin humo y más de 6.300 solicitudes pendientes», citan desde Philip Morris, para asegurar que es la empresa ocupa el puesto 45 entre las mayores solicitantes de patentes de la Unión Europea y la primera tabaquera en esa clasificación.

La construcción de estas instalaciones, que la compañía invitó a periodistas de todo el mundo a visitar hace unas semanas, le costó a la empresa más de 120 millones de dólares. Un edificio especialmente diseñado para la investigación y dotado, por ejemplo, de salas estancas en las que se realizan experimentos sobre las sustancias que se liberan en todo tipo de combustiones, desde un cigarrillo a una barbacoa o a una barrita de incienso. «Tuvimos que poner filtros en todos los conductos de ventilación para evitar la entrada de partículas externas, que llegaban de la carretera cercana o de otros lugares, y que contaminaban los resultado», explica en la puerta de uno de estos espacios una investigadora en perfecto español. «Soy de Madrid», ríe sorprendida ante la presencia de un grupo de compatriotas.

Ella, María, es una de más de la gran plantilla de investigadores que trabajan en estas instalaciones. Son cerca de un millar en el conjunto de la compañía y de especialidades muy diversas: biomedicina, farmacología, toxicología o ingeniería de los materiales, entre otras.

9.000 millones de dólares

El coste de 'El Cubo' queda diluido entre los 9.000 millones que la tabaquera ha invertido en investigación y desarrollo en los últimos 15 años. La cuenta es sencilla, 600 millones de dólares al año. «El 99% va dirigido a productos libres de humo», informan.

Entre esos productos están tanto los que utilizan tabaco como los que no. Estos últimos son los vapeadores que generan el vapor que se inhala al calentar un líquido que puede o no llevar nicotina. Mientras que los primeros son dispositivos que calientan tabaco sin llegar la combustión, por lo que el consumidor inhala vapor en lugar de humo.

«No son libres de riesgo, contienen tabaco, nicotina y sustancias tóxicas y cancerígenas»

Andrea Costantini

Directora de relaciones científicas en Philip Morris

Por el momento, a pesar de que una gran tabaquera como Philip Morris asegura que el 30% de sus ingresos totales en el primer trimestre de este año llegaron de los productos sin humo, su penetración en Extremadura es reducida. La última encuesta de consumo de tabaco recoge que apenas un 0,14% de la población extremeña mayor de 15 años utiliza los cigarrillos electrónicos. Unas 1.300 personas.

Sin embargo, los expertos consideran que el número real es mucho mayor, ya que son productos que están de moda y las encuestas, que se realizan cada cierto tiempo y durante periodos prolongados, no recogen todavía el reciente aumento en las ventas. Incluso Philip Morris cifra la cuota de mercado de su dispositivo de tabaco calentado en un 2% para España.

Sin embargo, continúa siendo un porcentaje muy reducido si se compara con otros mercados. La compañía lo achaca a la legislación española que no establece diferencias entre los cigarrillos tradicionales y los electrónicos. Por ejemplo, en España, no está permitido vapear en el interior de un bar o de un centro de trabajo como sí puede hacerse en otros países.

Fin de los cigarrillos

Es en la ausencia de la combustión con la que funcionan esos dispositivos donde ponen el foco desde Philip Morris. Aseguran que el uso de productos sin humo reducen el daño en la salud que causa el tabaco respecto al consumo de cigarrillos tradicionales. Lo reduce, no lo elimina. «No son libres de riesgo, contienen tabaco, nicotina y sustancias tóxicas y cancerígenas», reconoce Andrea Costantini, médica especialista en farmacología clínica y directora de relaciones científicas en Philip Morris para Latinoamérica y Canadá, sobre estos productos novedosos. Sin embargo sí añade que suponen un mejor escenario si se compara con fumar cigarrillos.

Es una línea de pensamiento que choca con parte de la comunidad médica, desde donde se defiende que no se puede constatar que estos productos sean menos dañinos para la salud a la vez que reclaman estudios a largo plazo que puedan apoyar la tesis de la reducción del daño.

Por su parte, en Philip Morris lo tienen muy claro. «Con la combustión se liberan cientos de sustancias tóxicas y cancerígenas; la exposición prolongada y continua va provocando un daño que es acumulativo, por eso quien fuma tiene un riesgo mucho más alto de desarrollar ciertas enfermedades que alguien que no fuma», cita Costantini.

La importante inversión de Philip Morris, como también de otras compañías tabaqueras, en los nuevos productos sin humo tiene un objetivo claro. «Acelerar el fin de los cigarrillos», ha manifestado en más de una ocasión Miguel Coleta, director de sostenibilidad de Philip Morris International.

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