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Amenazas e insultos fue lo que recibió Clara Lagoa cuando se mudó desde el colegio Virgen de la Soledad hasta el Cerro Gordo, en el barrio pacense del mismo nombre.
Llegó a este centro después de que con ayuda de su familia contó en su ... anterior colegio que era transexual. «Hubo quién se creyó con el derecho de insultarme, incluso de pegarme», afirmó en el pleno escolar contra la lgtbifobia que se celebró ayer en la Asamblea de Extremadura.
Con la esperanza de que todo cambiara, Clara se cambió al colegio de su barrio, donde la situación empeoró más aún. «Hubo niños que se metieron conmigo por ser trans. Recibí insultos y amenazas. También se metieron con mi abuela, que acababa de fallecer», recordaba Lagoa ante la atenta mirada del resto de jóvenes que ocuparon los sillones de los diputados regionales.
Para huir de esta situación, Clara se vio obligada a trasladarse a vivir a Gévora con su padre. Allí comenzó de nuevo en el instituto Colonos, donde hasta ayer nadie sabia de su transexualidad. «El otro día se lo conté a mis dos mejores amigas y me apoyaron. Pero me da miedo contarlo aquí porque temo de que todo se vuelva en mi contra de nuevo», reveló la joven tras contar que antes de reconocer su orientación sexual su única preocupación era ser feliz y sacar buenas notas.
Para Lagoa el apoyo de su familia fue esencial, como lo es el de los centros educativos. Por eso, la joven aprovechó su intervención para pedir respeto.
«Los niños trans existimos, solo queremos el respeto de los compañeros y que nuestros profesores piensen en nosotros cuando nos expliquen el mundo en el que vivimos», zanjó la joven.
Con su historia, Clara se sumó a las peticiones que hicieron el resto de participantes y pidió a los políticos que trabajen para crear leyes que les protejan.
Una cuestión a la que también se sumó Adrián Ortiz, que contó que en su infancia se ha sentido marginado debido a la discapacidad que sufre. «Es difícil reflejar con palabras la sensación de no encajar por ninguna parte. Soy bisexual y tengo discapacidad auditiva», contó en su intervención en la Asamblea.
El joven apuntó que los jóvenes de su generación se han enfrentado a un entorno exigente e inflexible, ya que la discapacidad que padece ha sido un factor añadido para sentirse ignorado.
Adrián apuntó que la bixesualidad no es una moda, sino una identidad cada vez más visible. «Quiero hacer hincapié en los alumnos con discapacidad y que además son lgtbi, su soledad es mayor cuando su identidad no es reconocida ni protegida. De hecho en un pleno como este no tenemos intérprete de lenguaje de signos», subrayó.
Por ello, Ortiz pidió una educación inclusiva para impedir que las nuevas generaciones crezcan desinformadas y con miedo.
Los docentes también participaron en la sesión plenaria para pedir más seguridad en los centros, como Ricardo Redondo, profesor del Instituto Universidad Laboral de Cáceres, que reivindicó el papel de los docentes homosexuales como espejos en los que mirarse los alumnos. «Necesitamos centros seguros porque nos permiten saber donde pedir ayuda», apuntó.
Adrián Ortíz
Además, el docente reclamó a los políticos que utilicen la lgtbifobia como una herramienta para hacer ideología, y pidió que se centren en garantizar sus derechos.
Por primera vez en la historia de la Asamblea de Extremadura un pleno fue presidido por una mujer trans. Así lo manifestó orgullosa la presidenta del hemiciclo, Blanca Martín. «Por tanto, otra vez marcamos historia porque en esta Cámara se escribe la historia de este país».
En la sesión, organizada por la fundación Triángulo, estuvieron los estudiantes de instituto Pérez Comendador de Cáceres y fue su alumna, Claudia Martín la encargada de presidir la sala.
Por su parte, Blanca Martín, recordó que los derechos no caen del cielo ni de los despachos. «La Asamblea luchará en favor de la igualdad y los derechos humanos, ya que los delitos de odio contra quien siente o piensa diferente han aumentado».
La sesión también contó con la presencia de la secretaria general de Igualdad y Conciliación de la Junta, Ara Sánchez, quien destacó el trabajo de su departamento para crear una ley que garantice la implantación de un protocolo dentro del plan educativo. «Nuestra intención es conseguir que cada persona pueda desarrollar su proyecto vital y que los colegios sean un espacio seguro».
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