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Cada año desde hace varios el titular informativo de principios de curso es muy parecido. Habla de alumnos de menos, de plazas que no son ... cubiertas y de una progresiva despoblación en las aulas generada por unas cifras de natalidad catastróficas. Acaban de publicarse las listas de escolarización de los niños que empezarán primero de Infantil en septiembre y alrededor de un 40% de las plazas que se ofrecen quedan vacantes, según los datos de la Consejería de Educación. Las cuatro principales ciudades de la región (Badajoz, Cáceres, Plasencia y Mérida) han ofrecido un total de 3.819 puestos escolares, de los que solamente se han solicitado 2.326.
Sobran plazas y no hay mejora a la vista. En el curso que ahora termina arrancaron 171.500 alumnos en todos los niveles, desde Infantil hasta Formación Profesional. Fueron 1.225 menos que el año anterior, una caída que parece no tener tope.
La fotografía de la escuela rural extremeña (en donde aprenden un 65% de los niños que viven en esta comunidad) muestra, desde hace décadas, aulas vacías y pequeños grupos escolares en colegios semidesiertos. Pero la situación ya no es exclusiva de poblaciones pequeñas. Lentamente, cada vez más colegios urbanos muestran estampas similares a las de los pueblos, con una demanda de matriculaciones de cinco niños o menos, como el Ribera del Marco y el Vivero de Cáceres o el Leopoldo Pastor Sito y el San Pedro de Alcántara de Badajoz, por poner solo unos pocos ejemplos.
Matricularse en el colegio que más les gusta a las familias es cada vez más sencillo. De media, entre el 95 y el 98% del alumnado de las principales ciudades de la región obtiene plaza en el centro solicitado en primera opción. En Cáceres el 100% del alumnado va a ir al cole deseado. En Plasencia solo en un centro ha habido más demanda que oferta, lo que supone cuatro niños de un total 244 y en Badajoz capital son tres los centros en los que hay más solicitudes que puestos escolares, pero solamente 15 de los 1.027 niños que iniciarán Infantil tendrán que ir a su segunda opción. En Mérida esto les sucede a tres de los 433 niños que empezarán el colegio el próximo curso.
La comodidad de este proceso deja la cara B de un sistema educativo que tiene que ajustar sus recursos y sus perspectivas a una sociedad con muchos menos niños. ¿Podemos plantearnos un futuro con cierres masivos de aulas y de colegios? Francisco Javier Amaya, secretario general de Educación de la Junta remarca como primera idea que la Consejería se mueve por criterios «garantistas» a la hora de tomar decisiones que tengan que ver con meter la tijera, aunque tenemos que hacernos a la idea que en los próximos años «se reducirán unidades» y los colegios serán cada vez más pequeños, lejos de ese modelo de centros mastodónticos con centenares de alumnos y filas apretadas para entrar. Ya son escasos los centros de tres líneas. «Muchos centros de dos líneas pasarán a ser de una», vaticina Amaya, que apunta a que seguirá habiendo excedentes enlas plazas para poder atender «a la libre elección de las familias» y «la zonificación».
En los últimos tiempos, desde el curso 2017-18 Cáceres ha perdido cuatro unidades de Infantil 3 años, Mérida y Badajoz dos cada una y Plasencia ha conservado las que tenía. En toda Extremadura las unidades para tres años pasaron de 373 en el curso 2020-2021 a 343 en el presente curso. En todo Infantil se redujeron 62 líneas en el último año. Y aunque parezca una caída relevante, Educación mantiene que es un descenso mucho más lento que la bajada de la natalidad, que no tiene visos de recuperarse de momento. En Primaria y en ESO las unidades también estaban claro descenso hasta que la pandemia hizo que aumentaran por los desdobles.
Las decisión sobre un cierrede colegios «son complejas», indica Amaya, que tilda de «muy meditada» la medida que se tomó para anunciar el cierre del colegio Juan XXIII en Mérida, con 30 alumnos. «Los problemas del Juan XXIII empiezan cuando se crea el colegio Ciudad de Mérida porque la población empieza a desplazarse hacia esa zona», señala este reponsable educativo. «¿Cuándo se cierra un centro como el Juan XXIII? Cuando se han explorado todas las opciones y la escolarización sigue siendo de cero, una o dos solicitudes», argumenta.
«Tenemos cierres de centros como el año pasado en Conquista del Guadiana con dos alumnos, donde no se cumple el principio de socialización entre iguales». Son casos diferentes, pero la Consejería mira muy de cerca la situación de los colegios Ribera del Marco y San José en Cáceres y La Paz en Plasencia, que encadenan años de pérdida de solicitudes en la matriculación. No significa que se anuncie un cierre, pero, según indica Amaya, es necesario establecer un control en los recursos.
Otra de las medidas más recientes tomadas por la Consejería de Educación fue la supresión de una unidad para el primer curso de Infantil en el colegio Extremadura de Cáceres, de dos líneas (50 plazas por curso), pero que en los últimos años solo llenaba una. «Hubo una polémica por parte de los padres porque decían que se iban a quedar sin plazas, pero después de terminar el proceso de escolarización y por primera vez el 100 del alumnado ha entrado en el colegio deseado, el del Extremadura es un ejemplo de buena planificación».
La savia nueva, es decir, los niños menores de tres años, son protagonistas de la estrategia articulada por la Junta, que avanza en la creación de aulas para niños de 1 y 2 años que se habilitan en centros escolares y que fomentan la escolarización gratuita en etapas tempranas. «Las aulas dos han salvado la escolarización de los centros educativos, gracias a la apertura de estas aulas en centros en los que llevábamos varios cursos académicos recibiendo no más de cinco solicitudes, se va a a garantizar una escolarización media en centros que corrían el riesgo de estar estigmatizados». Actualmente hay en toda la región 88 aulas con una oferta total de 1.394 plazas.
La bajada de la natalidad vacía aulas y, de forma natural, los grupos van empequeñeciéndose. ¿Podría abordarse, como piden los sindicatos, la reducción de las ratios, que actualmente están fijadas en 25 plazas en Infantil y Primaria, 30 en Secundaria y 35 en Bachillerato? «Las ratios no son un problema en la región porque hay muy pocos grupos de cada una de las etapas donde estamos en ratios máximas y porque además la Consejería aplica una norma de la que no se sale nunca, nunca superamos la ratio legal establecida a pesar de que la norma nos permitiría superar la ratio normal establecida en un 10%», indica el secretario general.
Pese a la reducción de la demanda la Junta apuesta por el mantenimiento de las plazas de maestros y profesores. Para afrontar la pandemia se llevaron a cabo 1.300 contrataciones de manera extraordinaria. Pero más allá de eso Amaya cree que son necesarios esos maestros y profesores sobre todo para llevar a cabo programas de refuerzo y éxito educativo. Actualmente hay contratados 170 profesores para que los niños que lo necesiten puedan ir a refuerzo por la tarde y en marzo se contrató a 260 docentes para alumnos de 6º de Primaria y 1º de la ESO para poder promocionar al curso siguiente. La atención a diversidad y la inclusión educativa, además de novedades introducidas por la nueva ley como el trabajo por áreas también requiere más recursos.
Sobre el papel de la concertada y la posibilidad de ir cerrando aulas Amaya indica que se producen recortes cuando no son necesarias las plazas que se ofrecen y que la ley obliga a que mientras haya solicitudes, hay que mantener los conciertos. «La Junta no concierta más unidades, nos mantenemos en un 80% de centros públicos y un 20% privados».
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