Reunión celebrada ayer en Mérida destinada a crear una comunidad energética en la capital regional. J. M. Romero
Extremadura

Las comunidades energéticas permiten ahorrar hasta un 35% en la factura de la luz

Varios municipios de la región ya tienen cooperativas para gestionar su energía, pero todavía ninguna ha empezado a producirla

Martes, 28 de febrero 2023, 07:09

«Ser dueños de nuestra propia energía», resume Juan Ramón Modia, Moncho, el objetivo principal de las comunidades energéticas. Él es el presidente de la cooperativa que gestionará la que se ha creado en Barrado. La Barraeña, como la han llamado, cuenta con 44 socios ... particulares, entre los que hay dos negocios –una bar y una tienda–, y a los que hay que sumar la cooperativa agraria, la empresa más importante de la localidad, y el ayuntamiento, que al final es el mayor consumidor de energía del pueblo. «Cerca de un 25%», calcula Modia el consumo municipal.

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La Barraeña no es la única entidad de estas características en Extremadura, también se han conformado comunidades energéticas en Casas del Castañar, Valverde de Leganés o Almaraz, por ejemplo. Y otros municipios, como Montánchez, Malpartida de Plasencia, El Torno o Arroyomolinos de la Vera, están interesados en avanzar en su constitución y los vecinos se están informando para hacerlo.

«Va más allá del ahorro, promueve el asociacionismo y el uso de energía limpia»

Yolanda Tomé

Portavoz de la cooperativa EnVerde

«La idea es amortizar la inversión en unos cuatro años si nos dan la subvención»

Juan Ramón Modia

Presidente de la cooperativa La Barraeña

«Tenemos unos 500 socios, está involucrado casi la mitad del pueblo»

Manuel Borrego

Alcalde de Valverde de Leganés

En muchos pueblos de la región, pero también en grandes poblaciones, como en Mérida, se lleva meses hablando de estas comunidades energéticas. Pero, ¿qué son exactamente? Yolanda Tomé, portavoz de EnVerde, una cooperativa que está asesorando a varias de estas comunidades en sus primeros pasos, explica que se trata de la unión de ciudadanos, empresas y administraciones públicas para generar y gestionar su propia energía. «Es un modelo apoyado por la Unión Europea y que va mucho más allá de la producción para autoconsumo que busca abaratar la factura de la luz», añade.

Aunque la vertiente económica no sea la única que tiene la creación de comunidades energéticas, sí es la que atrae a los socios. «Es lógico», reconoce Tomé, al tiempo que señala que la idea es que se conviertan en proyectos ciudadanos que promueven el movimiento asociativo y la generación de energía limpia.

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«Es una gran oportunidad para los pequeños pueblos»

Las comunidades energéticas tienen el objetivo de cambiar el modelo energético. Así lo explica Yolanda Tomé, de la cooperativa EnVerde, que se dedica a asesorar a estas comunidades en su desarrollo. «Tienen una visión social de colaboración entre los ciudadanos; pretendemos que la energía no sea un negocio», detalla. Por supuesto, el aspecto medioambiental también tiene gran importancia.

«Los vecinos han entendido muy bien esta filosofía», dice Juan Ramón Modia, presidente de la cooperativa que gestionará la comunidad energética de Barrado, que insiste en que el ahorro en las facturas también sirve para luchar contra la despoblación. «Es una gran oportunidad para los pequeños pueblos», asegura.

Las distintas comunidades han hecho muchos números durante el desarrollo de sus proyectos. «Calculamos que se reducirá la factura de luz de los vecinos hasta en un 35%», indica Manuel Borrego, alcalde de Valverde de Leganés, donde hay una gran comunidad energética.

Por el momento, ninguna comunidad está todavía generando energía, aunque cada vez queda menos para ello. Ayer mismo se celebró una reunión en Mérida para una nueva creación. «La figura jurídica es comunidades energéticas renovables (CER), que se pueden constituir como asociaciones o cooperativas, aunque nosotros recomendamos que lo hagan como cooperativas», explican desde EnVerde.

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Es lo que han hecho, por ejemplo, en Barrado y en Valverde de Leganés. «Tenemos 500 socios, que pueden ser únicamente aquellos que tienen un contrato de suministro eléctrico a su nombre, por lo que eso quiere decir que se ha involucrado casi la mitad del pueblo», aporta Borrego.

En Valverde de Leganés piensan instalar placas solares en diferentes puntos del municipio, mientras que en Barrado las van a ubicar todas en la cubierta del pabellón polideportivo. «Ocuparemos la mitad del tejado, que es lo que necesitamos; eso da la opción a ir ampliando si se suman más vecinos a la cooperativa», comenta Modia.

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En La Barraeña han dimensionado su instalación acorde al número de socios y pondrán 100 kilovatios (kW) de potencia. «Esperamos producir 160.000 kilovatios-hora (kWh) al año, que es cerca de un tercio de la energía que se necesita», expone Modia.

Inicio

De esta forma, su idea es amortizar el gasto que suponen las placas –porque pedirán un préstamo de 70.000 euros– en cuatro años. En ese tiempo, los socios tendrán que pagar diez céntimos el kWh consumido de su energía. «Ahora se está pagando a quince céntimos de media, así que ya estaríamos ahorrando», puntualiza el presidente de esta cooperativa, para añadir que una vez que devuelvan el crédito reducirán el precio del kWh a dos céntimos. Es cierto que para cumplir esos plazos dependen de la subvención que han solicitado al IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía), entidad que depende del Ministerio para la Transición Ecológica. Si no la reciben, tardarán un par de años más en amortizar la deuda.

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A esa misma línea de ayudas, que cerró el plazo de solicitudes el pasado 13 de febrero, han concurrido varios proyectos extremeños. Es un avance importante, ya que a las dos últimas convocatorias solo se presentó una comunidad energética de la región. Las cuantías económicas concedidas pueden llegar hasta el 50% de la inversión que se vaya a realizar. «Tenemos previsto invertir un millón de euros», comenta Borrego.

En Valverde de Leganés, como en Barrado, esperarán a saber si les conceden la subvención –en un plazo máximo de seis meses– para iniciar la instalación de placas fotovoltaicas. En Mérida, por el contrario, prevén iniciar el proceso sin esperar a la siguiente convocatoria de subvenciones.

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Instalar un kilovatio de potencia cuesta 1.400 euros

No es barato. Ni está al alcance de todos los ciudadanos. Desde EnVerde, una cooperativa que asesora a las comunidades energéticas, calculan que instalar un kilovatio (kW) de potencia fotovoltaico cuesta unos 1.400 euros. Eso sí, con placas de gran calidad que tienen una durabilidad de entre 25 y 30 años. De forma comunitaria ese coste se reduciría a 900 euros y con las subvenciones del Ministerio para la Transición Ecológica, a la mitad.

La concesión de la ayuda sirve para reducir el tiempo que tardan los socios en amortizar el coste de la instalación. «Son plazos que varían, nosotros también vamos amortizando gracias a que llegamos a acuerdos con GoiEner, una pequeña comercializadora de energía, para que nos compense por la energía que vertemos a la red», señalan desde EnVerde, que está desarrollando una comunidad propia en Mérida. «Vamos a poner un monedero virtual que sirve para poder usar la misma cantidad de energía que vertemos», explican.

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