«Estamos totalmente desamparados, aislados en la finca sin posibilidad de llevar a los niños al colegio y sin que pueda venir el camión que nos suministra el gas. Hasta hacer la compra es un problema gordo, y no digamos si tuviéramos una enfermedad o ... un accidente. Sería imposible que nos pudieran socorrer». Es el relato de Jenifer Bellido, guardesa de la finca 'El carretero', en el término municipal de Valdelacasa de Tajo, en la vertiente cacereña de la comarca de La Jara, cerca del límite con la provincia de Toledo. La joven explica que la causa de esta situación es el corte de un camino, público según ella y sus jefes y privado, a criterio de los dueños de la finca 'El Planchón'.
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El conflicto sobre el derecho de paso por esa vía se ha complicado de tal modo que ya lo conoce la Guardia Civil, ha llegado a un juzgado de Navalmoral de La Mata e implica también al Ayuntamiento de Garvín, que no tiene claro si ese camino es de todos o de uno. «Hay una denuncia entre propietarios, y en base a la documentación que tenemos, entendemos que en parte es privado, aunque lo cierto es que legalmente no está claro si es municipal o privado», sitúa Longinos León, alcalde de Garvín por el PSOE. «Las dos partes nos han escrito y a las dos las hemos respondido –amplía el regidor–. Una de ellas nos ha pedido medidas porque entiende que el camino es público y lo han cortado, y le hemos pedido ayuda a la Consejería competente, para que investigue y nos aclare».
Sin embargo, y para completar el complejo puzzle, la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio asegura que no ha realizado ninguna gestión al respecto. Y la secretaría general de Desarrollo Rural añade que «es competencia del Ayuntamiento distinguir si el camino es público o privado». De hecho, el pleno municipal de Garvín de la Jara dio el visto bueno a su catálogo de caminos públicos en el año 2006, en concreto en el pleno celebrado el 26 de septiembre. Y la aprobación de este documento se publicó en el BOP (Boletín Oficial de la Provincia) del 9 de octubre de ese mismo.
Longinos León, Alcalde de Garvín
La teoría dice que ese documento debe recoger los límites del 'camino del Planchón', que es la vía de la discordia. Discurre entre explotaciones de olivar, ganado y sobre todo terrenos cinegéticos, y comunica Garvín con el término municipal vecino, el de Valdelacasa de Tajo, según se puede ver en los mapas digitales del sistema IDEE (Infraestructura de Datos Espaciales de Extremadura).
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Según la versión de Jenifer Bellido, el pasado 22 de septiembre se encontró cortado ese camino que ella cogía cada mañana para llevar a sus hijos (una niña de 12 años y un niño de 9) hasta Garvín, donde cogen el autobús que les lleva al colegio de Villar del Pedroso. El dueño de 'El Carretero' denunció los hechos, y el 1 de noviembre escribió a los propietarios de 'El Planchón', exponiéndole «los perjuicios de todo tipo» que el corte del camino les estaba ocasionando.
Tras esa comunicación escrita, movieron el candado unos cien metros hacia un lado, «pero lo pusieron en un punto que sigue siendo camino público», defiende la propiedad de 'El Carretero', que asegura tener información del Catastro y de la Consejería de Agricultura que certifica que el titular de esa vía es el Ayuntamiento de Garvín. «Y es que además –añaden– hace más de 60 años que todo el mundo en la zona sabe que ese camino es público y lo usa, sin que haya habido problema alguno hasta el pasado septiembre».
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«Tras mover el candado, me dejaron pasar por el camino una semana a principios de noviembre, nada más», asegura la guardesa, que añade que ha tomado la decisión de que sus hijas vivan entre semana con sus padres, y que sean estos los que llevan a los menores al colegio. «Mi padre es también guardés en una finca y se tiene que hacer a diario cuatro veces un trayecto de 60 kilómetros para llevarlos a clase», cuenta Bellido. Ella añade que tomó esta decisión, la de dejar a los menores con sus padres, porque la Administración le advirtió que si seguían sin ir a clase podría perder la custodia.
El conflicto se ha traslado también al ámbito personal, y ha generado algún episodio de enfrentamiento entre quienes atienden una y otra finca, situadas en el entorno del río Gualija. Este cauce cruza una posible ruta alternativa para ir desde 'El Carretero' hasta Garvín. Un camino de difícil tránsito, que requiere vehículos todoterreno, pero que Jenifer Bellido ya ha usado alguna vez. Pero se ha interpuesto otra dificultad, una más en este conflicto: la lluvia. «Ahora –cuenta la mujer–, no puedo ir por ahí, porque el río lleva tanta agua que no es posible atravesarlo».
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