![«Creían que la recién nacida no respiraba, pero le dimos unos toques y abrió los ojos»](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/202108/13/media/cortadas/guardia1-RvAQH5Yb6biNIM80pEBFJuK-1248x770@Hoy.jpg)
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Era su tercer hijo y el parto se aceleró. Tanto que, cuando se subieron al coche en Herrera del Duque para llegar al hospital de Don Benito-Villanueva en plena madrugada, se dieron cuenta de que su niña estaba naciendo en marcha.
Llegando a ... Villanueva de la Serena a las seis de la mañana de este viernes, en la carretera comarcal Ex-351, la madre, que iba en el asiento del copiloto, se percató de que la pequeña salía. Pararon y pidieron ayuda desesperados porque parecía que el bebé no respiraba.
Los primeros en llegar fueron el sargento Franco y su compañero, el agente Molina, del puesto de la Guardia Civil de Villanueva de la Serena. Mientras el primero intentaba tranquilizar al padre, el segundo se acercó a la madre, semiinconsciente y con la niña en el pecho.
SARGENTO FRANCO
Guardia Civil
«Me dijo que no respiraba. Comprobé que tenía constantes vitales. Le di unos toques en el pecho a la niña y abrió los ojos. Me di cuenta de que salivaba y le dije a la madre: yo creo que tiene hambre. La pusimos en el pecho y se puso a mamar», cuenta orgulloso el agente Molina al que, más que su formación en primeros auxilios, le ayudó que ha estado en los tres partos de su mujer. «En total he visto cuatro partos, aunque no es lo mismo en un hospital».
Tras abrigar al bebé, el agente Molina, que estuvo cuatro años en el ejército y lleva 20 en la Guardia Civil, permaneció junto a la madre, que parecía que podía perder la consciencia debido al esfuerzo y que aún retenía la placenta y estaba unida a su hija por el cordón umbilical. Su estado mejoró cuando comprobó que la niña reaccionaba y enseguida fue atendida por los servicios médicos.
agente molina
Guardia Civil
El agente que estuvo a su lado no podía ocultar su felicidad por participar en una emergencia que acabó con final feliz. «Los acompañamos al hospital con la ambulancia para asegurarnos de que llegaban bien y, cuando nos dijeron que todos estaban recuperados, les dimos la enhorabuena. Estamos muy contentos, es la primera vez que me pasa algo así».
El sargento Franco, con 13 años de servicio, también es la primera vez que atiende un parto en la calle que, a diferencia de las películas, «no es usual que alguien de a luz en una carretera comarcal, en su coche».
Este guardia civil admite que vivieron momentos complicados porque, al llegar, pensaron que el bebé estaba en mal estado y los padres estaban muy nerviosos y afectados por la situación. «El tiempo hasta que llegó la ambulancia con los sanitarios se nos hizo eterno. Luego todo muy bien».
«El padre estaba en 'shock', pensaba que la niña no respiraba y estuve tratando de tranquilizarlo y apartarlo mientras mi compañero estaba con la madre. Luego, seguimos las indicaciones del facultativo del 112 que nos iba hablando por teléfono», recuerda el sargento. «Nos dijo que abrigásemos al bebé, que tenía que conservar el calor y esperamos. También teníamos que hablar a la madre para que no se durmiese».
Para Franco, los padres «son unos héroes porque tuvieron que enfrentarse a un parto, que fue muy rápido, y hay que verse solo en una carretera comarcal en esas circunstancias. Son verdaderos héroes».
A pesar de lo accidentado de las circunstancias, el Servicio Extremeño de Salud (SES) confirmó ayer que la madre y el bebé están en perfecto estado de salud y recuperándose en el hospital de Don Benito-Villanueva.
La Benemérita destacó ayer que, además de la intervención de los dos agentes, fue vital la llamada de auxilio del padre que solicitó ayuda a la Central Operativa de Servicios de la Comandancia de la Guardia Civil de Badajoz cuando se dio cuenta de que no podían llegar a tiempo al hospital. Eso hizo que activasen un protocolo de auxilio y los guardias civiles los localizaron rápidamente a pesar de que los afectados no conocían muy bien la zona.
Por su parte, el SES movilizó una ambulancia mientras que un médico de la central operativa del 112 auxiliaba por teléfono a los agentes de la guardia civil desplazados a la zona.
Finalmente, la madre y el niño fueron trasladados al hospital al que se dirigían y el padre fue escoltado al mismo centro sanitario por sus rescatadores de la Guardia Civil.
El incidente tuvo lugar pasadas las seis de la mañana, cuando esta pareja de la guardia civil terminaba su turno. Tras asegurarse de que madre e hija estaban bien, se marcharon a descansar, pero poco porque ayer fueron los protagonistas en sus familias y en su cuartel. De hecho pasaron parte del día atendiendo a los medios de comunicación que quisieron conocer su experiencia de cerca y también a los vecinos de la localidad que les dieron la enhorabuena por su intervención. La jornada de estos dos guardias civiles fue inusual y agotadora. «Pero estamos muy contentos. Es una nueva vida que ha llegado», concluyó ayer el sargento Franco al terminar su turno.
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