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«Esta crisis ha hecho de la tecnología una urgente necesidad»

«Esta crisis ha hecho de la tecnología una urgente necesidad»

El trabajo de Celina Pérez, consejera delegada de Vector Arram Innizia, es ayudar a las empresas a innovar. Con ese objetivo, cree que esta crisis es una gran oportunidad de apostar por la tecnología y la I+D Celina Pérez

Domingo, 9 de agosto 2020, 13:37

Orientó su actividad profesional por el medio ambiente. Se licenció por la UEx y completó su formación con másteres en Ciencias Biológicas y desarrollo sostenible, pero la I+D+i, por un lado, y las empresas por otro se cruzaron en su camino y hoy Celina Pérez Casado (Don Benito, 1981) es un referente en la región en la consultoría y gestión de proyectos de innovación empresarial, y tiene una proyección nacional como secretaria de Organización de la Asociación de Jóvenes Emprendedores de España. Creó Innizia en 2013, una firma pionera en ayudar a las empresas a sacar adelante sus proyectos innovadores y desde enero es consejera delegada de Vector Arram Innizia. En esta entrevista sostiene que la brutal crisis que padecemos como consecuencia de la covid crea un campo de oportunidades para las empresas, e incluso en regiones como la nuestra es también una oportunidad para luchar contra la despoblación

–Usted trabaja actualmente en el sector de la investigación, del desarrollo y la innovación. Es decir, ha unido en su persona, por un lado, Extremadura y, por otro, la I+D+i. ¿No se considera por esto una especie de bicho raro?

–Tanto como bicho raro, no, pero sí es verdad que los profesionales que se dedican a la I-D-i escasean en general en toda España y mucho más en Extremadura. Digamos, por tanto, que me dedico a algo que no es muy usual. Eso es una ventaja porque precisamente por ser un sector minoritario yo di el salto de trabajar en un centro tecnológico a constituir mi propia empresa. Vi una oportunidad. Había muchas estructuras públicas para prestar apoyo a la I+D+i, pero no empresas privadas que dieran servicios a otras empresas y gestionaran proyectos de innovación.

–¿Quiere decir entonces que cuando usted se licenció en Ciencias Ambientales y después completó su formación con másteres no pensaba que acabaría dedicándose a ayudar a las empresas a ser innovadoras?

–Exactamente. Yo cuando estudiaba creía que me acabaría dedicando al medio ambiente, a la depuración de aguas, por ejemplo, que de hecho me dediqué un tiempo. No pensaba que acabaría en la I+D+i porque no hay carrera orientada a este campo. La falta de recursos humanos es uno de sus problemas.

–¿Y qué fue lo que le hizo variar el rumbo para el que se había preparado en la Universidad?

–Fue poco a poco. Trabajé en consultoría empresarial y ahí me di cuenta de que se necesitaban profesionales que guiaran a las empresas a gestionar sus proyectos de I+D+i. Pero lo más decisivo fue cuando en 2008 entré a trabajar en el Centro Tecnológico Agroalimentario de Extremadura (CTAEX). Trabajé en la oficina de transferencia de resultados de la investigación, que es el nexo entre la empresa y el laboratorio. Ahí palpé la necesidad que había en las empresas de que alguien captara y orientara sus inquietudes de investigación y de que esas inquietudes tuvieran una traducción productiva en el mercado. Era una labor muy de consultoría, que es lo que hago ahora.

–Usted entró en CTAEX en plena crisis, y después creó la consultora Innizia en 2013, cuando aún no habíamos superado la crisis. Y ahora estamos en otra profunda crisis. Podría decirse que la crisis es su hábitat.

–No, aunque sea cierta esa secuencia de crisis que menciona. Parece un tópico pero es verdad: las crisis son momentos de cambio y todos los momentos de cambio representan una oportunidad. En mi campo es patente. Las empresas tienen dos vías para innovar: o de forma proactiva, que son las que crean futuro, las que generan nuevos productos porque llevan la innovación en la sangre. Y las que innovan de manera reactiva, no porque quieran sino porque no tienen más remedio por diversas circunstancias. Esas son las que innovan en un momento de crisis, porque si no lo hacen, mueren.

–Innovación proactiva o innovación reactiva. ¿En Extremadura que es lo más habitual?

–En Extremadura la tasa de innovación está muy por debajo de la de España. Aquí somos buenos en mejorar, no tanto en hacer I+D. Hacemos muy bien mejoras continuas y que tienen poco riesgo, por tanto lo más habitual es la innovación reactiva.

–¿Cree que esta crisis ha venido a darle la razón en el sentido de que una de las conclusiones que sacamos de ella es que ha demostrado que la tecnología es imprescindible?

–La crisis ha acelerado este proceso. Antes de ella ya sabíamos que la tecnología es imprescindible para el desarrollo empresarial. Esta crisis ha dado un paso más: ha convertido la tecnología en una necesidad, no en algo opcional como podría serlo antes. Y además ha demostrado no solo su necesidad, sino su urgencia. Esta crisis, además, ha introducido un factor importante: vamos a un escenario nuevo para todos; nadie podría imaginarse las condiciones a que nos está obligando esta pandemia. Eso significa que no hay ventajas. Los escépticos sobre el cambio tienen ante sí la gran oportunidad de subirse a él para explotar las nuevas oportunidades.

«En este escenario de desastre, las empresas han tenido un factor a su favor: tiempo para pensar cómo mejorar»

«Es ridícula la tasa emprendedora entre los universitarios extremeños»

«Estamos ante una ocasión única de plantarle cara a la despoblación»

«La mitad del dinero para proyectos de I+D+i se devuelve porque no se gasta. Hay recursos. Falta mentalidad»

–Por lo que dice, imagino que a usted particularmente, desde el punto de vista empresarial, le ha venido bien la crisis.

–Bueno, nos hemos adaptado. Todos hemos tenido que repensarnos ante las nuevas circunstancias. Las empresas han cerrado por el confinamiento. Eso es un desastre. Pero en este escenario ha habido un factor positivo: este 'tiempo muerto' ha sido un tiempo aprovechado para pensar. Eso se ha traducido en que hay muchas empresas que se han planteado iniciar proyectos que no los habían iniciado porque no habían tenido tiempo para hacerlo. Otras, están aprovechando la coyuntura para reconvertirse al calor de la crisis y de las ayudas que han salido, y otras han orientado sus nuevos procesos hacia productos específicamente relacionados con la pandemia y sobre las que hay muchísimas líneas de ayuda del Gobierno central y de la Junta. Hemos atendido todos esos escenarios porque es verdad que hay muchas oportunidades de financiación. No nos falta el trabajo.

–¿Lo que dice significa que las empresas extremeñas han estado avisadas y rápidas y están aprovechando bien las buenas condiciones financieras y de ayudas públicas que ha traído la crisis?

–Avisadas y rápidas, no. Hay muchas empresas que están aprovechando las condiciones y que han mostrado agilidad, pero eso no quiere decir que de esta crisis esté emergiendo un extraordinario impulso innovador, o emprendedor, en la región. La radiografía de Extremadura es la que es: elevadísimas tasas de paro, despoblación, carencia de infraestructuras viarias, de telecomunicaciones... Somos un territorio de autónomos y micropymes y esta situación no nos va a sacar de ahí. Nos falta cultura emprendedora y lo que hace progresar a la sociedad son las empresas. Lo más urgente en esta crisis es apoyarlas en sus proyectos de innovación y digitalización, porque en ellos está el futuro.

–En ese retrato que ha pintado de Extremadura menciona la despoblación. ¿Cree que esta crisis es una oportunidad para luchar contra ella? Las zonas menos pobladas se han demostrado ser más seguras desde el punto de vista sanitario.

–Sin duda. Es una oportunidad que nos puede ayudar a paliar la falta de empresas y de empleo.

–¿Usted, en su trabajo, lo percibe? ¿Existen ideas, proyectos, ayudas específicas, para que esta crisis se convierta en una oportunidad contra la despoblación?

–No. No ha habido ideas o ayudas en este sentido a pesar de que es evidente que estamos ante una ocasión única de plantarle cara a la despoblación. Es que con las ayudas ha ocurrido que ha habido un aluvión de ellas, pero con una gran incertidumbre que le ha impedido a las empresas tomar decisiones. Ha habido muchos cambios legislativos, muchas correcciones de un día para otro, que creaban inseguridad.

–Volviendo a la despoblación. ¿La Junta debería aprovechar esta crisis para ofrecer Extremadura como destino residencial, dado que las condiciones que tenemos de poca población, amplios espacios, se han demostrado las más saludables?

– Por supuesto. Tenemos una gran oportunidad para atraer inversiones y a profesionales y autónomos que pueden teletrabajar. La digitalización nos situaría más cerca del resto.

–Usted ha sido presidenta de la Asociación de Jóvenes Emprendedores de Extremadura y ahora es secretaria de Organización de la Asociación de Jóvenes Emprendedores de España. Antes mencionaba que en Extremadura nos falta cultura emprendedora. El informe GEM, que dirige el profesor Hernández Mogollón, no nos deja a los extremeños en mal lugar. Algunos años estamos por encima de la media nacional.

–Es verdad, esos informes hablan de que nuestra tasa emprendedora mejora, pero también señalan que entre los universitarios extremeños es ridícula. Cambiar la imagen del empresario debería ser un compromiso de todos. La Universidad de Extremadura es muy importante en este desafío, tanto para crear conciencia empresarial como para ligarla con la investigación para que transfiera resultados y mejore los procesos productivos de las empresas. Hay que adaptar los planes de estudios a las necesidades de las empresas, a un entorno digital y de I+D. Necesitamos incorporar la innovación con urgencia. No se trata de una estrategia a largo plazo, sino de hoy para mañana. Es cuestión de supervivencia. ¿Sabe que el año pasado se devolvió la mitad del presupuesto previsto en I+D a nivel nacional porque no se ejecutó?

–¿Y ese hecho a quién apunta?

–Lo que pone de manifiesto este dato, sobre todo, es que hay que replantearse el modelo de financiación de los proyectos.

–¿Pero no es un indicio del escaso espíritu emprendedor de los ciudadanos?

–Por supuesto, pero en la mayoría de los casos son las trabas burocráticas las causantes de que se devuelvan los presupuestos. En otros países al emprendedor se le dan todo tipo de facilidades, incluso eliminando los riesgos que supone emprender.

–Extremadura es de las últimas comunidades en España en inversión en I+D+i. No llega al 0,7% del PIB. ¿Es por falta de recursos o de mentalidad?

–Respondo a la pregunta con el dato que he mencionado hace un momento: se devuelve dinero presupuestado para I+D. Eso significa que no nos faltan recursos. Es la mentalidad. Y esto sirve lo mismo para la Administración regional que para la nacional.

–Antes decía que la crisis es una oportunidad para adoptar nuevos retos y para emprender. ¿Pero no puede operar también en sentido contrario? Lo digo porque hoy tener trabajo a salvo de la crisis es un tesoro, y eso solo lo garantiza ser empleado público.

–Hay que admitir que el escenario de los últimos meses es demoledor para el espíritu emprendedor. Se han cerrado empresas, han fracasado proyectos empresariales, no la Administración Pública. Pero la conclusión que saco de esta realidad es que es más necesario que nunca luchar para que la sociedad entienda que ser emprendedor no debe ser un acto heroico.

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