Secciones
Servicios
Destacamos
La primera feria de San Juan que cubrió HOY estuvo marcada por un juicio que se celebró a la vez. Era 1933 y se juzgaba un doble asesinato que había marcado a la localidad de Zafra tres años antes.
HOY se fundó el 1 de enero de 1933 y solo cinco meses después sus periodistas cubrieron uno de sus primeros juicios, y por un caso muy destacado. El acusado, Lorenzo, había matado a disparos de hipoteca a dos de sus vecinos de Zafra.
Los hechos que se juzgaron tuvieron lugar el 4 de diciembre de 1930, pero tenían raíces anteriores. El origen del conflicto llevaba décadas provocando problemas en esta localidad pacense. La familia de Lorenzo, los Bellido, tenía cuentas pendientes con los García Churriaque al parecer por asuntos económicos.
Con este ambiente viciado, un día Lorenzo se encontró con Daniel García Churriaque. Ambos vecinos de Zafra se enfrentaron por los conflictos habituales y el primero acabó con un grave traumatismo en la cabeza. La herida, bastante grave, le dejó secuelas. Los médicos le indicaron que sufría epilepsia traumática, es decir, su cerebro tenía daños y el paciente padecía convulsiones y otras complicaciones.
Hoy en día se conoce como epilepsia postraumática y los médicos confirman que un golpe fuerte en la cabeza puede desencadenar esta dolencia. Lo que ya no se acepta, como si estaba extendido antes, es que la epilepsia esté relacionada con los comportamientos violentos. A principios del siglo XX había graves prejuicios sobre esta enfermedad. Algunos pacientes era encerrados e incluso se consideraba una atenuante en los casos judiciales.
Para Lorenzo su epilepsia traumática fue una causa más para acumular rencores contra la familia rival de la suya. Culpaba a Daniel de su enfermedad y temía, según testificó más tarde, que se repitiese la agresión.
Los hechos fueron brutales. El 4 de diciembre de 1930, por la tarde, Lorenzo y Daniel se encontraron a las afueras de Zafra. El segundo iba montado en burro y, según el primero, metió su mano en la pelliza del animal que llevaba, por lo que pensó que iba a sacar un arma.
Para protegerse, Lorenzo cargó dos cartuchos en la escopeta que llevaba colgada del hombro y apuntó a su rival. Daniel desmontó y se apartó de la trayectoria del arma. Entre ambos hombres trató de mediar un agricultor del pueblo, Faustino, que estaba cerca. Daniel decidió colocarse detrás de Faustino a modo de escudo, pero Daniel decidió disparar de todas formas. El agricultor cayó muerto en el acto con graves heridas en su pecho.
Daniel huyó al perder a su escudo humano. Lorenzo le persiguió por varias calles de Zafra y le alcanzó delante del casino de esta localidad. Le disparó por la espalda. Los perdigones le alcanzaron la nuca y la espalda y cayó en el suelo, pero aún con vida. Lorenzo le dio la vuelta a su escopeta, la cogió a modo de maza y comenzó a golpearle con todas sus fuerzas. La cabeza de Lorenzo quedó destrozada y se consumó el segundo asesinato del día.
A continuación el homicida se presentó en la comisaría de Zafra y se entregó. Desde el primer momento confesó los hechos y argumentó que su segunda víctima le había producido epilepsia.
El juicio tardó en celebrarse. En esa época los procesos legales tardaban meses, como mucho un año, en celebrarse. Sin embargo este sufrió una suspensión y varios retrasos, por lo que los afectados tardaron tres años en encontrarse en la Audiencia Provincial de Badajoz y fue al inicio de la feria de ese año. Como curiosidad en las páginas de HOY el juicio compartió protagonismo con otros dos sucesos locales mucho más caseros, el robo de un burro que se valoraba en 70 pesetas y la detención de un vecino que se emborrachó, se llevó la bicicleta de un conocido y la vendió para seguir alargando la juerga.
El juicio, sin embargo, copó el titular más grande del recién fundado HOY. Los hechos eran incontestables, por lo que la estrategia de la defensa se basó en argumentar que Lorenzo sufría enajenación mental.
Los médicos aseguraron que el acusado no era responsable de sus actos y relacionaron esta incapacidad directamente con su epilepsia. «En el momento de cometer el hecho el procesado actuó con una intensa limitación psíquica que hizo que el inculpado obrara únicamente a impulso de sus institutos», declaró el abogado defensor.
El Fiscal aceptó la tesis de la defensa ante la contundencia de la opinión de los médicos. Cambió la calificación de los hechos de asesinato a homicidio con el eximente de enfermedad mental y el atenuante de arrepentimiento instantáneo.
La acusación particular, que representaba a la familia de los fallecidos, negó la incompetencia del acusado. Para ellos el hecho había sido brutal y planeado. Lorenzo mató a una persona inocente como era el agricultor Faustino, al que no debía tener miedo, y disparó por la espalda a su rival.
El jurado popular dictó un veredicto de inculpabilidad. Aceptaron que el acusado estaba trastornado y también creyeron que temía por su vida. La sentencia fue internar al responsable en un manicomio «hasta su curación total».
El doble crimen de Zafra fue uno de los casos de crónica negra marcados por los prejuicios sobre la epilepsia, pero no el único, ni mucho menos. En 1909 la ignorancia en torno a esta enfermedad le costó la vida a una vecina de Oliva de la Frontera en un caso muy famoso.
Un vecino de este pueblo, José B. P. sufría ataques y le diagnosticaron epilepsia. No se quedó conforme y acudió a curanderos en busca de un remedio. Así encontró a Filomena, apodada la Romántica.
Esta le dijo que estaba hechizado y que el embrujo procedía de una anciana que era rival de Filomena en las artes oscuras. José la creyó y mató a la otra curandera intentando curarse.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.