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La palabra diligencia traslada a muchos a una película del oeste con indios y vaqueros. Sin embargo en España también era un medio de transporte ... muy habitual en el siglo XIX. Viajar en carreta con caballos era una de las mejores formas de ir por ejemplo de Extremadura a Madrid. Estos viajeros pasaban por el puerto de Navalcarnero. Era uno de los puntos más complicados del viaje, entre otros motivos porque era ideal para que los bandoleros atracasen la diligencia. Estos ladrones secuestraban este transporte para saquear a sus pasajeros con relativa tranquilidad hasta 1844, cuando surgió un nuevo cuerpo de seguridad, la Guardia Civil. Curiosamente la Benemérita se estrenó en la diligencia de Extremadura.
Durante siglos en España no hubo un cuerpo de seguridad nacional. Los policías dependían de las localidades o de las regiones y el descontrol beneficiaba bastante a los malhechores. Hubo varias iniciativas para solucionarlo, pero no prosperaron por distintos motivos.
Fue Javier Girón y Ezpeleta, más conocido como el Duque de Ahumada, quien acabó con este vacío en mayo de 1844. Un Real Decreto estableció las bases de la Guardia Civil. Era un cuerpo de seguridad reciente y apenas conocido. Su lema oficial, 'el honor es mi divisa'. El oficioso, según recoge Lorenzo Silva en las novelas de Bevilaqua, es 'paso corto, vista larga y mala leche'.
El 12 de septiembre de 1844 la Guardia Civil se estrenó oficialmente, o al menos ese día fue la primera intervención que quedó registrada para la historia. Un grupo de guardias a caballo acudió a Navalcarnero. Fueron movilizados tras una denuncia más de los pasajeros de Extremadura a Madrid que habían sido atracados en esta zona del camino.
La diligencia fue inmovilizada por ocho forajidos que robaron sus enseres, en concreto, caballos, dinero y otras pertenencias. Una partida de guardias a caballo recorrió el camino y fue capaz de localizarlos.
El resultado de esta primera intervención quedó registrado en el parte del jefe del primer tercio, el coronel Ramón Purgol,t que informó al inspector general de la Guardia Civil. El periódico digital Benemérita al día recogió recientemente este parte palabra por palabra.
«En cumplimiento de las órdenes que tenía de usted (...) llegamos a este pueblo a las doce, en donde reunidos al destacamento del mismo, a las órdenes del Teniente D. Matías del Campo, y del de Carabanchel, tomamos las medidas oportunas para la captura de una partida de forajidos que se hallaban robando en el camino, desde el canto de la legua a la salida de este pueblo, hasta el puente de Navalcarnero. En efecto, a las cinco de esta misma tarde, al dar vista a dicho puente por todos los costados, se logró capturar cuatro de dichos bandidos, de los cuales quedó uno muerto en el campo, por haber hecho resistencia; habiendo logrado fugarse otros cuatro por lo escabroso del terreno y estar la noche encima», arranca el parte oficial de la Guardia Civil.
El informe no detalla cómo se resistió el ladrón abatido por los guardias. Posteriormente, eso sí, el parte recoge la identidad de las primeras personas de la historia que fueron detenidas por la Benemérita. «Dichos sujetos capturados son: Antonio García, natural de Lancara, y vecino de Madrid, Juan Pérez, natural de Fuentes, sin domicilio; José Chacón, natural de Valdepeñas, vecino de Madrid; y el muerto que no se sabe mas, que se apellidaba Blanco, todos ellos entre veinte y treinta años», indican. Por tanto fueron encarcelados tres y enterrado un cuarto al que no fueron capaces de identificar. El parte oficial es de dos meses después de la intervención, así que se trata de una pesquisa que realizaron posteriormente sin éxito.
«Los culpables se hallan presos en esta cárcel, que con el muerto, tres trabucos y municiones, serán trasladados a esa Corte, haciendo nuestra salida de este pueblo a las ocho de la mañana del 13 no verificándolo esta misma noche por estar la caballería muy cansada y sin comer», dicen los guardas.
Tras descansar, y antes de trasladar a los presos, el informe destaca que los guardias devolvieron sus pertenencias a la veintena de pasajeros que viajaban en la diligencia. La misiva indica que entre las víctimas había ciudadanos «notables».
El primer informe de la Guardia Civil termina afirmando que la intervención fue un éxito. «Todos los individuos se han portado bien la referida concurrencia». Sin embargo esta primera victoria de la Benemérita no sirvió para solucionar el problema de fondo. Los bandidos y los guardias siguieron enfrentándose durante décadas. De hecho los primeros llegaron a conquistar cierta fama romántica de forajidos y algunos incluso se hicieron célebres.
Una portada de HOY de 1945, por ejemplo, destaca la captura de un bandido famoso, 'el Almírez' que robó en todo el sur de España y fue detenido en Málaga. Su arresto fue de película. Los guardias civiles usaron dinamita para reventar la entrada de una cueva en la que se había escondido. En 1947 HOY seguía informando en sus páginas de asaltos de bandidos, uno de ellos, por ejemplo, volvió a ser en Navalcarnero donde casi un siglo antes se estrenó la Guardia Civil salvando la misma diligencia.
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