¿Qué ha pasado hoy, 22 de febrero, en Extremadura?
Fotografía de Concha 'La Somera' de rodillas en la cárcel de Montánchez, unos días después del asesinato. Publicada en 'Nuevo Mundo' el 9 de marzo de 1905
Crónica Negra en Extremadura

'La Somera', la asesina que escondía un puñal en el moño

Concha 'La Somera', que se hizo famosa en 1888 al ser la que llevó a Plasencia al 'Muerto Resucitado', cometió un singular asesinato en Alcuéscar en 1905

Sergio Lorenzo

Cáceres

Sábado, 6 de mayo 2023, 07:52

En el que fue considerado el gran juicio del siglo XIX en Extremadura, el del 'Muerto Resucitado' que tuvo lugar en 1888 en Plasencia, ... se hizo famosa una mujer: Concha Somera Alonso (más conocida como 'la Somera'), ya que sacó de un manicomio de Barcelona y llevó a Plasencia a un hombre desmemoriado que parecía ser el heredero de una gran fortuna, al que se daba por muerto. Tras un juicio con 280 testigos, en el que 129 aseguraron que el hombre que trajo 'la Somera' era el heredero, el tribunal indicó que no era así. El conocido como 'el Muerto Resucitado' se quedó sin la herencia y Concha 'la Somera' sin su recompensa.

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Ella se fue a vivir a la ciudad de Cáceres, al número 7 de la calle San Antón, frente al Gran Teatro, olvidándose del supuesto heredero sin dinero, que murió realmente en Plasencia en 1896. 'La Somera' se ganó la vida forrando baúles o echando las cartas. Se aseguraba que era una mujer sin ataduras, que hacía lo que quería. Nacida en Béjar, se crio en Plasencia, en donde se había casado con un tal Juan Cruz Navarro que desapareció de su vida. Tuvo un hijo llamado Ignacio, que en 1905 trabajaba en la localidad cacereña de Alcuéscar, en casa de un rico hacendado llamado Manuel Castilla de Tena, que sería la víctima del crimen.

Manuel Castilla era de Guadalcanal (Sevilla), y a finales del siglo XIX fue invitado a una boda en Alcuéscar, donde conoció a Aurelia Cáceres, con la que se casó en 1895. En el libro de Ángel Hidalgo Valle titulado 'Alcuéscar y su historia', se indica que Aurelia pertenecía a una familia con muchos recursos y el matrimonio vivió en la casa más grande de Alcuéscar. Estaba en la calle de la Fragua; ocupaba una manzana, tenía un gran pozo, corral para ganado y un horno de pan en el que trabajaba el hijo de 'la Somera', viviendo el muchacho en la casa con otros criados. El matrimonio tenía una hija de seis años y un hijo de dos cuando ocurrió el suceso.

En febrero de 1905 'la Somera' fue a ver a su hijo, y se quedó unos días en la habitación que ocupaba él en la casa. Por lo visto estuvo tres días hasta que ocurrió la desgracia el 21 de febrero de 1905. Según contaron varios periódicos, por la noche paseaba por la calle de la Fragua el vecino Francisco Fernández, que al pasar por la casa de Manuel Castilla le vio en una ventana pidiendo ayuda. Dijo que 'la Somera' les tenía encerrados, que le querían robar y asesinar.

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La casa de Manuel Castilla en Alcuéscar en donde le mató Concha 'La Somera'. Foto publicada en 'Nuevo Mundo' el 16 de marzo de 1905

El vecino avisó a la Guardia Civil. La prensa cuenta que llegó el cabo Juan Pérez, con los guardias Juan Planchuelo, Juan Corro y Pedro Montes. Comprobaron que no podían abrir puerta alguna y llamaron a un cerrajero. Cuando al final entraron en la casa vieron a 'la Somera' con un revólver que al parecer pretendió usar, pero no funcionó. Los agentes dispararon e hirieron en una pierna al hijo de ella. Tras desarmar a la madre. Ella pidió hablar con Manuel Castilla, y fue entonces cuando ocurrió la desgracia, que cuenta así Ángel Hidalgo en su libro:

«Concha tenía una melena que llegaba a la cintura, que esa noche llevaba recogida formando un gran moño. Aprovechó el momento de tranquilidad y muy mansamente pidió a uno de los guardias que pidiese a don Manuel que saliera un instante, porque ella lo único que quería era arreglar las cosas de su hijo y hacerlo sin dar más escándalo. Viendo don Manuel la situación más calmada y que estaba allí la Guardia Civil, salió y se situó entre dos guardias. En ese momento Concha sorprendió a todos. Llevándose una mano a la cabeza, sacó un puñal que llevaba escondido en el moño y con rapidez lo clavó en el pecho de don Manuel, alcanzándole el corazón. Lo único que pudo decir antes de caer muerto fue: '¡Bien me la has asestado!'»

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Número 7 de la calle San Antón de Cáceres (frente al Gran Teatro), en donde vivió Concha 'La Somera'. Salvador Guinea

Los periódicos dieron varias versiones de lo que había ocurrido. Se dijo que 'la Somera' y su hijo habían planeado robar el dinero que le habían dado a Manuel Castilla por haber vendido 200 fanegas de trigo. Es cierto que el hijo fue detenido con la madre, pero luego le soltaron al señalar el juez Alfonso Pando que nada tenía que ver con el crimen.

Hubo una segunda versión que fue la que más gustó a la opinión pública. Se decía que al difunto le gustaban mucho las mujeres, y que de joven pasó por su pueblo de Sevilla 'la Somera' con la que mantuvo relaciones. Ella tuvo un hijo, a Ignacio, logrando que su padre biológico le diera trabajo. 'La Somera' había ido a Alcuéscar para obligar a Manuel Castilla a que reconociera al hijo y le tuviera como heredero. Don Manuel se negó y entonces le mató.

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Viendo los datos de lo publicado en los periódicos sobre el crimen, llama la atención que Manuel Castilla, cuando murió, tenía solo 34 años, por lo que parece demasiado joven para tener un hijo que era el encargado de la tahona.

En el juicio de 'El Muerto Resucitado' hubo periodistas a los que llamó la atención la belleza de 'La Somera', que tenía 31 años. El juicio fue en 1888, por lo tanto 'la Somera' en 1905, cuando cometió el crimen de Alcuéscar, tenía 48 años, 14 más que la víctima.

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Una tercera versión señala que simplemente 'La Somera' mató al patrón de su hijo en un ataque de locura. Ella ya había estado encerrada en el manicomio de Barcelona, en donde conoció a 'El Muerto Resucitado', y la viuda declaró que 'la Somera' le había pedido que la encerrara en la habitación por las noches, «por si acaso».

Lo cierto es que fue llevaba a la cárcel de Montánchez en donde la vieron los reporteros de la revista 'Nuevo Mundo', que le hicieron una llamativa foto de rodillas en su celda, y otra de ella mirando desafiante a la cámara. El periodista escribió: «'La Somera' sigue en la cárcel, donde da muestras de la mayor desfachatez, cantando coplas a la reja y vanagloriándose de haber dado muerte a Castilla».

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Fue juzgada y condenada por asesinato; pero al poco tiempo de estar en la cárcel de Cáceres fue dada por loca. Fue encerrada en el manicomio de Ciempozuelos, en Madrid, en donde murió en 1910, con 53 años.

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