Uno de los pilares del nuevo plan de la Junta de Extremadura de recuperar la actividad cinegética como método principal para intentar frenar la ... superpoblación de ciervos y jabalíes en Monfragüe en sustitución de las jaulas y cercones se tambalea. Son las sociedades locales de cazadores, que mayoritariamente rechazan este nuevo sistema, hasta el punto de que cuatro de las seis aseguran que no participarán en esas batidas. En las otras dos hay división interna y ha costado encontrar voluntarios que se presten a tomar parte en ellas.
Publicidad
El método que quiere implantar la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Sostenible recoge que esas acciones de control poblacional se harán sin perros, en fincas de la propia Junta y «en colaboración con la Federación Extremeña de Caza, mediante la participación de los integrantes de las sociedades locales de cazadores», según recoge el Programa de acción selectiva de ungulados silvestres en Monfragüe 2023/24, publicado en el Diario Oficial de Extremadura el pasado día 18. Sobre el destino de los animales abatidos, se especifica que los aptos para el consumo –previo reconocimiento por veterinarios del Servicio Extremeño de Salud– serán donados al Banco de Alimentos de Cáceres, y los no aptos irán a gestores autorizados para su incineración o a muladares.
Eduardo Sánchez
Presidente de la Sociedad de Cazadores de Serradilla
La tarea de disparar correspondería a los cazadores de las sociedades locales de los municipios con terrenos en las 18.396 hectáreas del espacio más protegido de la región. Son siete pueblos, pero uno de ellos, Toril, el menos poblado, no tiene sociedad de cazadores. A cada una de ellas le tocaría integrar las batidas que se desarrollen en fincas ubicadas en su término municipal. Pero cuatro de las seis anuncian que aunque la administración autonómica les convoque, no acudirán. Son las de Serradilla, Serrejón, Malpartida de Plasencia y Casas de Miravete.
Sí ha atendido la llamada de la Junta y la Federación la sociedad de Jaraicejo, que participó este viernes en una batida celebrada en Toril. Pero para poder llegar al número de cazadores necesario para desarrollar la actividad de forma segura y efectiva, tuvieron que sumarse varios de la sociedad local de Torrejón el Rubio.
Publicidad
Raúl Mateos
Presidente de la Sociedad de Cazadores de Malpartida de Plasencia
«A una batida sin perros y en la que no se puede aprovechar ni la carne ni el trofeo, no se le puede llamar caza», argumenta Eduardo Sánchez, presidente de la sociedad local de cazadores de Serradilla, la más numerosa del parque nacional con 188 socios. «Los cazadores –continúa– estaríamos encantados de ayudar a controlar la superpoblación de ciervos y jabalíes, pero el sistema que plantea la Junta va contra nuestra ética. Lo que se propone es matar por matar, y a nosotros no nos gusta eso. De hecho, nos duele escuchar y leer que la caza ha vuelto a Monfragüe, porque consideramos que no es verdad. Lo que se propone podrá llamarse batidas de control, pero no cinegéticas».
«El Ayuntamiento está rotundamente en contra del sistema que se quiere implantar, que no es cazar sino matar por matar y un experimento», afirma el socialista Francisco Javier Sánchez, alcalde de Serradilla, localidad que también se opuso al método de jaulas y cercones que propuso el anterior gobierno regional. «Estamos muy orgullosos de nuestra sociedad local de cazadores, porque su decisión de no participar supone defender la caza de verdad».
Publicidad
José María Gallardo
Presidente de la Federación Extremeña de Caza
El Consistorio de esta localidad cacereña, gobernada por el PSOE, ya se opuso también al método de jaulas y cercones que propuso la anterior Junta, de su mismo signo político.
«Por cosas como esta, que es solo matar por matar, es por lo que algunos nos tienen estigmatizados a los cazadores», reflexiona Raúl Mateos, presidente de la sociedad de Malpartida de Plasencia, que asegura que «rotundamente, no vamos a participar en esas acciones». «Así –añade– lo decidimos en la junta directiva, lo comentamos con los socios (son 160) y todos los comentarios que recibimos fueron para darnos su conformidad, ni uno solo se ha mostrado contrario a esa decisión que tomamos en la directiva».
«Me llamaron el otro día para que participáramos en una batida y les dije que no, porque no es verdad que este sistema sea caza tradicional como ha declarado la consejera, es matar por matar, y la caza no consiste solo en disparar por disparar», cuenta Esteban Grande, presidente de la sociedad de cazadores de Casas de Miravete (55 socios).
Publicidad
Igual de rotundo que sus tres compañeros es Andrés Blázquez, al frente de la sociedad de Serrejón, que asegura que el asunto se debatió entre los socios (son 40) y el acuerdo fue no participar. «Lo que se propone no es caza, sino matar por matar, y se parece mucho al sistema de jaulas y cercones», asegura Blázquez, que anticipa que «iremos a las batidas cuando se hagan como se ha hecho siempre».
Aparte de estas razones, hay cazadores que refieren otras para no tomar parte en esas acciones de control, como el hecho de que se celebren en días laborables. «Salir al campo tiene unos gastos, como el combustible para el coche o las balas, entre otros, y si es para no poder aprovechar ni el trofeo ni la carne, pues tiene poco sentido».
Publicidad
Estas mismas fuentes explican también que hay cierto malestar entre los miembros de varias de estas sociedades locales, por cómo se ha gestionado la implantación de este modelo de control de población de ungulados. Relatan que representantes de las seis sociedades se reunieron a principios de este mes para hablar sobre el modo en que la Junta planeaba recuperar la actividad cinegética en Monfragüe, y que en ese encuentro se decidió rechazar la propuesta y negarse a participar en ella. Coincidieron en ello las seis, pero no todas han respetado ese acuerdo.
En cuanto a la posición de la Federación Extremeña de Caza, su presidente se muestra comprensivo con las sociedades locales. «Estoy de acuerdo con lo que plantean –afirma José María Gallardo–, también creo que deben cambiar las condiciones, pero también me parece importante ayudar a que se pueda ejecutar estas acciones cinegéticas, que a través de ellas por fin conseguiremos poner fin a las jaulas y los cercones, que es lo que todos veníamos pidiendo». «Entre todos –concluye–, tenemos que conseguir que esto funcione».
Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.